La deuda empieza a transformarse en uno de los principales problemas económicos de los países emergentes. En los últimos meses hubo un fuerte incremento del endeudamiento de Gobiernos y empresas en las economías no desarrolladas.

La tendencia fue particularmente marcada en algunos de los principales países Latinoamericanos. El monitoreo de los centros de estudio internacionales muestra que 3 de los 5 países que más se endeudaron el último año son de América latina.

Los datos duros indican que Chile incrementó en un 30 por ciento su nivel de deuda respecto del PIB entre el primer trimestre de 2020 y mismo período de 2019. En esta lista siguió Brasil con una suba del 20 por ciento y México con un incremento del 12.

Las dificultades ocasionadas por la pandemia, cuyo epicentro hoy está en América, adelantan mayores necesidades de emisión de deuda para estos países en lo que resta del año y un aumento de la fragilidad financiera.

El acuerdo de reestructuración que alcanzó esta semana el gobierno de Alberto Fernández con los principales fondos de inversión del mundo como BlackRock no puede pensarse aislados de estos problemas que atraviesan a las economías emergentes.

La negociación argentina es un primer paso para resolver  un problema que tiene alcances regionales. La oferta del Palacio de Hacienda dejó algunas lecciones importantes sobre las prioridades de un país al momento de encarar la reestructuración de la deuda.

Negociación

Los criterios básicos que se fijó el equipo económico al inicio y se mantuvieron hasta alcanzar un acuerdo con los bonistas son principalmente tres:

1. Ahorrar recursos en el corto plazo para incrementar el margen de maniobra del sector público para apostar por la recuperación de la producción y el consumo.

2. Reducir las tasas de interés (cupones de los bonos) para garantizar la capacidad de repago de la nueva deuda emitida en el canje.

3. Respetar estándares legales avalados por la arquitectura financiera internacional en la emisión de los nuevos títulos para dejar fuera del juego a los fondos buitres.

Resultados

Los números finales del acuerdo presentados la semana pasada en Economía muestran en detalle que se cumplieron estos requisitos.

El dato más importante es que en los próximos cinco años la Argentina tenía comprometidos pagos de deuda con acreedores internacionales por más de 30 mil millones de dólares (monto que supera los 40 mil millones cuando se consideran bonistas locales).

El acuerdo con los inversores extranjeros permite bajar esta carga de pagos a 4 mil millones en el mismo período. En otras palabras: se pagarán sólo 1 de cada 10 dólares.

Los nueve dólares restantes son recursos que libera el sector público para potenciar en el corto plazo la recuperación de la economía real. Se trata de un ahorro en vencimientos de la deuda que es clave para la recuperación del mercado interno.

El otro dato importante es la reducción de la carga de intereses de los bonos. Los títulos soberanos previos a la reestructuración pagaban un cupón (tasa de interés) del 7 por ciento. En el acuerdo alcanzado con los bonistas esa cifra baja a menos de la mitad: 3 por ciento.

La economía de esta manera deja de pagar rendimientos extraordinarios por su deuda y empieza a desembolsar una tasa parecida a la que pagan los vecinos de la región. En el correr de los años esta reducción es la que permitirá un fuerte alivio financiero para el país.

* Enrique Milan es analista financiero.