Boys State                   7 Puntos

Estados Unidos, 2020.

Dirección: Amanda McBaine y Jesse Moss.

Duración: 109 minutos.

Estreno en Apple TV+

Dirigida por los realizadores Amanda McBaine y Jesse Moss, Boys State --ganadora del premio al mejor documental del último festival de Sundance-- da cuenta de un curioso experimento político que se celebra todos los años en los Estados Unidos y tiene por sujetos a estudiantes de colegios secundarios. Durante una semana, convocados por una asociación civil, más de un millar de adolescentes practican un simulacro de escrutinio que lleva ese nombre, y apunta a fortalecer su roce con los mecanismos electorales de la democracia.

McBaine y Moss ponen este experimento entre paréntesis: en una de las escenas iniciales un docente señala a un grupo de alumnos el alarmante parecido entre las sociedades contemporáneas y la que Aldous Huxley vaticinara en Un mundo feliz: sistemas de control estatal naturalizados, hasta el punto de que los ciudadanos no los perciben como tales. Previa a esta escena, una cita de George Washington preside la película. Allí, el pionero político advierte --en los albores mismos de la democracia estadounidense-- sobre el peligro de que el sistema partidocrático termine por imponer sus intereses a la voluntad popular. Un mensaje de texto leído unas escenas más adelante comenta, a su vez, que no importa cuál sea el partido político, todos defienden los intereses de las grandes corporaciones. Sumando 1 + 1 + 1, el resultado es: “En la sociedad estadounidense contemporánea son los partidos políticos, al servicio de las grandes corporaciones, los que controlan el sistema democrático”.

De acuerdo a lo que puede verse en Boys State, el experimento arroja resultados alarmantes. Ya de entrada se aclara que existen dos grupos que funcionan por separado: los chicos por un lado, las chicas del otro. “En medio de una mayoría de conservadores, yo, que simpatizo con las ideas de Bernie Sanders, me siento sapo de otro pozo”, dice poco más adelante, palabras más palabras menos, uno de los chicos, hijo de una mujer mexicana y el primero de su familia que va a acceder a la universidad. Basado en su experiencia, Steven saca como conclusión que en su país de adopción rige la igualdad de oportunidades y se considera un self-made man, a punto de concretar el sueño americano. En otras palabras, el “izquierdista” de la película, uno de los pocos chicos “de color” del grupo, no advierte que la igualdad de oportunidades en Estados Unidos es sólo para quienes la puedan pagar. Por otra parte habría que preguntarles a Rodney King, George Floyd y Jacob Blake qué piensan del “sueño americano”. Pero estas no son conjeturas que Boys State haga explícitas. En la tradición del documental estadounidense, y más allá del posible juego de asociaciones señalado, el documental de McBaine y Moss no baja línea sino que expone, dejando que el espectador saque conclusiones. Guiado por ellos, claro.

El experimento comienza con la división arbitraria entre dos partidos llamados Federalista y Nacionalista. 600 de un lado y 600 del otro. Ambos “partidos” deben elegir primero a sus líderes y luego a sus representantes a gobernador, el puesto más alto al que se aspira. De ambos lados hay manipulaciones, mentiras, demagogia, búsqueda del carisma personal. En un solo punto todos –todos, sin excepción-- están de acuerdo: la defensa de la Segunda Enmienda de la Constitución, esa que garantiza a cada ciudadano la legitimidad del uso de armas. Y unos cuantos proponen que Texas se separe del resto de la Unión. Un candidato que ante cámaras se confiesa pro-abortista presenta una plataforma resueltamente pro-vida, porque “sabe que si no no lo van a votar”. Aun teniendo en cuenta que el experimento que se muestra tiene lugar en Texas, una de las regiones más reaccionarias y armamentistas de los Estados Unidos (cada año se lleva a cabo en un estado diferente), uno tiende a sospechar que los resultados no serán tan distintos en otros estados. Por otro lado, conviene no olvidar que el programa, que tiene casi un siglo de vida, está solventado por la Legión Americana, integrada por veteranos de las fuerzas armas y de seguridad. Todo lo cual le agrega más paréntesis a la experiencia.