“Un país sin industria es un país sin trabajo. Es un país sin futuro. Es un país dependiente. Ser industrialistas es soñar con una argentina de grandeza”. Así lo dijo el presidente Alberto Fernández en el acto del día de la industria. El Gobierno presentó un importante paquete de estímulo fiscal y financiero para reimpulsar el sector manufacturero.

El eje se puso en la recuperación de corto plazo de las pymes y en el desarrollo de proyectos de largo plazo que permitan generar un cambio estructural de la economía argentina. Se creará una banca de Desarrollo para coordinar el financiamiento productivo.

En el evento del día de la industria participaron además el presidente de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

“Queremos una industria que sea el fruto del esfuerzo. La dedicación. Que se haga reinvirtiendo. Generando trabajo. Exportando. Esa es la Argentina que soñamos”, apuntó el presidente. Planteó que el sector público tiene la prioridad puesta en recuperar el complejo manufacturero como un motor para el desarrollo del país.

Producción y trabajo

“La prioridad es ayudar a los que invierten, a los que trabajan. Promover la producción y las exportaciones. Sacamos a la argentina una vez de su laberinto. Ahora vamos a sacarla de nuevo”, aseguró Fernández.

Mencionó que a mediados de septiembre van a conocerse los lineamientos del Presupuesto 2021. “Está reflejada la mirada del gobierno. Para que vean cuales son nuestros límites fiscales. Cuál es nuestra política monetaria y cambiaria”. Aseguró que “todo esto no es producto de la improvisación. No cambiamos un presupuesto de una semana a otra. Ni ponemos metas de inflación que se cambian a las dos semanas. Nosotros trabajamos seriamente (para reconstruir la economía)”.

El presidente indicó que “en diciembre cuando asumimos el Gobierno encontramos un país en el que muchos habían perdido su trabajo. En el que se promocionaba la importación en lugar de la producción. Era más fácil hacer plata con inversiones financieras que produciendo. Donde la deuda había generado una importante vulnerabilidad”.

Los datos duros del mandatario fueron concretos. “Piensen que entre 2020 y 2025 la Argentina iba a tener que pagar 48 mil millones de dólares en deudas. ¿En ese escenario íbamos a poder recuperar la industria? ¿Poner en marcha los motores de la producción? Con el esfuerzo de todos pudimos alcanzar un acuerdo que ahora nos permite usar todos esos recursos para destinarlos a la producción y el trabajo. Son los dos objetivos de este Gobierno.”.

Desafíos para la industria

El titular de la UIA, Miguel Acevedo, planteó que la industria tiene el desafío de ser uno de los impulsores del desarrollo para la Argentina.

Destacó el rol del sector productivo durante la pandemia. “A todos nos puso a prueba, también a la industria. Creo que hemos estado a la altura: abastecimos a cada región del país, adaptamos nuestras líneas de producción para fabricar aquello que la pandemia exige. Y, sobre todo: estamos sosteniendo el empleo y la producción”. 

El referente empresario resaltó además que la emergencia sanitaria le devolvió al país “el sentido de la urgencia: volver a crecer es urgente, contar con una macroeconomía previsible es urgente, proyectar el desarrollo es urgente”.

La UIA elaboró un documento para entregarle al presidente. Se tituló “Hacia una nueva normalidad: propuestas para la reactivación productiva” y se incluyeron distintas medidas para reimpulsar el sector fabril. En particular, de carácter impositivo, como tomar el pago del impuesto al Cheque a cuenta de otros tributos, o de promoción de exportaciones, mediante la suba de reintegros y rebaja de retenciones al sector. Acevedo dijo que uno de los principales desafíos de los próximos años será dar un salto de calidad en materia de financiamiento productivo.

En el equipo económico basaron el anuncio de medidas para la industria en incrementar el crédito para las empresas tanto en el corto como en el largo plazo. Se pensaron esquemas de financiamiento para sostener el capital de trabajo de las pymes pero también para impulsar proyectos que permitan un cambio estructural, para lo que se necesita crédito a largo plazo en sectores estratégicos.