Desde Santiago de Chile

Sin dudas, septiembre es el mes más importante para los chilenos. En menos de tres semanas la primavera eleva la temperatura de 15 a 25 grados, se conmemora el Golpe de Estado de 1973 y se celebran las fiestas patrias el 18 que, a falta de carnavales, envuelven los días previos al país en un clima fiestero que obliga a las empresas e instituciones a organizar asados y juegos tradicionales con cueca (o cumbia) de fondo.

Sin embargo, la pandemia y el plebiscito para cambiar la constitución de Pinochet programado para el 25 de octubre han transformado el ambiente. A pesar de los ya 15.823 muertos, incluyendo casos sospechosos, el gobierno tiende a hablar de “leve mejoría”, al punto que varias comunas del barrio alto de Santiago como Providencia, Vitacura o Las Condes ya están abriendo restaurantes o comercio no esencial además de permitirse las reuniones sociales con un máximo de 50 personas en lugares abiertos y cinco en lugares cerrados. Ellas forman parte de la fase 3 o “de preparación” del Plan Paso a Paso, la forma en que Piñera busca terminar con el confinamiento y reactivar de una vez la economía.

Así, mientras las calles se repletaban de gente que aprovechaba el sol, los restaurantes y los comercios abiertos, se presentó el plan para celebrar estas fiestas patrias llamada “Fondéate en Casa”, ingenioso juego de palabras entre fondas (improvisados locales instalados en parques donde se venden tragos, empanadas y carne) y el chilenismo fondearse (esconderse, encerrarse). El domingo el ministro de salud, Enrique Paris había dicho que se podían reunir cinco personas en la casa y el lunes el ministro de la secretaria general de gobierno, Jaime Bellolio dijo que “son 5 personas adicionales a las que habitan el hogar”. Esto, tras una reunión del comité de crisis en La Moneda donde intentaban ordenar un enredo sobre todo considerando la costumbre de los chilenos de viajar a ver familiares y la aceleración de contagios en el sur del país. De hecho, según el V informe iCovid Chile de las Universidades de Chile, Católica y de Concepción, los contagios se han acelerado en el sur del país, especialmente en las regiones del Maule, Biobío y Magallanes.

La derecha usando a Víctor Jara

Al mismo tiempo, una polémica importante la protagonizó la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido de derecha y de raíz pinochetista que usó este lunes versos de la canción “El derecho de vivir en paz” de Víctor Jara para su campaña por el “rechazo” de la opción de cambio constitucional. La canción, emblemática por su solidaridad con el vietcong y por mezclar por primera vez rock y nueva canción chilena, fue rescatada en las protestas del “Estallido social” iniciadas en octubre del año pasado.

La evidente provocación de la UDI fue respondida por la Fundación Victor Jara ese mismo día: “El pueblo chileno salió a reclamar justicia y dignidad a partir del 18 de octubre pasado. La respuesta del estado fue una violenta represión que dejó decenas de muertos y cientos de mutilaciones oculares. Ante esta situación la canción de Víctor Jara se volvió a escuchar desde miles de hogares, en calles y plazas del país, reclamando el derecho de vivir en paz que se le negaba.Este es el sentido legítimo y el significado real conque Víctor Jara compuso y cantó esta canción conocida hoy en todo el mundo. Quienes hoy la usan deben responder ellos por sus intenciones. Que el pueblo juzgue”.


Carabineros, escoltas del "rechazo"

Esta polarización del país no es algo nuevo, pero tuvo su manifestación más evidente el fin de semana pasado cuando carabineros escoltó a manifestantes del “rechazo” —en su mayoría derechistas y pinochetistas extremos, incluso con banderas de “Trump 2020”— y al mismo tiempo estaban lanzándole agua a Técnicos de Enfermería que protestaban por la indiferencia del gobierno ante su trabajo, vital para contención de la pandemia.

Sin embargo. encuestas como Data Influye presentada el 28 de agosto, señala que la opción “Apruebo” marca un 78% y “Rechazo” 13%. Por otro lado la Criteria Research sostiene que el “Apruebo” ganaría por un 74%. Además, la opción “convención constituyente” (comisión integrada por miembros electos de la ciudadanía) la ganadora por un 64% frente a la opción “comisión mixta” (comisión integrada por partes iguales de miembros del congreso y la ciudadanía) con un 29%. Estas dos últimas opciones también se votarán en el Plebiscito.

El sociólogo y filósofo de la Universidad Adolfo Ibáñez, Daniel Chernilo analiza: “Los chilenos vivimos una crisis de confianza. En alguna medida, esa crisis de confianza es global, puesto que instituciones como la democracia política, los medios de comunicación y la propia economía de mercado son cuestionadas en todas partes. En el caso del país, esa crisis de confianza viene dada porque se ha desmoronado definitivamente la idea de que las últimas tres décadas habían hecho de Chile un país totalmente distinto”.

Para él, por mucho que el Chile de 2020 sea muy distinto al de 1990, algunos de los fundamentos de esas transformaciones son muy débiles: la desigualdad económica y territorial; un sistema político que no termina por consolidarse, fuerzas armadas y policiales deliberantes y con problemas gravísimos de corrupciones, conflictos étnicos pendientes. “Por eso, tal vez, el debate constitucional ha adquirido tanto vuelo: en si misma, la Constitución no puede cambiar ni mejorar ninguna de estas cuestiones. Pero si ofrece la posibilidad de planteárselas en serio, de verdad, y de manera integrada. Planteárselas por primera vez en 100 años”.