El nivel de actividad económica del segundo trimestre del año reflejó el impacto de la restricción a la circulación y a la actividad de industrias, comercios y servicios que impuso la pandemia por el Covid 19. El informe de avance de la evolución del PBI que realiza trimestralmente el Indec, arrojó para el período del 1 de abril al 30 de junio una caída del producto del 19,1% en relación al mismo trimestre del año pasado. 

Los 16 sectores productivos medidos por el Indec disminuyeron su producción en el segundo trimestre respecto del mismo período del año pasado, pero los que más cayeron fueron Hoteles y restaurantes (-73,4%) y Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-67,7%).

El primero se corresponde con actividades que fueron paralizadas casi en su totalidad en los centros urbanos (salvo los hoteles que se mantuvieron abiertos para el alojamiento de personas en cuarentena), mientras que la suspensión de la gran mayoría de actividades comunitarias y sociales afectó fuerte al segundo rubro mencionado.

Otros renglones que tuvieron bajas muy superiores al promedio fueron la construcción (-52,1%) y el servicio doméstico (-38%), que también fueron afectados por la inactividad originada en el aislamiento social preventivo en las principales áreas metropolitanas. En el caso de Servicios sociales y Salud, se observa una caída del 23,5%, probablemente por el impacto de la inactividad en la tarea de algunos servicios privados que no fueron considerados esenciales (especialidades o atención en consultorios privados). 

A esa lista de sectores con fuerte caída en el nivel de actividad se suma el de Transporte y Comunicaciones, con el 22,5% de baja interanual, rubro en el que afectó la paralización de los viajes de media y larga distancia en ómnibus y avión. 

Entre los sectores que sufrieron un menor impacto en la caída en su producción se cuentan la intermediación financiera (-1,2%), suministro de electricidad y gas (-3,3) y enseñanza (-9,2). La casi imperceptible caída en la actividad financiera está estrechamente relacionada con que buena parte de las operaciones se realizan online y se estima que, durante la pandemia, se expandieron antes que reducirse, y que además millones de personas se debieron sumar al uso de servicios bancarios para cobrar subsidios, particulamente en sectores sociales no bancarizados anteriormente. 

En cuanto a los servicios de electricidad y gas, está claro que lo que las industrias y comercios dejaron de consumir durante su inactividad, fue compensado en buena madida por el aumento del consumo domiciliario de todos aquellos que debieron confinarse en sus hogares durante la cuarentena. 

Entre las actividades privadas que tuvieron caídas en su producción pero muy por debajo del promedio, se cuentan Agricultura y Ganadería (-10,7%) y Pesca (-14%), que se desarrollan en espacios abiertos y, por lo tanto, pudieron manetner un ritmo casi normal en muchos subsectores durante la pandemia. 

Más cerca del promedio de la caída de la economía en su conjunto (o visto de otro modo, los sectores que por su peso explican la caída promedio del 19,1%) se ubican el Comercio (-16,9%), Minas y canteras (-18,3%) e Industria manufacturera (-20,8%). En estos tres sectores se observó el doble impacto de, por un lado, la paralización obligatoria de algunos por la pandemia, y en otros establecimientos que siguieron funcionando, un menor nivel de actividad por la caída en la demanda. 

Considerado en el marco de la serie histórica, el nivel del producto bruto estimado por el Indec para el segundo trimestre de este año es el más bajo desde el primer cuarto del año 2010. Es decir que hay que hacer un retroceso en el tiempo de más de diez años para encontrar un PIB trimestral más bajo.

El fuerte bajón de la economía en este segundo trimestre también se puede mensurar por la evolución de la Oferta Global, es decir el total de bienes y servicios que se pusieron a disposición de la economía en el período. En este caso, la baja con respecto al año pasado es del 21,1%, y es superior a la de la caída del PBI (que fue del 19,1%), porque a ello hay que sumarle la caída de otra fuente de oferta, las importaciones, que retrocedieron respecto del año anterior en un 30,1%.

En el análisis de los componentes de la Demanda Global (uso o destino de los bienes y servicios puestos a disposición de la economía en el período), el indec señala que hubo caída en todos sus componentes, pero la más importante fue la de Formación Bruta de Capital Fijo, que es como se define en términos estadísticos a las Inversiones. El descenso interanual fue del 38,4%, que se explica principalmente por la baja en los gastos en Construcciones, en Maquinaria y equipo y en Equipo de transporte.

Los otros dos componentes de la Demanda Global, el consumo privado y el consumo público, tuvieron retrocesos del 18,9% el primero y 10,4% el último.

Con estos resultados en el segundo trimestre, el resultado global del primer semestre muestra, con respecto al mismo período del año 2019, un descenso del 12,6%.