La necesidad de "apuntar a los cambios normativos pero también a cambios culturales" fue una de las conclusiones a las que arribaron activistas pro-derechos durante el debate virtual sobre de los desafíos para la articulación regional de la lucha por el acceso al aborto legal. La actividad se realizó en el marco del Día de la lucha por la Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC) y formó parte del Festival Abortero, que la Red llevará adelante hasta el viernes 2 de octubre.

“Sin la articulación es muy difícil poder luchar aisladamente en cada país contra un derecho históricamente negado”, señaló Martina Ferretto, referente de la Campaña 28 de septiembre, que tiene una modalidad de coordinación itinerante. "Cuantas más miradas tenemos más se nutre la posibilidad de tener marcos amplios de consenso y dar mejores batallas en la despenalización social del aborto", evaluó.

El eje del debate estuvo puesto en la criminalización del aborto, algo en lo que, coincidieron las activistas, no deja de existir a pesar de las modificaciones de normas preexistentes o la sanción de leyes. Sin embargo, evaluaron, el otro desafío pendiente es “articular la movilización social feminista de los núcleos históricos con sectores más amplios de la sociedad”, y con las nuevas generaciones. 

Para María Antonieta Alcalde, directora de la ONG Ipas, que acompaña el acceso al ejercicio de derechos sexuales y reproductivos en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y México, son tres los asuntos urgentes en cuanto al aborto en la región: la criminalización de la interrupción del embarazo, el crecimiento de los grupos fundamentalistas y antiderechos, y la reflexión hacia dentro del propio movimiento feminista para “asegurar que haya espacio suficiente para las voces jóvenes”. 


Prohibiciones y obstáculos para el acceso

El 97 por ciento de las mujeres en edad reproductiva de América Latina y el Caribe viven en países donde el acceso al aborto es restringido o está completamente prohibido, relevó la organización. “En Honduras, Nicaragua y El Salvador el aborto está completamente penalizado, incluso en las situaciones llamadas de emergencia obstétrica, donde el feto no tiene posibilidades de sobrevivir”, explicó Alcalde y advirtió que “quienes mueren por abortar tienen un perfil muy específico: son todas mujeres pobres y mujeres indígenas”.

Uno de los puntos centrales del panel fue el crecimiento de los sectores antiderechos en América Latina y el Caribe, y el impacto que tiene su intervención. Eso se registró en casos concretos, recordaron, tal como sucedió en Brasil cuando intentaron evitar la interrupción legal del embarazo de una niña de 10 años, víctima de abuso sexual, o en Argentina, en la provincia de Corrientes, donde una niña de 11 años fue sometida a una cesárea, por un embarazo que también fue producto de un abuso sexual intrafamiliar. 

“El cuerpo de las mujeres y la reproducción es un tema de interés en las agendas políticas, y el debilitamiento de las democracias en la región afecta directamente a la despenalización del aborto”, advirtió la colombiana Sandra Castañeda, coordinadora general de la RSMLAC. "Hay que hace una lectura mucho más fina que la que hacíamos en el pasado, aprender a bucear más profundo en estos nuevos conservadurismos”, advirtió. Desde México, Alcalde afirmó que “hay todo un trabajo que hacer para poner sobre la mesa que el aborto es un asunto de salud”, y explicó que “la retórica de los grupos anti derechos ha ido haciéndose más sofisticada: un grupo que está en contra del uso de anticonceptivos y de la educación sexual, tiene una agenda oculta que es el control de los cuerpos de las mujeres”.

En 2013, 38 países de Latinoamérica firmaron el Consenso de Montevideo, por el que se comprometieron, entre otras medidas, a promover políticas públicas para que las personas puedan ejercer sus derechos sexuales, y a eliminar el aborto inseguro. “Tenemos que monitorear el compromiso que los Estados han asumido”, señaló Lilian Abracinskas, referente de la organización feminista uruguaya Mujer y Salud, quien estuvo a cargo de la coordinación del panel.

Por su parte, Castañeda afirmó que “los cambios legales son muy importantes pero también el fortalecimiento de nuestra capacidad argumentativa, la lucha en la calle, la lucha desde la salud, desde la academia y desde la política”.

“Me emociona ver la renovación generacional. Las que venimos con más años de militancia nos sentimos tranquilas de que esta lucha está viva”, señaló Abracinskas.


La importancia del 28 de septiembre

El 28 de septiembre se estableció como día de lucha por la despenalización del aborto en la región durante el encuentro feminista de América Latina y el Caribe de 1990, que se realizó en la ciudad de San Bernardo, en Argentina. A partir de entonces, todos los años se realizan distintas acciones para exigir una Ley de aborto legal, seguro y gratuito.

Propuesta por activistas feministas brasileñas, la fecha hace referencia al 28 de septiembre de 1871, cuando se consagró la libertad de vientre en Brasil, que liberaba a hijos e hijas de mujeres esclavas. “Se toma esa fecha para hablar de la libertad y soberanía de nuestros cuerpos”, explicó Ferretto, y aclaró que "quienes eran libres eran quienes nacían y no quienes gestaban, que seguían siendo esclavas”.

La fecha, además, busca dar cuenta del carácter internacional que tiene la lucha por el acceso al aborto legal. “Había que ponerle un nombre concreto y dar una discusión abierta”, afirmó desde Perú Susana Chávez, referente del Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro (CLACAI) y directora del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos.

En el sector médico, “el silencio tenía que ver con llamarlo hemorragia o complicación obstétrica en lugar de decir aborto”, añadió Chávez. En este sentido Abracinskas añadió que “el poder médico es uno de los poderes patriarcales” y afirmó que en los últimos 30 años, “la lucha por el aborto ha logrado interpelar y lograr alianzas con profesionales de la salud”.