La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció hoy ante la asamblea de la Organización de Estados Americanos que la dura carta que firmaron una veintena de países el lunes, en una polémica sesión extraordinaria que desconoció la orden de suspensión de Bolivia como presidente del Consejo Permanente, es parte del “aceleramiento del plan intervencionista” contra el país y que representan “graves violaciones a la institucionalidad de la organización internacional”. Aseguró que elevará la resolución "a otras instancias internacionales" y pedirá que se evalúe la gestión del secretario general, Luis Almagro, el principal impulsor.

“Venezuela no está bajo tutelaje de nadie de ninguna organización, ni de ningún Estado foráneo”, resaltó Rodríguez en respuesta al texto firmado por 17 de los 21 países de la organización que, entre otras cosas, incorpora la posibilidad de que se emprendan “gestiones diplomáticas adicionales para fomentar la normalización de la institucionalidad democrática”. Esta resolución se había tomado durante un encuentro que la canciller califica como un “grave fraude jurídico y procesal” porque horas antes el canciller boliviano, Diego Pary, había cancelado la reunión en su rol de presidente del Consejo, pero así y todo se realizó una sesión paralela sin la presencia de Bolivia, Nicaragua ni Venezuela, que automáticamente denunciaron su ilegalidad.

“Un grupo de gobiernos decidieron subvertir y quebrantar el orden interno de la OEA, sustituyendo en un solo acto al presidente y vicepresidente legítimo del Consejo Permanente”, denunció Rodríguez durante el discurso que dio en la nueva sesión convocada por Bolivia y Nicaragua para denunciar que Honduras presidió la reunión a instancias de las regulaciones del ente internacional. La canciller venezolana puntualizó que esa acción fue “violatoria de los principios de no intervención en los asuntos internos de los estados, y de la igualdad soberana, entre otros”.

En ese mismo sentido se expresó el canciller boliviano Fernando Huanacuni, quien incluso calificó la situación como un "golpe de Estado" dentro de la organización, al señalar que “en organismos internacionales también ocurren actos de esta índole”, y explicó que Bolivia tomó la decisión de suspender la sesión sobre Venezuela para informarse y estudiar los documentos, pero que jamás se había negado a atender una solicitud de los Estados miembros.

“Nuestro país no acepta ni aceptará nunca agresiones ni imposiciones de otra nación. Respetamos a todos los Estados y somos un pueblo pacifista que lucha por la vida”, expresó el canciller, que también apuntó contra el secretario de la OEA: “El continente no necesita de una organización que divida a los países ni los confronte”, opinó Huanacuni, que señaló que Almagro es una amenaza para la paz de los pueblos y advirtió que la institución, sumisa a Estados Unidos, está condenada a la extinción.