La brecha cambiaria alcanzó un récord y supera el 120 por ciento, tras la disparada del dólar paralelo. Mientras el Gobierno busca aplicar medidas para resolver esta problemática, los consumidores de autos y motos aprovechan. “Si tenés ahorros en dólares, podés acceder a una gran oportunidad, porque los modelos nunca estuvieron tan baratos en dólares como ahora”, comentaron desde un concesionario a este diario. Entre enero y septiembre los autos subieron 17,8 por ciento, según Acara, por debajo de la inflación. En el mismo período, el dólar oficial subió 28 por ciento, mientras que el paralelo trepó 128 por ciento.

La venta de motos trepó 50 por ciento en septiembre, comparado con el mismo mes del año pasado. No sólo influyó la brecha, sino también el plan de financiamiento lanzado por el Gobierno y la búsqueda de evitar el transporte público por la pandemia. En el caso de autos, las ventas en septiembre mejoraron con respecto a agosto, pero no de manera interanual. De todos modos, desde el sector afirman que la expectativa de ventas para 2020 cuando irrumpió la pandemia era de tan sólo 200 mil autos, y ahora estiman que podría alcanzar los 315 mil. Los concesionarios esperaban vender 40 por ciento menos que en 2019, y esa brecha se achicó al 30 por ciento.

La brecha cambiaria inicialmente motivó la ventas de autos y motos de gama alta, donde los compradores percibían un fuerte “ahorro” en dólares. Lo cierto es que el sector vende en pesos, al tipo de cambio oficial mayorista (77 pesos), por lo que los compradores venden los dólares en el mercado paralelo (por encima de 170 pesos). Así, necesitan menor cantidad de dólares para hacerse de los pesos necesarios para la compra. Inclusive, los concesionarios hacen el promedio entre la compra y la venta del dólar blue y reciben los dólares como pago, directamente.

“En julio nos vaciaron, venían los clientes directamente al depósito”, contaron a este diario desde una fábrica de motos. Sin embargo, en la actualidad esta brecha ya no beneficia a los compradores de autos y motos de alta gama. En su mayoría son productos importados, con poco stock y licencias de importación que figuran como “observadas”, por lo que los fabricantes los venden al dólar financiero, para luego volver a acceder a ese tipo de cambio en la bolsa y no quedarse con los pesos para cuando puedan volver a sumar stock. Otros le agregan un sobreprecio de 10 o 20 por ciento al vehículo, para “cubrirse” ante el temor de una devaluación del peso, que implicaría un aumento en el costo de la reposición del stock, y así evitar una “descapitalización”.

Por el contrario, en la actualidad la brecha cambiaria impacta en la venta de autos y motos de gama media y baja. Los modelos suelen ser de producción o ensamble nacional, por lo que las autopartes se importan sin restricciones, al tipo de cambio mayorista de 77 pesos. Al mismo tipo de cambio se venden a los concesionarios y luego al consumidor final.

En septiembre, la moto más vendida fue la Honda Wave 110, que aumentó su venta de manera interanual en un 90,6 por ciento. El precio es de alrededor de 120 mil pesos, equivalente a 1500 dólares para el concesionario, que la pagó en pesos al tipo de cambio oficial. Sin embargo, al consumidor final le cuesta 750 dólares, al tipo de cambio paralelo, por encima de los 170 pesos.

La Gilera Smash fue la segunda moto más vendida de septiembre, con un aumento interanual de 155 por ciento. Cuesta, al tipo de cambio ilegal, 500 dólares, menos que un celular o una computadora. También mejoraron las ventas por el plan de financiamiento que lanzó el gobierno, con préstamos a tasas del 28 por ciento y 48 meses de plazo.

Situación similar ocurre con los autos. “El Gol que es uno de los autos más vendidos, históricamente costó 9000 dólares. Hoy cuesta 6000 al tipo de cambio paralelo”, según contaron desde un concesionario. También desde el sector consideran que pesa en el consumo la búsqueda de evitar el transporte público, el ahorro de las familias porque no hay turismo ni entretenimiento, y la búsqueda de adquirir un bien durable como forma de ahorrar a mediano plazo.

Desde el sector consideran que la brecha cambiaria persistirá durante las próximas semanas. Pese a incentivar las ventas durante algunos meses, consideran que no son compras “genuinas” y que genera un dolor de cabeza a la hora de operar. Analistas económicos con distintas miradas ideológicas coinciden que la brecha es el problema que debe atender de manera urgente el Banco Central. Pese a que el dólar paralelo está en niveles exorbitantes, genera incertidumbre y expectativas de devaluación.