Tras el aplaudido anuncio de Pfizer y BioNTech sobre el 90% de efectividad de su vacuna, el mundo comienza a preocuparse por las logísticas de traslado y almacenamiento de este nuevo desarrollo, ya que exige para el buen mantenimiento de su fórmula estar bajo una cadena de frío de -80 grados

Aunque aún faltan los datos sobre la seguridad de la vacuna, que llegarían a fin de mes, y la aprobación por parte de los reguladores de gobierno, en Estados Unidos crece la preocupación sobre las condiciones de traslado y resguardo de esta vacuna, ya que son pocos los hospitales y farmacias que cuentan con la tecnología suficiente para mantener esa baja temperatura. 

“La cadena de frío será uno de los aspectos más desafiantes de la administración de esta vacuna”, dijo Amesh Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, quien explicó que por las novedosas modalidades de su diseño (utiliza ARNm sintético para activar el sistema inmunológico contra el virus), la misma requiere ser mantenida bajo una temperatura de -80 grados.

"Esto será un desafío en todos los entornos porque los hospitales, incluso en las grandes ciudades, no tienen instalaciones de almacenamiento para una vacuna a esa temperatura ultrabaja", agregó.

De hecho, uno de los hospitales estadounidenses más prestigiosos, la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, dijo que actualmente no tiene esa capacidad. "Estamos hablando de una vacuna que necesita almacenarse a -70/-80 grados. Ese es un tremendo problema logístico no solo en los EE. UU., sino también fuera del mundo occidental", dijo Gregory Poland, virólogo e investigador de vacunas de la Clínica Mayo.

“Somos un centro médico importante y no tenemos una capacidad de almacenamiento como esta. Eso será cierto para todos. Este es un obstáculo logístico", advirtió.

Adelantándose a esa problemática, Kim Bencker, portavoz de Pfizer, dijo esta semana que la compañía está trabajando en estrecha colaboración con el gobierno de Estados Unidos y los funcionarios estatales de todo el mundo para organizar el correcto envío de la vacuna. 

Ese plan de distribución incluiría el uso de hielo seco para transportar las vacunas congeladas tanto por aire como por tierra, manteniendo la temperatura recomendada por 10 días. Una vez entregadas, los proveedores de atención médica estatales y locales serán los responsables de almacenar y administrar las vacunas.

Conservación

Según informó Bencker, las vacunas pueden mantenerse en un congelador de temperatura ultrabaja (-80 grados) hasta por seis meses, o por cinco días a -2/-8 grados, un tipo de refrigeración disponible en los hospitales. Actualmente, las empresas están analizando si es posible extender ese período corto de conservación unos días más sin que las vacunas se vean perjudicadas. 

Esta es una de las principales desventajas respecto a sus competidoras. La vacuna de Moderna, que está trabajando con una tecnología similar, no necesita almacenarse a una temperatura tan baja. Otras, como las de Johnson & Johnson y Novavax Inc., se pueden almacenar a -2/-8 grados, la temperatura de un refrigerador normal.

El problema de la equidad

Frente a esta situación, Northwell Health, un importante sistema hospitalario de Nueva York, está ampliando su capacidad de almacenamiento ultrafrío. Aunque es posible aplicar la vacuna en 5 días antes de que se eche a perder, el director de farmacia de Northwell, Onisis Stefas, dijo que el hospital decidió que el acceso al congelador garantizaría una implementación sin problemas.

Sin embargo, no todos los hospitales cuentan con los recursos necesarios para adaptarse a esta situación. De hecho, los requisitos de almacenamiento en frío podrían impedir la capacidad de Pfizer para llegar a los sistemas de salud rurales y hogares de ancianos, o a países pobres, que pueden no tener los fondos para las unidades de refrigeración.

"Si Pfizer's es la única vacuna que se autorizará en los próximos meses, nos preocupa la equidad cuando se trata de extenderla a las áreas rurales", dijo Claire Hannan, directora ejecutiva de la Association of Immunization Managers, un grupo de presión para funcionarios de salud pública que manejan vacunas.

Además, algunos estados ya han anunciado la escasez de congeladores ultrafríos, según documentos públicos presentados ante los Centros para el Control de Enfermedades de EE. UU. Ante esa falta, California propuso construir una red de distribución de congeladores ultrafríos, incluidas clínicas móviles de vacunación, para llegar a áreas desatendidas en todo el estado.