Pese a las denuncias desestimadas por los tribunales de distintos estados, el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue insistiendo en la idea de un supuesto fraude en las elecciones del tres de noviembre y no reconoce el triunfo del demócrata Joe Biden. Sin embargo, Trump planteó que le resultará "difícil" lograr la apertura de un proceso de apelación ante la Corte Suprema de todas las denuncias por fraude electoral que presentó y que fueron rechazadas en primera instancia por ausencia de pruebas. 

"Mi opinión no va a cambiar en seis meses", dijo el mandatario saliente en una entrevista brindada a la cadena de televisión Fox. "Hubo una cantidad tremenda de trampas, un fraude masivo", agregó. La última demanda fue desestimada este sábado y había sido presentada por el congresista republicano Mike Kelly en el estado de Pensilvania.

El relato del fraude

"El caso es que es difícil. Tengo los mejores abogados para ello, pero me dicen que es muy difícil hacer algo", explicó Trump en un contacto telefónico con Fox News en el que se mostró consternado ante los "obstáculos" de su plan para revocar los resultados electorales que le otorgan la victoria a su adversario demócrata, Joe Biden.

En ese sentido, dijo que su intención es concentrar todas sus preocupaciones en "una hermosa y enorme demanda gracias a las tremendas pruebas de fraude que tengo". Sin embargo, sus asesores no se mostraron convencidos de que esa iniciativa pueda prosperar.

"¿Qué clase de sistema judicial es este?", se lamentó Trump. "El Tribunal Supremo debería atender nuestro caso. Alguien debería ser capaz de presentar el caso ante el Supremo. Si no, ¿para qué vale?", agregó, al tiempo que recordó que el voto por correo fue un "desastre".

Trump insistió en la remachada idea de que fue víctima de "un fraude total" en el que habrían llegado a participar incluso agencias de seguridad como el FBI o el propio Departamento de Justicia. También concluyó que su derrota fue "estadísticamente imposible" y que dedicará el "125 por ciento" de su energía a seguir insistiendo con sus denuncias. Pese a su retórica combativa, el mandatario saliente parece quedarse cada vez más solo. 

Última derrota judicial 

El Tribunal Supremo de Pensilvania desestimó el sábado una demanda contra el voto por correo interpuesta por el congresista republicano Mike Kelly, en lo que significó una nueva derrota del entorno del presidente en los juzgados. En este caso particular, la demanda se centró en que el estado de Pensilvania no había aprobado correctamente la ley que permitía el acceso universal al voto por correo, es decir, que las boletas para votar por correo se envían a los domicilios del votante sin que éste tenga que realizar un trámite previo.

Por tal motivo Kelly solicitaba que se cancelaran todos los votos por ese medio, mayoritariamente demócratas, o que se permitiera al estado, en cuyas cámaras los republicanos tienen mayoría, seleccionar a los electores que deben ir al colegio electoral.

En un fallo categórico, los jueces indicaron que ese rechazo de la ley llegaba demasiado tarde, más de un año después de su adopción, y en un momento en que el resultado de la elección "parecía aparentemente evidente". Biden ganó en Pensilvania con una ventaja de 81 mil votos. La Corte rechazó las dos demandas y calificó la segunda de ellas de "sorprendente", ya que trataba de "arrebatar el sufragio a los 6,9 millones de personas que votaron en Pensilvania".

El Tribunal desestimó la denuncia sin dejar posibilidad de apelación. En su auto, el juez David N. Wecht fue duro con los demandantes a los que acusó de no ser capaces de demostrar "que un simple voto por correo haya sido contado fraudulentamente".

"Decir que una elección es injusta no hace que lo sea. Los cargos requieren acusaciones específicas y después pruebas. No tenemos ninguna de las dos cosas aquí", señaló por su parte el juez Stephanos Bibas, de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Filadelfia.

El jueves pasado, Trump había asegurado por primera vez desde los comicios de principios de noviembre que dejaría el cargo si el colegio electoral votaba por Biden. "Ciertamente lo haré, y ustedes lo saben", dijo ante preguntas de los periodistas, luego de mantener una conversación telefónica con las tropas desplegadas en el extranjero con motivo del Día de Acción de Gracias.

Este fin de semana se supo además que el recuento de votos pedido por la campaña de Trump en el condado de Milwaukee, en Wisconsin, agregó 132 votos al ya amplio margen de victoria de Biden, que se impone allí por más de 20 mil sufragios. En la última semana además se oficializaron los resultados en Pensilvania, Michigan y Georgia, tres de los estados claves que Trump perdió en las elecciones y que apuntalan la victoria del demócrata.

El equipo de Trump, comandado por el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, solo tiene hasta el ocho de diciembre para desarrollar su estrategia legal. Ese día todos los estados deberían haber resuelto cualquier disputa y el gobernador de cada territorio debe enviar los resultados certificados al Congreso.

Una vez confirmado el conteo de cada estado, estos consignan los delegados que les corresponden dentro del sistema de Colegio Electoral el 14 de diciembre y transmiten el resultado al presidente del Senado y vicepresidente, Mike Pence, el seis de enero. 

Cuando se ratifique que Biden supera los 270 votos electorales, el presidente electo inaugurará su mandato en una ceremonia frente al Capitolio el 20 de enero. Los resultados sitúan al demócrata con 306 votos frente a los 232 de un Trump que a esta altura solo apela a victimizarse para demorar su despedida.