En el mes de Noviembre, pese a la pandemia, China organizó la tercera edición de la Feria Internacional de Importaciones de Shanghai. Esta feria que reúne a importadores chinos de todo el país es una gran oportunidad para que exportadores de todo el mundo puedan colocar sus productos al mercado más grande del mundo. Sin embargo, en esta ocasión, por la expansión de coronavirus en el resto del mundo hubo menor presencia de exportadores. Desde Argentina menos de 10 empresarios viajaron para participar, sólo algunas bodegas y frigoríficos. Pero para esta edición  el gobierno chino organizó diversas actividades de manera virtual, como por ejemplo la Ronda de Negocios de Vinos que realizaron en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Productivo de nuestro país y el Bank of China; de la que participaron unas 20 bodegas argentinas de un lado y una gran cantidad de importadores chinos del otro.

Actualmente en China el consumo interno se ha convertido en la fuerza más importante del crecimiento económico, representa el 80% del PBI. Esto se debe a un proceso de distribución de la riqueza que ha generado China durante todas estas décadas de crecimiento a altas tasas. En 2012 el PBI per cápita de China era menos de la mitad que el argentino, al día de hoy ya lo superaron ampliamente. Algunas ciudades, como Beijing y Shanghai, duplican la media nacional.

Con el aumento en la capacidad de compra, China se transforma velozmente en un país con un perfil más de importador que exportador. Las importaciones crecen a más del 10% por año, mientras que las exportaciones no llegan al 5% de crecimiento. El volumen de alimentos importados por China pasó de USD 4 mil millones en 1997 a más de USD 60 mil millones en la actualidad. Las carnes, los lácteos y los mariscos se ubican en el top 3 de alimentos importados, alcanzando entre los 3 casi el 50% del total.

A la vez China importa productos de cada vez más países, fueron 108 países en 1997, pasando a más de 170 en la actualidad. Además de que en China hay mucha competencia, algunos países proveedores de alimentos tienen Tratados de Libre Comercio (TLCs) con China, por lo que cuentan con una importante ventaja competitiva, como lo son Australia, Nueva Zelanda, Chile, Tailandia, Indonesia y Vietnam.

En 2019 Argentina fue el sexto socio comercial de China en América Latina, detrás de Brasil, México, Chile, Perú y Colombia. Analizando exclusivamente el comercio agroindustrial, en 2019 Argentina fue el segundo proveedor en América Latina, por detrás de Brasil y el octavo a nivel mundial. El último año China importó desde Argentina alimentos por U$S 6.606 millones, lo que representa 192% más que en 2018.

Los productos derivados de la soja representan poco más del 50% del total de exportaciones argentinas a China, pero hace unos años ese porcentaje era mucho mayor. Esto se debe al proceso de diversificación como resultado de los acuerdos comerciales entre los dos gobiernos para autorizar el acceso de nuevos productos. En los últimos 10 años se han incorporado al listado de productos exportados más de 50 nuevas posiciones arancelarias. Hoy Argentina le vende carne bovina, camarones y langostinos, aceite de maní, carne aviar, calamares, tabaco, maderas, pescados, entre otros.

Pero pese a la mejora en la diversificación de nuestra oferta exportable el desafío todavía es exportar en mayor cantidad, más tipos de productos y con mayor valor agregado, para lo cual se requiere que más empresas se animen a hacerlo y no solo las grandes, sino también las PYMEs. En la actualidad casi 800 empresas argentinas exportan sus productos a China. Chile tiene aproximadamente el doble de empresas proveedoras del gigante asiático.

Otro desafío a superar es que las empresas argentinas desarrollen una estrategia de comercialización dirigida directamente al consumidor final chino. Es necesario profundizar el conocimiento del mercado chino para entender sus particularidades y grandes diferencias con los mercados occidentales. Para una exitosa inserción, conviene capacitarse y asesorarse sobre la adaptación del producto para el mercado chino, la importancia que tienen en la promoción de los productos las redes sociales chinas (son distintas a las occidentales), sobre cómo vender de manera on-line a través de las diversas plataforma de e-commerce, entre otros. 

A su vez esta instancia de formación debe estar acompañada por una mayor promoción de los productos argentinos y de la marca país y de una mayor participación en las cientos de ferias sectoriales y multisectoriales que tiene China a lo largo del año. Tengamos en cuenta que, por la distancia,el plazo de envío vía barco desde Argentina es promedio 45 días, cuando por ejemplo desde Australia es de 20 días.

Por otra parte, tenemos una importante ventaja con respecto a algunos países, que es la perspectiva de las muy buenas relaciones políticas entre ambos países, que a diferencia de otros exportadores, como por ejemplo Australia, está sufriendo medidas comerciales por parte del gobierno chino contra la importación de sus productos, como el vino y la carne.

Argentina enfrenta el reto de exportar a un mercado complejo, dinámico y totalmente diferente. A la vez, una gran oportunidad para obtener las divisas y el desarrollo que nuestra economía necesita, pero para ello es fundamental la articulación público privada y definir una estrategia común desde el gobierno nacional conjuntamente con los gobiernos provinciales y locales, las cámaras empresarias y las propias empresas.

Director Ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC). Master en Cooperación Económica Internacional de la Universidad de Economía y Negocios Internacionales (Beijing, China).