Fabiana Gangi, de 37 años, padece una obstrucción crónica intestinal neuropática. Su esposo, Víctor Miguel Rodríguez, pidió al Ministerio de Salud de la Provincia que cumpla con la sentencia dictada en un amparo judicial el año pasado para que el Estado le garantice la atención médica, la medicación e insumos sanitarios. El hombre hizo un llamado desesperado mediante un video en redes sociales porque pese al amparo y a las numerosas denuncias que hizo ante el incumplimiento y por abandono de persona, sigue sin soluciones. 

Rodríguez explicó a Salta/12 que Fabiana pasó ya por cinco cirugías, fue asistida en cuatro hospitales de Buenos Aires. Se encuentra a la espera de una derivación que no se concreta por la pandemia de la covid-19. Mientras tanto, necesita atención médica, requiere un medicamento diario, Tramadol, que contiene 6 ampollas, cuesta $1.200 y le dura un día o dos, y necesita también un catéter. Pese a que el juez Ricardo Nicolás Casali Rey ordenó al Ministerio de Salud de la Provincia brindar la asistencia a Gangi, esto no ocurre.

"Es bastante desesperante", dijo Rodríguez. El hombre grabó un video tratando de llamar la atención. Alguien le pasó el teléfono del ministro de Salud Juan José Esteban, a quien llamó y envió mensajes y éste le respondió. Rodríguez contó que el funcionario le contestó que no estaba al tanto de la situación. Después lo contactó una empleada para comunicarle que Gangi tiene un turno médico para el 14 de enero a las 10 con un profesional que, según señaló Rodríguez, ya la atendió el año pasado, de mala manera y la derivó a una ginecóloga pidiéndole además una carpeta médica. La cartera de Salud no proveyó la medicación ni el catéter que la mujer necesita con urgencia. 

Rodríguez sostuvo que su esposa tiene una enfermedad crónica, que tiene un carnet de discapacidad y aseguró que viene siendo discriminada por las autoridades de Salud Pública de la Provincia que deberían brindarle asistencia y contención. Explicó que la mujer padece de dolor permanente a raíz de la enfermedad, "el Ministerio de Salud lo sabe, a ella le está faltando el Tramadol, un medicamento que le permite soportar el dolor y es gravísimo que le falte", enfatizó.

A raíz del fallo judicial, el Ministerio de Salud había dispuesto que el gastroenterólogo Alfaro Villegas fuera el médico cabecera de Gangi. Rodríguez explicó que se firmó un acuerdo con el Ministerio dos días antes de la cuarentena y que pese a que le dejaron el teléfono del profesional de la salud, "no se pudieron comunicar" y que éste "nunca la quiso atender".

"Hago responsable al Ministerio de Salud de lo que pase con la salud de Fabiana (...) No me voy a cansar de luchar para que los derechos de Fabiana sean respetados", expresó Rodríguez.

Pese a que el ministro de Salud le dijo que desconocía la situación de su esposa, Rodríguez contó que el pasado 4 de enero se reunieron con el coordinador de Asuntos Legales y Relaciones Institucionales en el ámbito del Ministerio de Salud, Ricardo Carpio, en el Grand Bourg, al que lo puso al tanto de la situación, y el funcionario se comprometió a brindar soluciones, pero no lo hizo. "El 6 la secretaria me mandó un mensaje diciendo que al Tramadol no se lo iban a dar hasta que la vea un médico a Fabiana", detalló, y añadió que la misma excusa le pusieron para darle el catéter.

Rodríguez dijo que el 4 de enero llevó a su esposa con un médico cirujano, porque esa fue la indicación que recibió desde el Ministerio de Salud. Dijo que este profesional tuvo un buen trato con su esposa pero manifestó que no podía atenderla porque no era su paciente y no la había operado, por ello la derivó al Hospital San Bernardo para que la vieran especialistas de gastroenterología, proctología, tratamiento del dolor y psicología, además le dio la receta de tramadol. 

El hombre contó que su esposa al parecer tuvo la enfermedad desde que nació pero no era diagnosticada de forma correcta. Hace 10 años su estado de salud comenzó a empeorar y fue sometida a varias cirugías. 

Por entonces él era empleado de comercio pero en ese momento tuvo que dejar ese trabajo para cuidar de su pareja. Trabajó desde entonces como vendedor ambulante, ahora se desempeña de forma no registrada en una pollería y como chofer de "remis trucho". Además de los gastos habituales para alimentar a su familia, compuesta por el matrimonio y 3 hijos en común, Rodríguez debe juntar dinero para comprar los medicamentos que no le provee el Estado. En esta circunstancia, el hombre valoró la solidaridad de sus amistades y de otra gente que le brindó ayuda para comprar el medicamento que le durará dos días.