¿Duerme la siesta, Presidente?

–No. Suelo empezar a trabajar a eso de las 9, unas doce horas de corrido. Y estoy aprovechando las mañanas para hacer desayunos de trabajo.

–¿Se acuerda cuál fue aquella vez que lloró como un chico?

–Sí. Cuando falleció mi madre (poco antes de que se lanzara su candidatura a la presidencia). También lloré mucho la muerte de Maradona.

–¿Sigue tocando la guitarra?

–Sí. Me traje una que tenía en Puerto Madero y sigo tratando de sacar temas de Litto Nebbia.

La tarde en la que le dio la nota a Página/12, que duró casi dos horas, el Presidente había tenido varias reuniones. Hacía calor y el sol brillaba con todo su esplendor. Consultado sobre si alguna vez lo habían entrevistado tres mujeres, el Presidente dijo que creía que no. Este año, a partir de la discusión y promulgación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, su agenda estuvo muy vinculada al feminismo, un tema sobre el que se explayó cuando habló sobre la paritaria a la que llegaron los trabajadores bancarios. Los trabajadores de ese sector están por firmar un acuerdo para establecer un protocolo contra la violencia de género en todas las entidades del país, un gremio donde más del 40 por ciento son mujeres. El Presidente se mostró preocupado por la brecha salarial entre hombres y mujeres y, especialmente, porque es consciente de que en determinado momento las empresas elijen sólo hombres para ocupar puestos jerárquicos, una realidad que quiere cambiar.