La pandemia de coronavirus generó una notable paralización de los festejos de carnaval y los flujos de visitantes a Bolivia, una actividad que incluso llega a durar entre dos y tres meses en regiones como Cochabamba. El nuevo pico de la covid-19, que comenzó a fines de diciembre, ha llevado a las organizaciones folclóricas a paralizar las actividades de carnaval en varios de los nueve departamentos del país. 

Este año, el carnaval dejaría de mover al menos 489 millones de bolivianos (unos 6254 millones de pesos) en el país. Las pérdidas económicas afectan a unos 14 rubros que forman parte de la cadena productiva del país, según el diario Página Siete.

En condiciones normales lo habitual era empezar con festejos locales y tradiciones previas al carnaval, como los jueves de compadres y comadres, algo típico del sur del país. También estaban los preparativos para la entrada folclórica en Oruro el sábado de carnaval, declarada Patrimonio de la Humanidad, o la realización de fiestas previas al desfile o corso en Santa Cruz, la región más poblada del país. 

Ninguna de estas rutinas ha estado plenamente en pie por la pandemia y las disposiciones que se aplican en ciudades como Cochabamba y Santa Cruz, donde rigen durante estos días confinamientos cortos y restricciones de circulación o reunión. Policías y guardias municipales controlan en las calles el cumplimiento de estas medidas que permiten la circulación a pie o en bicicleta y máximo en grupos de cinco personas.

Bolivia registra 11.202 fallecidos y 236.732 contagios confirmados desde la detección de los primeros casos de coronavirus en marzo del año pasado. Afrontando una segunda ola de la pandemia desde diciembre de 2020, el gobierno nacional ha realizado gestiones para encarar la inmunización masiva de la población con dosis de distintos laboratorios que comenzarán a llegar a fines de este mes