El año pasado, la pandemia no se limitó solamente a modificar aspectos de la cotidianeidad de la vida. Sino que fue más allá, y tocó incluso hasta la muerte, estableciendo protocolos para despedir a un ser querido cuando muere. Inspirada en estas despedidas truncas que el coronavirus forzó, Gaby Blanco creó Para decir adiós, una obra performática que se presenta hasta el 7 de marzo como parte del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA).

La dramaturga, directora, actriz y performer transformó su dolor en arte e hizo una performance de site specific, para la que hay que caminar desde el Lago Regatas -ubicado en el barrio de Palermo- hasta el río. “La obra la creé durante el aislamiento cuando se murió una amiga mía de coronavirus y no había protocolo de despedida. De ahí surgió la obra, de las despedidas truncas y como un homenaje para ella”, detalla Blanco.

Si bien el gran hilo conductor de la obra es su texto, con instrucciones de su creación, el ritual incluye también audios reales, de gente despidiéndose. “La obra está llena de audios de gente que grabó despedidas que les quedaron inconclusas”, explica.

Bajo la curaduría de Fernando Rubio, la obra indaga en el ritual de despedida que la pandemia modificó. Es un audio obra, donde a los participantes se les da unos auriculares, una bolsa, un globo, unas postales, biromes y un refrigerio para transitar un camino donde hay texto e instrucciones.

Blanco invita al público a la introspección. Pero también, a preguntarse qué hubiese pasado de haber tenido unas últimas palabras con aquella persona a la que no pudieron decir adiós: “¿a dónde van las cosas que no se dicen y quedan ahí, en la piel?”.

La propuesta, que para la autora “es una obra y una experiencia”, forma parte de un estilo de trabajo en el que a ella le interesa desenvolverse: la reformulación de los espacios y la exploración de los vínculos como potencia creadora. Para la dramaturga, “la frontera, los límites geopolíticos, culturales, la ficción, no-ficción” forman parte de su propuesta artística.

Bajo la premisa de la práctica del caminar -como arte estético- Blanco convoca a todos a una gran peregrinación hacia la despedida final, hacia soltar eso que acompaña pero que ya no está. Y como la poesía más dulce y desgarradora a la vez, mientras el espectador tiene al río como horizonte infinito, se escucha su voz que en un susurro da la estocada final e invita a soltar: “Entre mis manos tengo lo que no pude decirte, lo que necesitamos soltar para seguir nuestros caminos. Miro el cielo. Nos veo y te suelto. Te dejo ir.”

*Para reservar entradas hay que acceder a https://www.buenosaires.gob.ar/fiba/para-decir-adios.