La presentación de una “querella criminal” contra los responsables del endeudamiento con el FMI en la era Cambiemos, anunciada por el presidente Alberto Fernández en la apertura de sesiones legislativas, forzó a la oposición a cambiar de agenda y centrarse en contrastar la idea de un crédito leonino y de carácter netamente geopolítico. Tras los dichos del mandatario, los generales económicos de Mauricio Macri, ex ministros y hasta la titular del PRO, Patricia Bullrich, se dedicaron a explicar por qué se decidieron a tomar los 44 mil millones de dólares. Casi al instante, recibieron un contra ataque del Gobierno, vía una ponencia detallada del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que califició al endeudamiento "totalmente irresponsable". 

¿Por qué la reacción opositora fue tan inmediata? Poca relación tiene con los posibles efectos penales de una causa judicial que aún no se cursa. La gestualidad defensiva de la política de deuda es netamente electoral. Diversas fuentes de Cambiemos confiaron a Página I12 que desde hace tiempo se midió la consideración negativa que la sociedad tiene del préstamo que el macrismo hizo con el FMI. Y que, ante ese escenario, era necesario salir a refutar al Presidente, aún cuando la oposición venía con una semana de agenda positiva luego del vacunatorio VIP. Esas mediciones muestran, también, que en los propios votantes y líneas internas de Cambiemos, hay rechazo a la apelación al FMI.

Así, salieron fuerte el ex ministro de Economía Hernán Lacunza, sucesor de Nicolás Dujovne, el tomador del crédito; Guido Sandleris, ex titular del Banco Central; y Luciano Laspina, legislador y economista del espacio. Se plegó además Bullrich, la titular del partido, que aseguró que "no vamos a dejar que este Gobierno haga un juicio tipo soviético" y adelantó que "vamos a defender las cosas que hicimos". 

Dujovne, en tanto, sigue en el ostracismo desde el 18 de agosto del 2019, cuando se fue de la cartera. Cuentan que, a diferencia de sus colegas, no quiere repetir el error de criticar a los que gestionan. Y trata de evitar a los medios. Para los que sí se volcaron a explicar en Twitter, hay dos versiones, la pública, que aduce que el préstamo era la única forma de cubrir déficit fiscal y pagar deudas pasadas. Y la privada: aquí comentan que “las decisiones de política económica no pueden ser judicializadas”, y citan como antecedente un caso paradójico. Las denuncias que su propio partido hizo contra el kirchnerismo por la venta de dólar futuro. Una defensa natural ante una querella que busca a los responsables de una gestión de deuda que condicionó a generaciones. 

Los cruces

“La deuda no sale de un repollo. Cuando un Gobierno aumenta su deuda, es porque tiene déficit fiscal, sus gastos exceden sus ingresos y necesita que le presten para financiarlo. Así de simple, no hay misterios”, apuntó Sandleris. A su turno, Lacunza sumó datos numéricos: En 2020, la deuda aumentó más que en el promedio 2016-19: 21.000 millones de dólares (6,75 por ciento interanual a septiembre, último dato oficial), versus 17.800 promedio en el cuatrienio anterior (6,72 por ciento promedio anual septiembre 2019 versus septiembre de 2015)”. Y completó diciendo que, "lógico. Volvió el déficit fiscal (porque 'deuda hija, déficit padre'): 0,4 por ciento déficit primario 2019 versus 6,5 por ciento en 2020 (2,5 por ciento sin Covid)".

A título personal, Kulfas recogió el guante y le respondió a Sandleris. Habló en Twitter de un endeudamiento “totalmente irresponsable” y pidió alcanzar “consensos básicos” para terminar con procesos de deuda inconsulta. A tales fines, el Gobierno ya había presentado en el Congreso un proyecto de ley impulsado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, que exige de ahora en más aval parlamentario para el endeudamiento.

La respuesta de Kulfas fue, antes que nada, simple y directa: "el crédito del FMI otorgado a la Argentina durante 2018 y 2019, cancela, en gran medida, deuda 'intrasector público'", dijo y agregó que, "a posteriori, los dólares que recibieron los organismos públicos fueron vendidos en el mercado único de cambios financiando los niveles récord de dolarización de portafolio de la gestión anterior". Y agregó que “el endeudamiento irresponsable entró por una puerta y salió por la otra”. Asimismo, en declaraciones a AM 750, el ministro agregó que “los ex funcionarios de Macri, en lugar de hacer una autocrítica, nos vuelven a sorprender con una reivindicación de esta toma de deuda totalmente irresponsable e innecesaria".

Puntualizó además que esa deuda "terminó generando estos 45 mil millones de dólares que ingresaron del FMI y que no estaban en el Banco Central cuando ingresamos al Gobierno". "Tampoco habían sido invertidos en caminos ni en proyectos productivos que generaran empleo, sino que habían sido derivados a pagar nueva deuda a bonistas privados y a la fuga de capitales", afirmó. En la misma línea, destacó que "si el problema es como decía Sandleris, que había que financiar un déficit fiscal, el déficit fiscal es en pesos entonces para qué endeudarse en dólares; eso es lo que no explican los funcionarios macristas, y efectivamente el riesgo de default en pesos es bajísimo, de hecho, el único gobierno del mundo que defaulteo una deuda en pesos es el de Mauricio Macri".

El enfoque del Gobierno y el BCRA

"Definimos reglas de juego para fortalecer la restaurada sosteniblidad de la deuda pública buscando que nunca más el país viva crisis de deuda externa que socavan las oportunidades de millones de argentinas y argentinos. Y nos acompañó el Congreso", apuntó Guzmán en una catarata de tweets en los que se refirió al discurso del Presidente. Naturalmente, el ministro de Economía, quien negocia la deuda, es la voz política y mesurada de la historia. Aunque fue el primero en sentar las bases de la postura oficial actual de manifestar las irregularidades de Cambiemos.

Guzmán, que viajará a Estados Unidos a mediados de marzo, confía en que la negociación vaya en paralelo a las causas que buscan responsables. No solo la querella oficial, sino las dos investigaciones que tiene en marcha el propio FMI para averiguar las condiciones del crédito de la administración de Christine Lagarde a Macri. En esa línea se expresó, también, Gerry Rice, vocero del organismo, en una conferencia en la que aclaró que la vía investigativa no se pisará con el avance de las negociaciones. De todos, como adelantó Fernández, para el país ya no hay apuro en cerrar. 

Por otra parte, el BCRA avanza en la presentación de detalles internos del crédito. "En la última toma de deuda FMI, hubo irregularidades de tipo administrativo, de incumplimiento de memorándums y violatorias del convenio constitutivo del Organismo multilateral", expresó la directora del Central, Betina Stein, quien descartó que la situación pueda llevar al no pago de la deuda. 

"Entre mayo del 2018 hasta octubre de 2019, hubo una fuga de capitales que alcanzó los US$ 45 mil millones", lo cual "constituye una violación al convenio constitutivo del FMI que prohíbe que los créditos que se piden al organismo sean utilizados para la formación de activos externos (FAE)", dijo. Asimismo, Stein explicó que el acuerdo firmado "contradice los propios términos que el Gobierno anterior asumiera en los memorandos de entendimiento de política económica y financiera a los efectos de que se aprobara el crédito".