Si hubiera una manera exacta de medir las palabras más utilizadas durante las últimas dos semanas nadie debiera sorprenderse si el primer lugar lo ocupara el vocablo "Cerúndolo". El apellido de moda en el ambiente del tenis tiene dos sustentos empíricos. Juan Manuel, el menor de los hermanos, de 19 años, viene de convertir en añicos los pronósticos con la consagración en el Córdoba Open; y Francisco, el más grande, de 22, se hizo camino por estos días a puro escopetazo y jugará la final del Argentina Open.

Este sábado Francisco superó 7-6 (5), 3-6 y 6-2 al español Albert Ramos y buscará su primer título de nivel ATP este domingo desde las 15 frente a Diego Schwartzman, quien se deshizo por su parte del serbio Miomir Kecmanovic por 6-0 y 6-4: "Jugar contra Diego será un orgullo; va a ser mi primer partido contra un top 10 en una final cien por cien argentina, con un campeón local asegurado después de varios años". Con el pase a la final se aseguró quedar, al menos, 112° del mundo la semana próxima; en caso de conquistar el título alcanzaría el objetivo primordial de todo tenista en proceso de inserción en el circuito grande: meterse en el top 100 (llegaría al puesto 97).

Apenas una semana luego de la sorpresiva consagración de su hermano menor Juan Manuel Cerúndolo en el Córdoba Open, el jugador de 22 años disparó bombas y bombas desde cada vértice de la cancha y se abrió camino en el mítico Court Central Guillermo Vilas: superó la clasificación, se aseguró su lugar en el cuadro principal del ATP de Santiago como special exempt, quedó al borde de entrar a Roland Garros y buscará el trofeo en Buenos Aires.

Su padre Alejandro "Toto" Cerúndolo, quien fuera 309° como tenista en 1982, entrenador de varios jugadores destacados y capitán de Fed Cup a fines de los '80, exhibió su alegría ante Página/12 por el gran momento de sus dos hijos tenistas: "Esto es para Netflix, todas las semanas tengo un chico en la final. Esto es un orgullo porque ya estoy grande, tengo muchos años en esto, imaginate que yo jugué acá con Martín Jaite en 1984 un partido terrible que perdí 7-5 en el tercero; tenía 24 años y ahora tengo 61. Acá vi jugar a infinidad de jugadores: Borg, Vilas, Franulovic, Panatta, Nastase, Stan Smith, todos enormes. Me resulta insólito ver a mis hijos jugar acá”.

Además del presente de ensueño con la raqueta en la mano, el mayor de los Cerúndolo transita el circuito mientras estudia economía y finanzas, carrera en la que ya tiene quince materias adentro. En los viajes los tenistas suelen tener bastante tiempo libre y, más allá de los torneos en la Argentina en los que asisten familia y amigos, el jugador de 22 años suele aprovechar para leer. “Tengo una sensación muy fuerte. Yo le había dicho a Fran que podía ganar un ATP, aunque no podíamos precisar si sería acá o en Córdoba; pero se lo dije porque no es normal ganar tres Challengers casi seguidos más todos los grandes partidos que jugó”, dijo Toto en referencia al sprint final que metió su hijo mayor entre el ocaso del año y el inicio de la nueva temporada.

Francisco es la antítesis de su hermano Juan Manuel. Su forma de jugar tiene un estilo ofensivo que se ampara en el poder de fuego y en el palo y palo constante. La velocidad de pelota que imprime, sobre todo con su drive, resulta incontenible para la mayoría de sus rivales durante los últimos meses. En ese sentido se siente conforme con el impulso de esta semana: "En este torneo vengo de menos a más: arranqué en un nivel medio y ahora jugué los mejores partidos de mi carrera, la clave fue la cabeza".


Así como Toto lo llamó "Hannibal Lecter" la semana pasada a Juan Manuel, los últimos apodos que le puso a Francisco son "El Pistolero" y "Billy The Kid": "Sus partidos son como en los pueblos en los que no queda nadie en la calle, están él y el rival, y hay un cartel que dice 'dead or alive'; (muerto o vivo); Fran y el otro a los tiros, esquivan las balas, y gana el que mete el último balazo. La vida de Fran es la de un pistolero: sabe que tiene mucho fuego y lastima siempre que pega".

La diferenciación entre Juanma y Fran, detallada por el hombre que mejor los conoce: “Juanma juega un tenis más universal, más de mi época, de los ’70 y los ’80: mezcla y tira, es como un cirujano, te va operando, es un ajedrecista. No podés equivocarte un milímetro porque te come. Es un contragolpeador; Fran, en cambio, es un jugador más moderno por el toma y daca, no especula en nada. Es muy inteligente pero te somete a una velocidad muy alta. Hoy Fran podría estar a la altura de jugadores como Rublev o Auger Aliassime, con buen tamaño y un tenis ofensivo constante". Con estilos distintos, uno ya ganó su primer título grande, el otro querrá seguir sus pasos este domingo.

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