Servier, la empresa farmacéutica francesa, fue condenada este lunes por la justicia de "engaño agravado" y de "homicidios y lesiones involuntarios" a raíz del escándalo de Mediator, un medicamento que podría estar vinculado a centenares de muertes en Francia.

Esa droga fue comercializada en un principio para personas diabéticas. Sin embargo, como sus propiedades provocan una reducción de apetito, terminó siendo recetada también para adelgazar. El medicamento estuvo en el mercado durante 33 años y llegó a las manos de cinco millones de personas en Francia (1976-2009). El Mediator podría ser responsable a largo plazo de 2.100 muertos, según un examen judicial.

"Pese al conocimiento que tenían de los riesgos existentes desde hacía muchos años (...) nunca tomaron las medidas que se imponían y de este forma engañaron" a los consumidores que tomaron este fármaco, dijo en alusión a la farmacéutica la presidenta del Tribunal Correccional de París, Sylvie Daunis, según informaron medios locales.

De hecho, este producto también se utilizó en países como España o Italia, donde había dejado de venderse mucho antes, en 2003 y 2004, respectivamente.

Servier fue condenado a pagar 2,7 millones de euros de multa, aunque fue absuelto del cargo de "estafa". Jean-Philippe Seta, directivo del grupo farmacéutico y exmano derecha del magnate Jacques Servier, fallecido en 2014, fue condenado a cuatro años de cárcel en suspenso.

La fiscalía había solicitado cinco años de prisión incondicional y 200.000 euros de multa. Por su parte, la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento, que "fracasó de forma grave en su misión de policía sanitaria", fue condenada a 303.000 euros de multa, por encima de lo solicitado por la fiscalía (200.000 euros).

Los 6.500 demandantes había solicitado un castigo "ejemplar" en este escándalo sanitario que estalló hace más de una década y considerado uno de los mayores de la historia de Francia.

Según la acusación, la empresa disimuló a propósito las propiedades del medicamento para reducir el hambre y sus peligrosos efectos secundarios, entre estos, lesiones graves de las válvulas cardíacas e hipertensión arterial pulmonar, una patología rara y mortal. La jueza Sylvie Daunis destacó la "extrema gravedad" del engaño, de una "envergadura considerable e inédita" y del que "fueron víctimas miles de pacientes".

Estos hechos "fragilizaron la confianza en el sistema de sanidad", según la presidenta del tribunal. Servier negó durante el juicio haber tenido "una voluntad deliberada de engañar".

Según uno de los abogados de los demandantes, Jean-Christophe Coubris, la condena a nivel económico es muy baja. Las multas impuestas son "ridículas con respecto al volumen de negocios anual del grupo Servier, de alrededor 4.700 millones de euros", dijo.

En total, estos habían reclamado 1.000 millones de euros en daños y perjuicios, de los cuales casi la mitad para la Seguridad Social, que cubrió el 65% del coste del Mediator.