La derecha argentina, que apoyó a la dictadura, ahora rechaza las medidas de precaución sanitaria con el pretexto de defender la libertad. Pero en realidad esta repentina exaltación de la libertad es una excusa para impedir que se afecte la actividad de sus bancos y empresas. Con la perspectiva de una tragedia inminente por la epidemia, los argentinos deben afrontar otra tragedia con 42 por ciento de pobreza. Hay sectores que plantean que esa problemática se resuelve con más IFE y ATP. Pero cuando disminuyan los contagios, los trabajos que se pierdan no se recuperarán con la misma velocidad. El gobierno debe atravesar ese cruce furioso de correntadas divergentes y evitar que se pierdan vidas y fuentes de trabajo por la epidemia.

“No recuerdo que con el golpe del 76 hubiese prohibición de circular después de las 0hs” publicó en las redes el economista y empresario Roberto Cachanovsky, hombre de derecha, macrista, y que ha escrito a favor de la dictadura. Hugo Yasky le recordó que con la dictadura había Estado de Sitio: “y además, te secuestraban, te torturaban y te tiraban con vida al río desde un avión”, antes y después de la 0hs.

El documento de Juntos por el Cambio, oponiéndose a las medidas de precaución sanitaria el mismo día que los contagios sobrepasaban la cantidad de 22 mil personas mostró a una fuerza política en plena especulación con la tragedia. Macri ganó elecciones en CABA después del terrible incendio de Cromañón y quisieron hacer lo mismo con la manipulación mediática sobre la tragedia de Once.

Es una fuerza que tiene antecedentes de aprovechamiento y especulación alrededor de este tipo de situaciones. El posicionamiento frente a la epidemia no es aportar a la solución --o a los paliativos, porque la epidemia es inevitable--, sino ubicarse de manera tal que cuanto peor le vaya a la comunidad, mejor les irá a ellos porque el gobierno sería visualizado como el responsable. En el camino quedarán miles de muertos y decenas de miles con secuelas neurológicas, cardiológicas y hasta psicológicas.

En simultáneo con el documento del macrismo, se produjo un bombardeo en los medios hegemónicos y en las redes sociales que combinó el concepto de “fracaso de la campaña vacunatoria”, con el de “defensa de la libertad” ante las restricciones lógicas que anunció el presidente Alberto Fernández. Y son restricciones que incluso provocaron las críticas de quienes esperaban una reacción más enérgica ante el altísimo pico de contagios de esta segunda ola de coronavirus.

El macrismo tiene una expertise (habilidad y experiencia al mismo tiempo) en el aprovechamiento de las tragedias y el sufrimiento de la gente para capitalizarlos políticamente. Así, buscan ubicarse de manera tal que discutirlos a ellos aparecería como si se estuviera justificando esas calamidades. Se supone que la sociedad perdió la ingenuidad frente a este procedimiento más propio de un grupo de linchamiento.

Argentina no saldrá indemne de la epidemia. La cantidad de víctimas ya configura de por sí una tragedia sobre la que revolotean los caranchos. La estrategia de Juntos por el Cambio desde que comenzó esta pandemia ha sido oponerse a todo y responsabilizar de todo al gobierno, que es una estrategia similar a las que usó en otras situaciones dramáticas para la comunidad. Se indignan, se arrogan la defensa de una libertad que nunca demostraron y hablan de fracaso de la campaña vacunatoria, cuando al principio convocaron a movilizarse contra las vacunas.

“Me contaban que hay una denuncia gravísima en España, en determinados lugares, que los hisopados tienen unos metales extraños, que te ponen eso, y te va a dar positivo. Que en realidad no sos vos, sino lo que le ponen al hisopado para meterte en tu casa”, dijo Viviana Canosa en su programa de televisión.

Es una gran burrada, pero que viene con el paquete de Cachanovsky o del diputado ultramacrista Fernando Iglesias que colgó en las redes una ironía: “¿Me pasás el protocolo de lo que puedo hacer con mi novia, Alferdez?” Los memes críticos e irónicos le llovieron. Todas las burradas apuntan a instalar que el gobierno atenta contra la libertad porque esa es su esencia. Y más adelante lo harán responsable por las víctimas.

No importa la dictadura, ni la sustancia misteriosa en los hisopados, ni la novia de Iglesias. Son todas burradas que sirven para decantar un sustrato, naturalizar la idea de que al gobierno no le interesa la epidemia sino restringir las libertades.

En las redes apareció una frase adjudicada a Luciano Cohan, que fue subsecretario de Planificación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda de Macri, o sea uno de los crápulas que endeudaron a los argentinos hasta las cejas y facilitaron la fuga de esa deuda: “Mi hija de cuatro años está llorando desconsolada porque escuchó que vuelve la cuarentena, Alberto, la puta que te parió”. Uno espera que nadie use a la hija de cuatro años para hacer propaganda política. Y realmente es difícil que una nena de esa edad se preocupe porque no la dejen salir después de la medianoche.

Al mismo tiempo, el activista Yamil Santoro --ahora libertario, antes macrista--, convocó a una fiesta “por la libertad” en Plaza Serrano. No fue nadie, pero le sacó una foto a la botella de vino que se tomó en soledad.

La misma Patricia Bullrich habló de “fracaso vacunatorio”. El macrismo suele referenciarse en el presidente derechista uruguayo Luis Lacalle como ejemplo de respeto a las libertades en la epidemia y en el presidente chileno Sebastián Piñera por su campaña vacunatoria.

Lacalle no estableció medidas de precaución y planteó que cada quien asuma la actitud que le parezca ante los contagios. Bautizó a su política como “Libertad responsable”. En este momento Uruguay está en el podio de los países con mayor nivel de contagios en todo el planeta. Y según Federico Fassano, veterano periodista del país vecino, mucha gente está muriendo en sus casas por la covid-19. En este momento en Uruguay han suspendido las clases y aplicaron restricciones mucho más severas que en Argentina.

El otro ejemplo alude a que Chile ya tiene al 20 por ciento de su población vacunada. Critican a Alberto Fernández por no haber aceptado las condiciones truculentas que imponía Pfizer, mientras que Piñera sí lo hizo. Resulta que Pfizer está mandando de a poco las vacunas, como en todo el mundo, por lo que Piñera se vio obligado a comprar la vacuna Sinovac, la menos requerida en el mercado porque es la de menor eficiencia. Mientras espera el efecto de su campaña de inmunización, Chile afronta una tremenda crisis sanitaria. Argentina está entre los 21 países que tienen más vacunados y un proceso vacunatorio en marcha. Las postergaciones por las tensiones en el mercado mundial de vacunas no significan fracaso.

Con el salto exponencial de los contagios, se configura un escenario de mucha gravedad. En pocos días más se verificará la ocupación de más camas de terapia y el aumento de las víctimas. Habrá un cuadro de tragedia empeorado por una oposición que tiene antecedentes de aprovechar el dolor de la sociedad para capitalizarlo políticamente. De manera coordinada, los medios hegemónicos crearán un clima de linchamiento contra el gobierno con el fin de debilitarlo en las próximas elecciones. Será una prueba de madurez para la sociedad.