Un bebé de 1 año y 10 meses perdió la vida este miércoles tras presentar un cuadro grave de deshidratación. Es el segundo niño del Pueblo Wichí del que se sabe que pierde la vida este año por causas evitables.

La criatura era de la comunidad wichí de Pozo La China, ubicada a 45 minutos de Santa Victoria Este (SVE), en el departamento Rivadavia. El gerente del Hospital de ese pueblo, Ariel Sosa, confirmó a Salta/12 que el nene falleció tras haber sufrido el segundo paro cardíaco, ya en la ciudad de Tartagal (cabecera del departamento San Martín), cuando bajaba de la ambulancia que lo había trasladado con el propósito de darle un tratamiento de mayor complejidad. El médico indicó que no se trata de un cuadro de desnutrición, dado que la causa de muerte fue la deshidratación.

Le veníamos haciendo un seguimiento con el enfermero y el agente sanitario de Pozo La China”, dijo Sosa a Salta/12. Afirmó que en diciembre pasado ya había sido trasladado a Tartagal por un cuadro de gastroenteritis acompañado de una parasitosis. “El enfermero le preparaba casi todos los días la medicación para la gastroenteritis y la parasitosis y le aseguraba la toma de 250 centímetros cúbicos de leche”, afirmó.

La semana pasada, al ver un agravamiento del cuadro de salud, los responsables sanitarios de la zona sugirieron a la familia el traslado del bebé. Pero, según Sosa, los padres se resistieron a esta posibilidad, pese a que el cacique de la comunidad también intervino. Ello generó el agravamiento del cuadro hasta el miércoles, cuando al ver que el niño ya no podía sostener la cabeza (a causa de la deshidratación grave), se insistió con la derivación al Hospital de SVE.

La ambulancia llegó al Hospital el miércoles a las 12. Se le pudo poner una sonda gasogátrica preparándolo para una derivación a Tartagal. “La mamá no habla el castellano y se negaba completamente” a la derivación, contó Sosa

Entonces se comunicaron con facilitadores y acompañantes del Hospital de Tartagal, quienes lograron convencer al padre para hacer la derivación, tras explicarle que en caso de seguir a la espera, el corazón del nenito no iba a resistir. Cuando lo preparaban para el traslado el bebé tuvo el primer paro cardíaco, cerca de las 13.30. La médica que lo estaba atendiendo lo resucitó con un RCP.

Sosa contó que al ver la gravedad de la situación, la madre finalmente subió a la ambulancia para acompañar a su bebé que finalmente falleció en Tartagal, cuando lo bajaban del vehículo. En noviembre el niño pesaba 11 kilogramos. En último peso registrado fue de 8 kilogramos.

Sosa indicó que la resistencia a las derivaciones hospitalarias es algo con lo que se enfrentan de manera reiterada. “La vez pasada pudimos operar a tiempo con un caso de San Miguel que quedó judicializado”, dijo, al recordar que en aquella ocasión, la madre “se escapó dos veces del Hospital” con su niño, y la tuvieron que buscar en el monte.

En cuanto a las parasitosis, afirmó que es un problema común en las comunidades, por lo que tres comisiones salen por día con las medicaciones correspondientes para hacer las desparasitaciones de manera masiva.