Una mujer que estaba al frente del merendero Juana Azurduy del Barrio Mugica --ex Villa 31--, de la Ciudad de Buenos Aires, falleció este martes tras contagiarse de coronavirus. Teodora Olloa tenía 54 años y se había contagiado por segunda vez. Estuvo cerca de quince días internada en el Hospital Fernández. “Era una persona que siempre estaba pensando en los demás”, describió a este diario Felicidad Salinas, amiga de Teodora y compañera en la organización Barrios de Pie, y advirtió que “como trabajadores esenciales le pedimos al Gobierno de la Ciudad que nos cuide mientras nosotros intentamos cuidar a la gente del barrio”. Vecinos y vecinas advierten que cada vez hay más contagios en el barrio. 

Olloa vivía junto a su hija menor, de 20 años, y su pareja en el sector YPF, donde se mudaron al dejar su vivienda en el Bajo Autopista, relocalizado como parte del programa de urbanización de la villa que lleva adelante el gobierno porteño. Ella tenía a cargo el merendero Juana Azurduy, ubicado en el sector San Martín, donde recibía cerca de 40 chicos y chicas. Los merenderos, además de su función alimentaria, son “espacios de contención, donde los chicos hacen tareas o tienen clases de apoyo escolar”, relató Salinas, que empezó a participar de la organización en 2014 y conocía a Teodora “desde hace varios años”. Salinas cuenta que, por el aumento de contagios de coronavirus durante las últimas semanas, “vamos directo a las casas para que los chicos y las familias no se expongan, porque el virus anda en el barrio y los cuidados ya no se cumplen como antes”.

Para Salinas, la muerte de su compañera no fue una simple tragedia. “Si ella hubiera estado vacunada iba a tener una enfermedad más leve. Quizás se podía haber evitado que se pusiera tan mal”, evaluó la mujer, que tiene a cargo el merendero Abriendo Caminos, en el que están inscriptos cincuenta chiques del barrio Mugica. “Es muy triste lo que está pasando, porque con nuestro trabajo estamos cuidando a la gente, garantizando el plato de comida, y eso las autoridades no lo reconocen”, agregó Salinas y señaló que “en general, todos los que trabajamos en comedores y merenderos es a cambio de alimentos, por necesidad”. Así había llegado Olloa a la organización. “Cuando una es mujer y migrante no es fácil conseguir trabajo. Acá la mayoría de las que sostenemos los comedores somos mujeres, y otra vez se nos muere una compañera”, relató Salinas y precisó que Teodora "se encargaba de todo. Cocinaba torta fritas, preparaba la chocolatada y el mate cocido para los chicos”.

Según el reporte de este miércoles del Ministerio porteño de Salud, en las últimas 24 horas se registraron 3.019 nuevos casos de coronavirus, 206 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, y 47 personas fallecidas. Sin embargo quienes habitan el Barrio Mugica afirman que "cada vez hay más contagios" y que "no hay números reales de lo que pasa en el barrio". “Como no se hacen testeos sin síntomas, tenemos muchos casos de contacto estrecho con un positivo que no se aíslan. Teniendo en cuenta el hacinamiento y la cantidad de personas que viven por casa, es un peligro”, señaló a Pagina/12 Graciela Duarte, vecina del Barrio Mugica y promotora de salud, y recordó que “el año pasado en esta época estábamos sin agua y en menos de un mes teníamos al 90 por ciento del barrio contagiado. Actualmente los casos van en aumento y todavía nos recortan insumos, autogestionamos todo y desde las organizaciones sociales formamos a más de 50 compañeras como promotoras de salud”. El 17 de mayo del 2020, el día en que falleció Ramona Medina, referente de la organización La Garganta Poderosa en el Barrio Mugica, se registraban más de 600 casos de coronavirus en la villa. "No queremos llegar a lo mismo", advirtió la vecina. 

Graciela, que es diabética e hipertensa, se contagió dos veces de coronavirus al salir a cubrir tareas sanitarias. Una fue en mayo, cuando estuvo internada en medio de la crisis que sufría el barrio por el crecimiento acelerado de los contagios, y la otra en septiembre. “Nosotras en el día a día abordamos la necesidad: llevamos medicación, acompañamos a los vecinos al centro de salud, le acercamos los alimentos. Todo lo que haga falta”, relató Duarte y aclaró que “como promotoras de salud no tuvimos la posibilidad de vacunarnos”.

En un comunicado por la muerte de Teodora, la organización Barrios de Pie advirtió que “desde hace meses solicitamos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que se incluya a lxs trabajadorxs esenciales dentro del calendario de vacunación contra el covid-19” y consideraron que quienes están al frente de comedores, merenderos y otras tareas comunitarias se encuentran “en la primera línea frente al virus en un acto de profundo amor, solidaridad y compromiso”.

Informe: Lorena Bermejo