El nacimiento de una nación

David W. Griffith

1915

La adaptación de la novela The Clansman de Thomas Dixon encarada por el “padre del cine estadounidense” es varias cosas al mismo tiempo. Por un lado, el modelo de superproducción histórica que la naciente industria de Hollywood adoptaría de allí en más y durante varias décadas. Por el otro, un tratado de sofisticación narrativa y formal analizada hasta el día de hoy en las escuelas de cine. Finalmente, una cristalización cinematográfica del Viejo Sur, con sus terratenientes y dueños de plantaciones dispuestos a resistir la humillación de los vencedores de la Guerra de Secesión y el nuevo orden. La segunda parte del film, luego del final de las batallas, narra el “heroico” nacimiento del Ku Klux Klux a partir de una mirada sesgada, romántica e históricamente falsa, partiendo del imaginario blanco y anglosajón de la época. Ya en el momento de su estreno, en 1915, El nacimiento de una nación generó encendidas diatribas y piquetes en las puertas de los teatros donde se exhibía con gran éxito. Y si bien Griffith suavizó en gran medida los aspectos más virulentos del texto de Dixon, en la película permanecen la mirada paternalista sobre el negro bueno –el esclavo fiel y bondadoso con su amo– y el negro malo, cuyos instintos más bajos son avivados por la politiquería norteña luego del final del esclavismo. Ejemplo perfecto de producto artístico “cancelable”, tanto ayer como hoy, su creador –que defendió con uñas y dientes la posibilidad de expresar sus ideas– fue un liberal contrario a la acumulación extrema del capital y la intolerancia social pero, reflejo de la sociedad, de su crianza y de sus íntimas convicciones, indefectiblemente racista.

Raíces 

David Greene y otros

1977

Considerada de manera unánime como una las miniseries más importantes de la historia, la adaptación a la pequeña pantalla de la novela de Alex Haley como Raíces: la saga de una familia americana se transformó en un fenómeno televisivo ya desde la transmisión del primer episodio, el 23 de enero de 1977 (en la Argentina pudo verse un par de años más tarde). Emitida durante ocho noches consecutivas en la cadena ABC, formato de exhibición poco usual para la época, la historia de Kunta Kinte y de cómo es secuestrado a los quince años en su aldea gambiana, a mediados del siglo XVIII, llevó a varias generaciones de televidentes estadounidenses a enfrentarse por primera vez con el extenso historial de violencia racial de su país, el “pecado original” del nacimiento de una nación. A lo largo de ocho episodios, el relato recorre la Historia de los EE.UU. desde el punto de vista de los esclavos, atravesando el cambio de siglo, la era de oro de las plantaciones sureñas, el estallido del enfrentamiento entre norte y sur y los cambios de posguerra. Las emisiones no estuvieron exentas de polémicas, en particular por la inédita violencia representada en la pequeña pantalla, pero nada impidió que Raíces se convirtiera en un hito cultural difícil de comparar con cualquier otra serie producida para la televisión o los sistemas de streaming. Dos años más tarde llegaría una secuela, que describe la vida de los descendientes de Kinte hasta el año 1967, y en 2016 una remake de la original, pero ninguna de ellas estuvo a la altura de la original.

Django sin cadenas

Quentin Tarantino 

2012

Segunda parte de la trilogía ucrónica tarantinesca luego de Bastardos sin gloria (y antes de la gloriosa Había una vez… en Hollywood), Django sin cadenas vuelve a escribir la historia del Viejo Sur a partir de un cuento de venganza con aroma a espagueti western. El Dr. Schultz interpretado por Christoph Waltz es un cazador de recompensas disfrazado de dentista, y en una de sus peregrinaciones rescata al esclavo Django (Jamie Foxx) de un destino fatal, aunque las razones parecen estar más ligadas al pragmatismo que a una ideología libertaria. El año es 1858 y aún falta un poco para el advenimiento de la guerra y la desaparición de las cadenas (al menos las literales), pero el protagonista irá transformándose en The Right Nigger, cuyas ansias de revancha sólo son superadas por el deseo de salvar a la mujer que ama, allí en la plantación del sádico "Monsieur" Calvin J. Candie (DiCaprio, transformado en eterno meme). Tarantino construye una película elaborada a partir de arquetipos y estereotipos, en más de un caso parodiados hasta el punto de la caricatura. El director de Tiempos violentos no quiso filmar la historia sino reescribirla y, en el camino, terminar con la violencia racista gracias al héroe históricamente más impensado. Samuel L. Jackson encarna la figura del afroamericano manso y servil, aquella otra institución estadounidense sancionada sin cabal consciencia por Harriet Beecher Stowe en La cabaña del Tío Tom. Su antítesis es Django, negro y orgulloso de serlo. Right On!

¡Huye! 

Jordan Peele

2017

La ópera prima como realizador de Jordan Peele, estrenada hace apenas cuatro años, fomentó la aparición de todo un subgénero del terror que no ha hecho más que comenzar, como confirman la aparición de series como Lovecraft Country y la reciente Them: el fantástico y el horror como sublimación de las angustias y miedos de la violencia racial. ¡Huye! de ninguna manera nació de un repollo y en su ADN pueden rastrearse influencias de títulos célebres como Las esposas de Stepford o Los usurpadores de cuerpos, referencias que Peele reutiliza para construir una mirada vehemente sobre el racismo en la sociedad estadounidense. El protagonista, un joven negro profundamente enamorado de su novia blanca, se instala durante un fin de semana en la pequeña mansión de sus posibles suegros para conocerlos y entablar una relación que estima será de larga data. Al comienzo todo es sonrisas y admiración mutua, pero pronto el inesperado héroe de una trama secreta comenzará a comprender que lo que reluce no es oro, y que la superficie calma y amable oculta un putrefacto esquema de esclavismo inimaginable en pleno siglo XXI. Con una notable construcción de la tensión narrativa y una ironía que nunca desestima el sentido del humor, Peele creó un auténtico clásico moderno.