"Política de Estado" y "soberanía nacional" fueron los dos conceptos que más resonaron durante la Audiencia Pública del proyecto para dragar y balizar el Canal Magdalena frente a las costas de la Provincia de Buenos Aires, que habilitaría una conexión directa entre los puertos fluviales argentinos y el océano Atlántico es decir, el resto del mundo. 

Durante las seis horas que duró la audiencia, los 41 oradores entre los que se encontraban senadores, diputadas, ingenieros, ex funcionarios, especialistas, representantes de sindicatos y referentes ambientales realizaron sus apreciaciones con respecto al proyecto que permitiría que barcos de mayor calado circulen por aguas argentinas evitando el paso obligado por jurisdicción uruguaya, tal como funciona hoy en día. 

La audiencia fue convocada por la Unidad Ejecutora Especial Temporaria “Canal Magdalena” para estudiar el posible impacto ambiental por las tareas de dragado, apertura, señalización y mantenimiento que se tienen que hacer en el canal.

Más allá de algunos disensos, la mayoría de los y las oradoras coincidieron en la importancia de esta iniciativa para reforzar la soberanía y su impacto positivo para la economía, siempre que fuera acompañada con un desarrollo de la industria naval nacional. 

Muchos de ellos hicieron énfasis en la importancia de que efectivamente se ejecute la obra, que es un proyecto pendiente desde hace 20 años. En respuesta a estos reclamos, José Beni, el interventor de la Administración General de Puertos (AGP) y titular de la Unidad a cargo del proyecto subrayó durante el cierre de la jornada: “Nos propusimos avanzar este año con la licitación y confío que podremos cumplir". 

“Ahora no sólo está la voluntad política de llevarlo adelante, sino que está el presupuesto, el dinero previsto para la realización de esa tarea”, afirmó el senador nacional Jorge Taiana durante su exposición. En el Presupuesto 2021 se dispuso una partida plurianual de 25.8 millones de pesos para su financiamiento con un tiempo estimado de desarrollo a dos años. 

Soberanía

"Los argentinos solemos decir que tenemos que mirar al mar, pero no podemos pensar eso si ni siquiera se pueden comunicar nuestros puertos fluviales con nuestros puertos marítimos: no me refiero a los puertos de la Patagonia con los del río Paraná; actualmente no se pueden comunicar ni los puertos de la provincia de Buenos Aires entre sí, el puerto de Bahía Blanca con el de Quequén o el de Mar del Plata" , explicó Taiana, el primer orador de la audiencia y referente público por su compromiso en llevar adelante este proyecto. 

El senador sintetizó con una imagen cuánto afecta a la soberanía nacional y la posibilidad de desarrollo no contar con el Canal de Magdalena habilitado para grandes buques: "Los barcos que circulan por Argentina tienen que salir a Uruguay, pagar, hacer espera y luego venir lentamente cuando le toca el turno por el Canal Punta Indio".

Actualmente, el cauce natural cuenta con una profundidad de 4,50 metros, por lo que los barcos de gran calado que entran o salen del país, así como también aquellos que lo hacen dentro de Argentina (transportando mercadería por ejemplo del Puerto de Quequén al de Campana, ambos en la Provincia de Buenos Aires) lo deben realizar a través del Canal Punta Indio que cuenta con un paso obligatorio por Montevideo. Esto implica costos económicos, logísticos y de tiempos para el comercio nacional e internacional.

En este sentido, el gobierno nacional propone una ruta de navegación de una longitud aproximada de 53 kilómetros y un ancho de 200 metros, a la que se le realizará un dragado constante para llevar su profundidad hasta los 12 metros: "De lo que se trata es de tener una vía propia, corta, segura, sencilla, barata y económicamente y ambientalmente del menor impacto posible, hacia el Atlántico Sur", resumió Taiana. 

Industria naval

Una de las alertas más recurrentes alrededor del proyecto resaltadas por varios de los oradores tiene que ver con la importancia de acompañarlo con el desarrollo de una industria naval nacional. 

Pedro Wasiejko, presidente de Astilleros Río Santiago, sostuvo que esta iniciativa constituye una herramienta clave para garantizar la integración nacional y regional y habilita la posibilidad de reconstruir la flota de bandera para atender el cabotaje marítimo y fluvial. 

"El proyecto es técnicamente impecable, pero políticamente se debe generar una industria naval para crear empleo en el país. Hoy en día salen entre 4 mil  y 5 mil millones de dólares por año en concepto de flete", aseguró el Secretario General del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo, Julio Insfrán quien agregó que “para completar este proyecto hace falta el desarrollo de una marina mercante. Argentina no tiene flota fluvial ni de mar. Sin este desarrollo, el flete y la carga lo seguirá manejando la bandera extranjera”.

Los especialistas hicieron especial foco en este punto anticipándose a una presunta omisión por parte del Estado cada vez que se trata el proyecto. Sin embargo, el mismo Axel Kicillof (gobernador de la Provincia de Buenos Aires, jurisdicción en donde se encuentra el Canal de Magdalena) se refirió durante el primer plenario del Consejo Federal de la Hidrovía : “Para Buenos Aires es una oportunidad; estamos en la puerta que abre el camino al desarrollo de una marina mercante de pabellón nacional, de nuevos canales, de discutir de dragas locales, y una mejora logística”.