Liga Mostrix es el nombre del colectivo de personas no binaries que activa en la provincia de Santa Fe, con el objetivo de avanzar en el reconocimiento de una identidad de género que escapa a los binarismos varón-mujer. Son disidentes de la diferencia sexual que estructura tradicionalmente la sociedad y, por ende, se chocan más de una vez con miradas de escepticismo, como si su propia construcción de género no bastara para sentar una forma de ser en el mundo. “La he pasado muy mal, sobre todo en el trabajo, con la cuestión de explicar y encontrarte con que tu interlocutor se pone en el lugar de: ‘contame y si me parece que tu explicación me cierra, te respeto tu identidad’”, cuenta Saulo Dalmasso, una de las personas que exige que el Estado rectifique su partida de nacimiento sin consignar género y tampoco acepta “autopercibido”, la solución que decidió, en 2019, el Registro Civil provincial. Esta fórmula no les conforma para nada. Noah Pellegrini hizo un reclamo administrativo para que no se consigne género en su partida de nacimiento. En la actualidad, la Dirección Provincial del Registro Civil analiza un dictamen favorable a su pedido, según adelantó el director, Mariano Gálvez (ver aparte).

Saulo trabaja en el sistema de salud pública. “He tenido situaciones bastante violentas de compañeres en el trabajo, que me han dicho: ‘todo esto es una estupidez’. O que, cuando estoy explicando, alguien me diga ‘si vos elegiste una identidad que no es la habitual, bancate que tenés que estar explicando. Hay veces que del otro lado tenés una persona que realmente quiere comprender, o le interesa y la gran mayoría te escucha desde otro lugar. Eso es desgastante”, relata su vivencia de explicar permanentemente lo que significa ser una persona no binarie. Para Saulo, es “loco”. “Hemos logrado un montón de herramientas legales maravillosas, tenemos una ley de identidad de género, pero en su aplicación hay muchas cosas que no se están cumpliendo. Tenemos una ley de educación sexual integral, pero sigue siendo binaria en lo concreto. Y después, lo que pasa en la cotidianidad, a mí me genera mucha angustia”, abunda.

La primera urgencia tiene que ver con la registración estatal. La partida de nacimiento y el documento nacional de identidad sólo contemplan las categorías hombre y mujer. Las personas que no se identifican en ese binomio luchan por un reconocimiento estatal que, en 2012, cuando se aprobó la ley de identidad de género, no terminó de quedar plasmada.

En julio de 2019, el Registro Civil decidió que el género a consignar es “autopercibido”. Esa solución también es excluyente. “Toda identidad, todo género es autopercibido. Entonces, es medio una joda que solamente se utilice esa palabra para quienes no entramos dentro de ningún binomio”, plantea Chefu Occhiuzzi, también de Liga Mostrix.

Para Noah, esa situación tiene efectos concretos. “Están saliendo partidas como autopercibidos sin haberlo pedido. Desde la dirección del Registro Civil toman la decisión de que -aunque nuestros pedidos sean que no se consigne género, o que sea no binario-, al momento de expedirse sale como ‘autopercibido’ y nos enteramos cuando nos llega la partida. Están obligándonos también a llamarnos de una forma que nada que ver, es re violento. Creo que los últimos meses nos enteramos que a 15 personas de Santa Fe a las que les salió la partida autopercibida sin haberse enterado”, plantea Noah, quien señala la situación de une de sus compañeres. “A Merlín le sucedió esto y ahora tiene que empezar con la parte legal del pedido, porque no era lo que había solicitado”, dice para subrayar que este tipo de trámites tienen un costo emocional y económico. “Las demás estamos como en un bache de que no tenemos respuesta. No hay ninguna respuesta negativa ni nada”, plantea.

La partida de nacimiento rectificada es el paso previo a tramitar un nuevo DNI. La primera depende de los registros civiles provinciales, el segundo, del Registro Nacional de las Personas. “Cada Registro Civil está haciendo la suya”, dice Saulo.

A nivel nacional, el 4 de noviembre pasado se firmó un convenio entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad para analizar estos reclamos. “No estamos todes pidiendo exactamente lo mismo. Hay algunas personas que prefieren que diga no binario, otres no binarie, yo en su momento pedí que no se consignara género, Saulo dice lo mismo. El primer parate que nos hicieron, por lo menos que me hicieron a mí, es que el campo donde diga sexo en la partida de nacimiento no podía quedar vacío”, plantea Noah.

Hay antecedentes, por la vía judicial, en Mendoza, Misiones, Tierra del Fuego y CABA. “La idea es intentar resolverlo como un tema administrativo, más que plantearlo como la modificación de leyes”, apunta Saulo sobre la organización colectiva que están armando, en la provincia de Santa Fe y más allá. La instancia judicial se contemplará si no encuentran respuestas, pero significa un desgaste económico aún más difícil por las condiciones de marginación laboral que sufren las personas que no integran el universo cis (así se llama a quienes autoperciben su género en consonancia con el asignado al nacer). “No solamente estamos teniendo esa instancia de partida de nacimiento y DNI, sino que después hay que contemplar todo lo que va a significar en toda la administración pública”, agrega.

Justamente, todo el Estado se estructura en la división binaria hombre-mujer, y un cambio en esa taxonomía es revolucionario, ya que incorpora existencias hoy no tenidas en cuenta, al tiempo que significa una modificación en todas las áreas, como AFIP, ANSÉS y el sistema educativo.

En la vida cotidiana, esa dificultad administrativa implica, todo el tiempo, dar cuenta de una identidad que no está reconocida por el Estado. “A mí me pasa en el ámbito institucional, más que nada, cursando en el Profesorado que, al no contar con un registro institucional de mi identidad, se me dificulta. Todo es una explicación a todo el mundo, constante. A cada docente, a cada compañero, a cada autoridad de cada institución. Entonces, queda librado a la suerte de si esa persona comprende, si tiene ganas, si es piola. Yo tengo el DNI con mi nombre anterior y termina siendo una explicación constante de mi identidad”, cuenta Chefu, quien -ante tamaña frustración cotidiana- consideró la posibilidad de cambiar su identidad a varón trans. “Por más que no sea esa identidad, va a ser mucho más fácil en términos de lo institucional, de cómo ser leída por otras personas, de no tener que explicar, y eso es una resignación de identidad tremenda”, suma su experiencia cotidiana. Sabe que el camino del reconocimiento social nunca es fácil, pero si el Estado lo contempla, hay un camino ganado. “Sabemos que hay personas que tienen el DNI y no son respetadas, pero es un pilar”, subraya.

 

Sin desconocer las dificultades, alientan a las personas que se sientan fuera del binomio tradicional, a acercarse a la organización colectiva para modificar la situación. Se puede escribir a [email protected]. “Me gustaría plantear qué les pasa a los feminismos con el movimiento no binarie, porque no representamos el sujete político de lucha, entonces parecería que ahí hay siempre como una rispidez, y una dificultad en acompañar”, plantea Saulo, que también interpela al movimiento de la disidencia sexual. “Ahí pasa lo mismo, no cristalizamos en una identidad de lucha histórica y también hay una dificultad. Y la idea es generar algo que convoque a que los dos movimientos puedan sentir que esta lucha forma parte y acompañar”, apela a quienes pueden hacer más visible este reclamo.