En la entrega anterior, la doctora Verónica Agüero, contaba la parte más cruda de la atención a pacientes en terapia. En esta segunda parte de la entrevista, habla del momento de la muerte, el dolor de transmitirlo a los familiares, pero también de las recuperaciones y de la atención post covid.

“Estamos a mil por mil en un riesgo permanente, pero es una decisión personal hacerle frente a esto”, decreta.

La charla continúa.

-¿Cómo es ese momento en el que alguien a quien quisiste salvar finalmente se muere?

-Es algo muy impactante y desesperante a la vez, porque muchas veces se hace todo y no lo logramos porque lamentablemente este virus, además de ser muy contagioso, en algunos casos es muy difícil y hasta imposible combatirlo. Cada día se van conociendo cosas y reacciones nuevas de este virus, pero realmente no lo conocemos, no sabemos cómo ni donde va a actuar.

-¿Cómo es el protocolo o la instancia de ingreso de un paciente al área covid?

-En el Hospital San Juan, que es donde yo estoy, se realiza un triaje que lo hacen enfermeros muy capacitados, muy preparados y con años de experiencia. Ellos evalúan al paciente en cuanto a sus signos vitales y nos informan: paciente tal, de tanta edad, con tales síntomas; entonces mientras ellos nos van informando nosotros nos vamos preparando, nos colocamos nuestros elementos de protección para ingresar a ese consultorio donde hay un paciente positivo. Allí evaluamos, hacemos un examen físico, lo tocamos, lo revisamos y mientras vamos revisando vamos preguntando, vamos hablando sobre cómo pudo haber sido que se contagió para poder también contener a esa familia que seguramente se deberá aislar.

-¿Cómo es el protocolo con las familias?

-Muchas veces son familias numerosas, entonces es muy posible que haya más casos en esa familia. A partir de ahí hacemos por protocolo una radiografía de tórax y laboratorios, y evaluamos si tiene un criterio de internación o no. Todo paciente sospechoso es hisopado a la hora que sea.

-Ustedes se enfrentan permanentemente con la muerte, deben luchar a la par de un paciente, ¿cómo es esa difícil tarea de dar aviso a la familia?

-Es unas de las partes más duras y dolorosas… Tener a las 3 o 4 de la mañana que comunicarle a un hijo, a un nieto, a un hermano o a una madre el fallecimiento de un ser querido es la parte fea y terrible. ¿Cómo le explicás a ese familiar que no pudo despedirse de su ser querido?... y mientras vas marcando el número para llamar vas pensando cómo vas a iniciar esa triste conversación como vas a decirle.

-Seguramente hay casos que marcan más que otros…

-Sí, hubo un caso que me marcó mucho, me dejó muy triste: un matrimonio del cual yo no sabía que eran marido y mujer, la señora falleció a las 20.30, y el señor falleció 22.30. Cuando me tocó hablar por el segundo fallecimiento, del otro lado de la línea con angustia y muchísimo dolor me dicen “Sí, doctora, es por mi mamá”… Entonces yo le iba explicando que durante el día su papá había ido empeorando, y la hija me dice, “Sí, doctora, yo sabía que papá también se iba a ir porque ellos hace 64 años que están juntos”. Yo no puedo imaginar el dolor de esa hija de despedir a su mamá y a su papá juntos. Cómo haces, cómo se sigue…

En muchos momentos de la charla, la doctora Agüero se quiebra en llanto. Respira, y sigue. Como si su impulso vital en medio de tanta muerte fuera contar lo que vive desde que empezó la pandemia, para sembrar conciencia a partir de su propia historia.

-A la par que se incrementaron los números de casos, ¿ustedes denotan que ha aumentado la gravedad y se ha modificado la sintomatología de cómo se presentan estos casos?

-Sí, totalmente, personas que recién hace dos días han sido diagnosticadas con la enfermedad llegan con cuadros severos de mala mecánica respiratoria, falta de aire. Nosotros le llamamos disnea o distrés respiratorio, sobre todo lo que nos llama la atención es la incidencia en la edad. Antes, cuando esto inició y hasta hace dos meses atrás, el grupo etario era de 55 para arriba. Hoy tenemos pacientes de 21, de 30 y de 40 que están con covid, y pacientes jóvenes con patologías preexistentes a la enfermedad. También gente joven con diabetes, observamos mucha obesidad, y eso por supuesto que aumenta la incidencia en la complicación de lo que es padecer la enfermedad.

-En cada guardia hay que atender a los pacientes internados, sumado a los ingresos que se producen por estos días minuto a minuto...

-Sí, ahora ingresan muchos más, pero siempre hay un apoyo durante la noche ante un paciente que se descompensa. Somos un grupo reducido, pero muy bien organizado, cada guardia pasa a la otra la información de cada paciente, así sabemos entonces que paciente está complicado o no, y estamos permanentemente sobre ese paciente, y ese también es un trabajo arduo. Hay que resaltar el trabajo de los enfermeros que deben estar mucho tiempo adentro donde hay más de 20 o 30 camas con pacientes positivos.

-Si bien esta enfermedad deja tantos sinsabores, también a veces hay una parte buena que es cuando un paciente logra sobreponerse al virus y recibe el alta…

- Síiii, para nosotros es una felicidad muy grande cada vez que vemos que un paciente se recupera. Cada vez que ingresás a la guardia y ves la pizarra del día y preguntás por fulano de tal y te dicen “se fue de alta”, o cuando le preguntás al colega que te deja la guardia y te informa sobre la mejoría de los pacientes, te pone feliz.

-Mucho no se habla sobre qué sucede después de que el paciente supera el covid…

-Cuando iniciamos esta charla (ver Doctora, no me deje morir, Parte I), yo te decía que intercambié mucha información con otros profesionales de otras provincias, colegas que he conocido en mi vida profesional y hoy están en otros países, y también recabando mucha información, y me hice esa pregunta. Así nace, junto con dos profesionales que me acompañan en un centro en el que somos todas mujeres, el camino de lo que se llama “consultorio post covid”.

-¿De qué se trata el consultorio pos covid?

-Es un espacio que integramos con las doctoras Moreno Andreata que es alergista inmunóloga y Andrea Barrionuevo que hace covid pediátrico. En mi caso que hago covid en el adulto con o sin patología prevalente. Realizamos examen físico, una buena anamnesia y la solicitud de una serie de estudios y de acuerdo a sus resultados indicamos un tratamiento. Se realiza, además, un seguimiento personalizado, lo que significa para mí estar permanentemente en contacto e informada de como prosigue el paciente; sus síntomas, tolerancia a la medicación etc.

-¿Cómo surge esto del consultorio por covid?

-Surge porque te puedo asegurar que el virus deja su impronta. Por suerte no en todos los casos, pero en su gran mayoría sí. Hay pacientes que después del mes o después de dos meses han desarrollado neumonía, que continúan quizás no en forma constante, pero persiste la falta de gusto o de olfato, las cefaleas, el desgano, la fatiga, la sensación subjetiva que le falta el aire.

-¿Cuál es el promedio de duración que debe tener un tratamiento post covid?

-De acuerdo a mi experiencia, hasta el momento un mínimo de tres meses, porque como te decía hay pacientes que desarrollan una neumonía después de dos meses de haber sido dados de alta, entre otras cosas que he ido descubriendo de la enfermedad.

-Es recomendable entonces que el paciente post covid realice un tratamiento…

-Estoy segura de que sí. Es como hacerse un chequeo obligatorio. En algún porcentaje quedan con alguna manifestación o con alguna secuela.

-Se dice que una de las posibles secuelas pueden ser fallas cardíacas, ¿es así?

-Sí, porque el virus tiene una capacidad de provocar una alteración en la coagulación, entonces hay pacientes que requieren otro tipo de atención.

-¿A qué tiempo de superado el covid un paciente vuelve a su vida normal?

-Te vuelvo a decir de acuerdo a la experiencia, porque con este virus todo es incierto, que yo tengo pacientes que van transitando el tercer mes de recuperación y presentan algunos de los síntomas ya conocidos. No en forma permanente, pero los tienen. Tengo pacientes deportistas, profesores de danza que no pudieron retornar en un cien por ciento a sus actividades porque en algún momento manifiestan una falta subjetiva de aire, fatiga, cansancio, dolor de cabeza o hasta diarrea, dolor de cuerpo; entonces hay que continuar con un tratamiento.

-¿Las secuelas son solamente físicas o pueden quedar secuelas psicológicas?

-Son muchísimas. En mi experiencia sí existe depresión, ataques de pánico, miedo, insomnio, pesadillas. Son pacientes que quizás requieran un tratamiento psicológico o quizás el apoyo de un colega psiquiatra.

-¿Le tiene miedo al virus?

-No. No le tengo miedo, le tengo respeto al virus porque es algo que no conocemos y que por ahí quizás hasta nosotros mismos no estamos acostumbrados, como el hábito de los cuidados necesarios de estar protegidos. Yo ingreso a la guardia y es como familiar para mí. Si yo tuviera miedo no podría ni acercarme al paciente, no podría evaluarlo físicamente. Le tengo respeto.

Verónica Agüero es médica clínica, médica legista. Tiene un posgrado de Medicina Laboral, otro de Suicidología. Actualmente trabaja en el Ministerio de Salud, en el área de Aislamiento Respiratorio Área Covid del Hospital San Juan Bautista, en Centro de Atención Primaria de la Salud, Carlos Bravo y en Consultorio Post Covid.