El 16 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años trabaja en Argentina. De ese total, la mitad comenzó a hacerlo durante la pandemia y, quienes ya trabajaban desde antes, realizan ahora las mismas tareas con mayor intensidad. La información la revela la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina, en un informe elaborado con Unicef y el Ministerio de Trabajo a partir de información de noviembre de 2020.

Según el mismo estudio, 1 de cada 10 adolescentes buscó trabajo durante la pandemia, independientemente de si ya realizaba actividades o no. “Esto indica que, de haber encontrado un puesto, el número de adolescentes que trabajan para el mercado sería incluso mayor al 16 por ciento relevado”, explicó Bárbara Perrot, coordinadora del proyecto MAP16 de la OIT en el país. 

El aumento del trabajo infantil se da en un contexto de mucha fragilidad en el mercado laboral. Según la Encuesta Permanente de Hogares, entre el cuarto trimestre de 2019 y el mismo período de 2020, la tasa de actividad cayó de 47,2 a 45 por ciento. Esa variación refleja la salida de la actividad y la pérdida de empleos por el cierre de distintos sectores a causa del coronavirus. Mujeres, jóvenes y quienes trabajan en la informalidad estuvieron particularmente afectados por esa contracción.

En este sentido, el informe revela que la mitad de los niños, niñas y adolescentes que trabajan pertenecen a familias cuyos ingresos disminuyeron durante la cuarentena. De hecho, 7 de cada 10 habitan en hogares cuyos miembros perdieron el empleo, vieron reducidas sus horas de trabajo o sus clientes, pedidos o changas y/o fueron suspendidos temporalmente. Por otro lado, el estudio señala que el 63 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que no realiza ninguna actividad productiva reside en hogares cuyos miembros no han tenido problemas en el mercado de trabajo.

El 56 por ciento de quienes trabajan viven en hogares que recibieron algún tipo de ayuda del estado (AUH, IFE, Tarjeta Alimentar, apoyos alimentarios a través de viandas y/o bolsones, retiro de alimentos, viandas y tuppers en comedores, entre otras). 

En Argentina, a partir de la Ley Nº 26.390, el trabajo de las personas menores de 16 años está prohibido en todas sus formas, exista o no relación de empleo contractual, y sea este remunerado o no. En cambio, los y las adolescentes de 16 y 17 años pueden celebrar un contrato de trabajo siempre que cuenten con la autorización de sus padres, madres, tutores, tutoras o personas responsables y mientras se cumplan ciertas condiciones específicas como, por ejemplo, que la extensión de la jornada laboral no exceda las 6 horas diarias o las 36 horas semanales y que no se trate de un trabajo nocturno.

Tareas de cuidado

Las tareas domésticas y de cuidado al interior del hogar se vieron incrementadas y recayeron especialmente en las mujeres. Un 57 por ciento de las mujeres adultas consultadas siente mayor sobrecarga desde el inicio de la pandemia. Estas actividades corresponden a las de cuidado de niños y niñas (35 por ciento), ayuda en las tareas escolares (29 por ciento) y limpieza (29 por ciento).

El 36 por ciento de niñas, niños y adolescentes encuestados realiza tareas de cuidado, atención a niños, niñas o personas mayores con quienes conviven. A su vez, 1 de cada 3 no lo hacía anteriormente o lo realiza en el actual contexto con más intensidad.

El 78 por ciento de los niños, niñas y adolescentes consultados realiza tareas domésticas: lavado, limpieza y/o cocina. 1 de cada 3 no las hacía, o las hace con una intensidad mayor que antes de la cuarentena.

Mientras que el 75 por ciento de los que no realizan ninguna actividad productiva reside en barrios residenciales, el 42 por ciento de quienes asumen tareas de cuidado y el 37 por ciento de quienes realizan tareas domésticas reside en asentamientos precarios y/o barrios de vivienda social/monoblock.