Las entidades del agro extendieron el cese de comercialización de hacienda vacuna en pie hasta la medianoche del miércoles 2 de junio. El lockout comenzó el 20 de mayo en respuesta al cierre temporario de las exportaciones de la carne y se iba a levantar en una primera instancia sobre la última hora de este viernes. Pero el acuerdo con el gobierno parece cada vez más lejano y en cambio crecen las chances de que el equipo económico se decida por aumentar los derechos de exportación.

“Insistimos en que el camino elegido por el Gobierno no va a lograr que los precios internos de la carne bajen sino que va a tener el efecto contrario al buscado. Ya hemos demostrado con cifras concretas que cuando en el pasado se tomó un sendero similar, los precios de la carne en el mercado interno, lejos de bajar, se incrementaron más de un 50 por ciento sobre el promedio del resto de los precios de la economía”, dice el comunicado de la Mesa de Enlace, que agrupa a la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro y Federación Agraria.

Las posiciones entre el gobierno y las entidades gremiales del campo parecen estar alejándose. “Ante la posibilidad de una eventual suba de retenciones y cuotificación de las exportaciones, las negociaciones están suspendidas”, dice uno de los dirigentes del agro que se sienta en la mesa de discusión con el gobierno.

Fuentes oficiales confirman que no se visualiza un acuerdo. El Consorcio de Exportadores de Carnes puso en la mesa una propuesta para aumentar la oferta de carne que se destina al mercado interno a precios accesibles, de 8 mil toneladas mensuales a unas 13 mil toneladas. Sin embargo, para el gobierno ese esquema no es suficiente. “No soluciona el problema”, dicen. En la misma tónica corre la oferta de los matarifes para mejorar la logística y distribución de la entrega de carne a precio popular.

El presidente, Alberto Fernández, repitió el jueves por la noche que “puede entender que en China se pague mucho por la carne que necesitan pero no puedo entender por qué los argentinos tienen que pagarlo al mismo precio. Ese es el problema de la carne”.

Por su parte, la Mesa de Enlace volvió a insistir en que “el productor no es el formador de los precios ni el causante de la inflación, sino el eslabón más débil de la cadena. Al incremento generalizado de precios que vivimos hoy, hay que atacarlo por sus verdaderos orígenes que tienen que ver con una economía descontrolada, con un gasto público desmedido y con una emisión de pesos que exacerba esa dinámica de los precios”. Los dirigentes ruralistas aseguran que la extensión del lockout no va a impactar en un desabastecimiento del mercado de carnes.

En este cuadro de situación, en lugar del levantamiento de la medida de cierre de las exportaciones, parece más probable que el gobierno avance en la suba de las retenciones y el establecimiento de un sistema de cupos para regular la oferta disponible para el mercado interno. Las retenciones a la exportación de carne están actualmente en el 9 por ciento y el gobierno tiene margen legal para incrementarlas hasta el 15 por ciento. Se trata de la herramienta por excelencia para ampliar la diferenciación de precios entre el mercado interno y el externo. En los productores despierta fuerte rechazo.

La carne representa alrededor del 20 por ciento del gasto promedio de alimento de los hogares. Entre las razones de la fuerte suba de precios de la carne de los últimos años está el aumento de la participación de las exportaciones en la producción, de 7,7 a 29,1 por ciento a partir de los mayores envíos a China, junto con la propia devaluación del peso. Las cantidades exportadas pasaron en los últimos cinco años de 17,4 millones de toneladas a 69,1 millones de toneladas.

Para explicar la dinámica de los precios internos también opera la brecha cambiaria como incentivo a la subfacturación de exportaciones. Por último, la suba del precio internacional del maíz impactó especialmente en el segmento de feedlots, que representa alrededor de un cuarto de la hacienda.