Fabián Rodríguez Simón tomó un avión el 19 de septiembre de 2018. Lo esperaba la ciudad de Nueva York en una semana clave en la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Compartiría allí un desayuno a las once de la mañana con Mauricio Macri. “Pepín”, como ya lo conoce todo el mundo, fue un operador judicial y un asesor legal todoterreno. Eso queda claro no sólo en el análisis de llamados telefónicos que está en manos de la jueza María Servini, sino de un escaneo de la agenda de su secretario Darío Nieto, a la que accedió Página/12. De las anotaciones del fiel colaborador de Macri se deduce su presencia como apuntador al pie del cañón, pero no entraría a la reunión con la directora del FMI Christine Lagarde, donde sólo lo acompañaría el entonces ministro Nicolás Dujovne. Difícil que ingresara un asesor sin cargo, por poderoso que fuera. Este diario constató que Rodríguez Simón volvió a Buenos Aires el día que terminó aquella misión, el 25 del mismo mes. Las anotaciones de Nieto, que están incorporadas a la causa por el espionaje del gobierno de Cambiemos, son una fuente impresionante de información. “Pepín” está en el centro de la escena desde antes de que se iniciara la gestión en 2015: figura en correos electrónicos que en los meses previos a las elecciones convocaban a reuniones de una proto-mesa judicial y más adelante es incluido en múltiples encuentros con Macri y el exprocurador del Tesoro Bernardo Saravia Frías, quien se ocupó de las causas del Correo y de los peajes (Autopistas), entre las más graves. El fiscal Franco Picardi investiga su papel en la mesa judicial y en particular en la persecución a la exprocuradora Alejandra Gils Carbó

El operador de Macri se ganó toda la atención cuando anunció desde Uruguay, primero en televisión y luego en una carta pública, que no pensaba asistir a la indagatoria a la que lo convocó la jueza Servini, que lo investiga en una causa sobre presiones y hostigamiento a los accionistas del Grupo Indalo, Cristóbal López y Fabián de Sousa, con el objetivo de afectar de golpear económicamente a sus empresas --entre ellas el canal C5N-- o directamente quitárselas. “Pepín” es señalado en testimonios como presunto autor de posibles amenazas y extorsiones. Él dice que es un perseguido político y pidió refugio con ese argumento en el país vecino. Por estos días Macri --que también está imputado-- salió a defenderlo y dijo que sólo quería cobrar impuestos (a las empresas del juego). Pero Rodríguez Simón no trabajaba en ningún ente recaudador. Ni siquiera integraba el gabinete nacional. Era director de YPF, y sigue siendo miembro del Parlamento del Mercosur, que ahora analiza echarlo. Le dieron una asesoría en Lotería de la Ciudad en 2018 (después que se ocupara del desguace de Lotería Nacional) pero para ese entonces los aprietes denunciados ya habían ocurrido y López y De Sousa, que entre otras cosas se negaron a atacar a Cristina Fernández de Kirchner en sus medios como les exigían, habían sido enviados a prisión.

Después del pedido de detención y extradición de “Pepín” enviado por la jueza Servini, que lo declaró en rebeldía, ya interviene su colega uruguaya Adriana Chamsarian. El fugitivo se presentó esta semana en el juzgado para explicar su situación y espera que la jueza le de el refugio, lo que impediría extraditarlo. Por lo pronto, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, pidió que se tramite la extradición “en el menor tiempo posible”.

En los tribunales de Comodoro Py, el operador entró en escena ahora en una causa que venía esquivando. Es la de “mesa judicial” del macrismo, ese núcleo de exfuncionarios y afines que delineó estrategias para disciplinar al sistema judicial y fogonear causas hasta llevar a exfuncionarios a la cárcel bajo los efectos de la llamada “doctrina Irurzun”. La causa radicada en el juzgado de María Eugenia Capuchetti y delegada en la fiscalía de Picardi acumula documentación y testimoniales que llevan a reconstruir el ataque a varios jueces del fuero laboral, en especial aquellos que reconocían paritarias y se pronunciaban en sus sentencias en contra de los despidos. Hubo denuncias públicas hasta en boca de Macri y pedidos de juicio político, que luego se extendieron a jueces/zas de otros fueros, como jueza de Casación Ana María Figueroa, la jueza federal Martina Forns y la camarista civil Marcela Pérez Pardo, exesposa de Eduardo Freiler, camarista de Comodoro Py destituido por el macrismo. Pero la novedad más rutilante en este expediente es la declaración testimonial del fiscal Gabriel de Vedia, que bajo juramento de verdad lo sitúa a Rodríguez Simón como un poderoso detrás de ofensiva para expulsar a la exprocuradora Gils Carbó.

Pepín en la agenda de Macri en la gira de septiembre de 2018.


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Habían pasado unos minutos desde las 21 del 20 de marzo de 2015 cuando “Pepín” recibió un correo en su casilla. Lo invitaban, a pedido de Germán Garavano, a una reunión que iba a hacerse el 7 de abril a las 11 en el Salón Blanco de la entonces sede del gobierno porteño. El temario del encuentro era extenso y estaba centrado en materia judicial: las leyes que Pablo Tonelli --actual integrante del Consejo de la Magistratura por Juntos por el Cambio-- sugería derogar o modificar, la candidatura de Roberto Carlés para la Corte Suprema (promovida por CFK), los concursos en el Consejo de la Magistratura y los pliegos que esperaban en el Senado así como la implementación del nuevo Código Procesal Penal. Todos los temas iban a integrar la agenda inmediata que asumió Macri tras su llegada a la Presidencia: llenar los casilleros vacíos en la Corte --un asunto que “Pepín” manejó con mano de hierro--, las vacantes en el Poder Judicial y la suspensión del nuevo Código Procesal Penal, que instalaría un sistema que daba más poder a los fiscales, como parte de la estrategia para cercenar el poder de Gils Carbó.

Al encuentro en el Salón Blanco fueron invitados, además de “Pepín”, las espadas del macrismo en la arena judicial: el operador y expresidente de Boca Daniel Angelici, el exsecretario de legal y técnica Pablo Clusellas, el actual procurador bonaerense Julio Conte Grand, el académico Siro de Martini, el exfiscal general de la Ciudad Martín Ocampo, Garavano y su exjefe de gabinete en el Ministerio de Justicia, Martín Casares, entre otros. Todo esto surge del teléfono de Nieto, donde también se advierte que en aquella ocasión se sumaron Federico Pinedo, Patricia Bullrich, Laura Alonso, Gabriela Michetti y el propio Horacio Rodríguez Larreta. La cuestión judicial ya estaba entre las prioridades de la agenda macrista. Todos los personajes aglutinados por entonces iban a orbitar, de algún modo, en lo que durante la presidencia de Macri se conoció como la “mesa judicial”, cuando se nacionalizara esa instancia que funcionaba en la Ciudad.

Estos encuentros ampliados de lo que sería la proto-mesa judicial comenzaron en octubre de 2009, cuando, por decreto, se creó un gabinete jurídico estratégico que asesoraba a Macri en la Jefatura de Gobierno porteña. Dentro de ese esquema participaba “Pepín” junto con su amigo José Torello. Para entonces, Rodríguez Simón ya había dejado el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, que tenía a su cargo la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), que pasó a la historia por apalear a personas en situación de calle.

Torello fue quien acercó a “Pepín” al mundo del PRO y fue el nexo entre el abogado y su amigo Macri, a quien conocía del selecto Colegio Cardenal Newman. Para la época del gabinete jurídico estratégico, “Pepín” inauguró una fundación en un tercer subsuelo de la avenida Belgrano al 500 en San Telmo. Pericles la llamó. Es el usuario que utiliza en la red social Twitter, que alude a un personaje de la antigua Grecia: abogado, magistrado, político y orador, creador de la “ley de ciudadanía”, y definido como “el primer ciudadano de Atenas”.

El vicepresidente de la fundación que Rodríguez Simón usaba para organizar charlas o tertulias fue justamente Torello. Pericles cambió de locación un par de veces y también cambió de nombre en mayo de 2018, pasó a llamarse “Fundación Centro de Estudios Legales y Constitucionales para la promoción y defensa de la inclusión social y promoción de los valores republicanos” o CELC. Una reversión del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en clave PRO. En los papeles no tiene personal ni bienes de uso. Se nutre de donaciones y tiene un capital de 228.000 pesos.

La cercanía de “Pepín” y Torello se reprodujo arquitectónicamente dentro de la Casa Rosada, donde tuvieron escritorios contiguos en el despacho del segundo, que sí tenía cargo formal como jefe de asesores. Quienes conocen al operador de años le reconocen una característica: su juego siempre es al límite y su osadía. Explican así que se haya ganado un lugar de privilegio como asesor de Macri e interlocutor de Elisa Carrió. La mesa judicial, esa instancia en la que se definía la política en los tribunales, tuvo su proceso de maduración con el devenir del gobierno de Macri y quedó repartida en tres sectores: el de los abogados corporativos, donde Torello y Rodríguez Simón siguieron de la mano junto con Saravia Frías y Pablo Clusellas; había otro sector que respondía a Angelici, que a veces visitaba a Macri junto con Juan Bautista Mahiques, exrepresentante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura y actual jefe de los fiscales porteños, y, por su lado, el ministro de Justicia Garavano, un cuadro técnico con vínculos con el radicalismo.

Un actor que solía sumarse al primer grupo y las reuniones convocadas era el exdirector de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas, hoy procesado en tres expedientes judiciales que desnudaron operaciones de inteligencia ilegal sistemáticas, algunas vinculadas con causas armadas y otras con seguimientos a los exfuncionarios presos en Ezeiza. Rodríguez Simón, además, lo visitaba en la central de espías: lo hizo el 28 de julio de 2016, el 9 de abril de 2017 y el 26 de octubre de 2018. Esta última fecha está relacionada con un episodio singular: en el expediente sobre las maniobras del espionaje en tiempos de Arribas consta que un día después el jefe de operaciones Alan Ruiz mandó al grupo de espías “Súper Mario Bros” un video donde está “Pepín” con alguien más. Debían encontrar el bar e identificar al interlocutor, pero además buscaban al autor del video. “Es pedido del 1”, les advirtió, en alusión al entonces Presidente, y les mostró que ese mismo día Rodríguez Simón estaba en la tapa de la revista Noticias. Concluyeron que el bar se llama Farinelli y que el hombre detrás de una gorra era el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz.

La dinámica de la mesa judicial también puede apreciarse en el celular de Darío Nieto, donde el secretario dejó constancia de numerosos encuentros que, además, coinciden con movimientos en causas que interesaban al expresidente, ya sea porque lo afectaban (como el caso de la deuda del Correo Argentino, la causa por la renegociación a favor de la empresa Ausol y los Panamá Papers) o por el perjuicio que podrían acarrear para ex funcionarios, en especial para CFK. Hay, por lo menos, nueve encuentros asentados entre Macri y Rodríguez Simón (ver detalles aparte). En varias ocasiones es incluido Saravia Frías, quien antes de llegar a la función pública había representado a Socma, la empresa de los Macri, como abogado. Fue convocado al gobierno tras el desplazamiento de Carlos Balbín, quien había dictaminado en contra de los intereses del expresidente por la deuda del Correo. Todo fue fue cuando estalló el escándalo del Correo cuando la fiscala comercial Gabriela Boquin descubrió que la gestión macrista a través del Ministerio de Comunicaciones --entonces a cargo de Oscar Aguad-- había hecho un acuerdo con el Correo por el cual le licuaba el 98,87 por ciento de su deuda, donde el principal acreedor es el Estado. Así, Saravia lo ayudaba desde adentro de la estructura del gobierno con sus negocios. “Pepín” lo apuntaló con sus problemas por las sociedades off shore, operatoria que defiende.

Las visitas de la dupla Pepín-Saravia Frías


El rediseño institucional

La visita de Macri a Nueva York estuvo guiada por una agenda tripartita: la participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la renegociación del acuerdo con el FMI y las reuniones con inversores. El mundo corporativo es donde “Pepín” se siente más cómodo. La visita a Estados Unidos de Rodríguez Simón coincidió con la de su amigo de la facultad a quien llevó al máximo tribunal, Rosenkrantz. A “Pepín” y a Rosenkrantz, además de un genuino interés por el arte, los unía en sus años mozos otra actividad: el box. Como se advierte en el entrecruzamiento de llamadas que encargó la jueza Servini, ni cuando el operador macrista postuló a su amigo para la Corte Suprema ni después, guardaron discreción en sus contactos: hay 59 llamados telefónicos entre ellos por esa época.

“Pepín” se ufana de su rol a la hora de elegir y proponer designar por decreto a Rosenkrantz y a Horacio Rosatti para la Corte, aunque con el segundo no esconde sus resquemores. De lo que no se jacta es de haber participado en la estrategia para sacar a Gils Carbó de la Procuración, algo que reclamaba Macri antes de llegar a la presidencia. Sin embargo, el fiscal Picardi tiene en su poder un testimonio clave que sitúa a “Pepín” como parte de la embestida contra la procuradora. Días atrás, el fiscal De Vedia confirmó que mantuvo un encuentro el 26 de octubre de 2017 con “Pepín” en la Casa Rosada y del que se fue con una amenaza para la jefa de los fiscales.

-- Si vos me traés la renuncia, la persecución se acaba -- le dijo “Pepín” a De Vedia, que es primo hermano de su exesposa, Soledad De Vedia.

–Pero ella no va a renunciar -- retrucó el fiscal.

–Y bueno –dijo—, meteremos presas a las hijas, y a ella.

En su declaración, De Vedia confirmó estos dichos -- que habían sido revelados por la periodista Alejandra Dandan--. Gils Carbó declarará ante Picardi el 8 de junio en el marco de la investigación sobre la mesa judicial. El fiscal ya desempolvó una causa, instruida por Claudio Bonadio, contra las hijas de Gils Carbó por una supuesta revelación de secretos que terminó cerrada pocos días después de que el 30 de octubre de 2017 Gils Carbó anunciara su renuncia, pero que sirvió para hacer tareas de inteligencia sobre las dos chicas durante años.