No hay disputa geopolítica que resista al poder del dinero, como vuelve a demostrar esta curiosa coproducción de ínfulas familiares realizada mayormente con fondos rusos, pero también con aportes chinos y estadounidenses, que funciona como secuela de la aquí inédita Forbidden Empire (2014). En aquella, el cartógrafo Jonathan Green (Jason Flemyng) emprendía un viaje de investigación a lo largo del continente europeo que culminaba en Transilvania, donde encontraba una comunidad convencida de que había llegado para salvarla del ataque del monstruo Viyi, una de las criaturas más importantes del folklore local. La mecha narrativa de The Iron Mask vuelve a encenderse con un viaje decimonónico de Green, esta vez con el objetivo de cartografiar las zonas más lejanas de las tierras de Vladimir Putin, aunque aquí no hay monstruos de la mitología eslava sino dragones y piratas. Dos razones explican el estreno de la secuela de una película prácticamente desconocida en esta región: Jackie Chan y Arnold Schwarzenegger.

Las reuniones con figuras del cine de acción de los años '80 y '90 no son patrimonio exclusivo de Hollywood. Con 72 y 65 años al momento del rodaje, Schwarzenegger y Chan funcionan como pilares emotivos de este pastiche en el que el director ruso Oleg Stepchenko mezcla la aventura clásica, el cine de artes marciales, la comedia, la fantasía y, ay, el “color local”. Una mezcla no precisamente homogénea, pues The Iron Mask es como esos pantalones berretas que tienen bien visibles las costuras que unen sus retazos. Tanto así que no es una película, sino dos. Suerte de hija de Piratas del Caribe y El hombre de la máscara de hierro, la primera se afirma en la explotación de sus estrellas en una cárcel rusa donde un maestro oriental (Chan) y ni más ni menos que el involuntario héroe Pedro I el Grande comparten celda y cadenas. La llegada de una paloma mensajera con una nota que alerta sobre el peligro que corre Green en su travesía pone en marcha un escape que la máxima autoridad del lugar (Schwarzenegger) intentará impedir.

La fuga sirve para que sus figuras hagan lo que se espera de ellas, es decir, que Schwarzenegger funja como encarnación de lo indestructible revoleando trompadas a quienes se le pongan delante y que Chan ensaye sus habituales piruetas. Pero los años no vienen solos: lo que hace dos décadas hubiera sido un conjunto de escenas pensadas para el lucimiento coreográfico del hongkonés, hoy son secuencias hechas a puro montaje y con los dobles de riesgo girando por los aires. Ese tufillo a degaste se mantiene en la segunda película, que ya no tiene a Schwarzenegger y Chan sino a Green llegando a una aldea china asolada y a Pedro siguiéndole los pasos junto a su novia. Es cierto que el concepto de verosímil debe adaptarse cuando se trata de una épica fantástica. Tan cierto como que podrían haberle puesto un poco más de ganas tanto a la hora de doblar a los actores y actrices chinas -cuyas bocas se mueven a destiempo respecto a la pista de sonido- como al momento de enhebrar las subtramas que confluyen en la parte central del relato. Escenarios sacados de un videojuego de 2006 completan esta curiosa colaboración “euroasáticanorteamericana” que marca un regreso sin gloria para dos leyendas. O tres, si se suma el inexplicable cameo de Rutger Hauer.

5 - THE IRON MASK

(Tayna pechati drakona/Rusia, China, Estados Unidos/2019)
Dirección: Oleg Stepchenko
Guion: Alexey Petrukhin, Oleg Stepchenko y Dmitry Paltsev
Duración: 120 minutos
Intérpretes: Jason Flemyng, Anna Yao, Anna Churina, Jackie Chan, Arnold Schwarzenegger y Rutger Hauer.

Estrena el viernes 4 en Amazon Prime