Maira Benítez salió a bailar en la madrugada del 17 de diciembre en Villa Ángela, en el sudoeste de la provincia de Chaco. Tenía entonces 18 años. Desde ese momento está desaparecida. En el marco de la investigación judicial, hay dos detenidos: Rodrigo Silva, un peón de campo de 28 años, con quien se la vio por última vez aquella madrugada, acusado de privación ilegítima de su libertad, y Luis Coria, como encubridor. En diálogo con PáginaI12, la mamá de la adolescente, Antonia Leiva Morán, cuestionó el accionar de la fiscalía y denunció que la causa está paralizada. “No se está haciendo más nada para encontrarla. Dijeron que ya no hay más herramientas para buscarla”, contó la mujer, que es madre de otros cinco hijos, el mayor de 28, y la menor, de 3 años, la misma edad de la hijita de Maira, que está a su cuidado. 

Hace unos días, Leiva dio a conocer una carta con “un pedido desesperado de auxilio para encontrar a mi hija por todos los rincones del país”. “Este mes se cumplieron cuatro meses de su desaparición, pasé el cumpleaños número diecinueve sin ella y su hija, Brisa, cumplió tres años sin su madre. Estoy desesperada. No sé a quién más recurrir. No sé qué puerta tocar. Quiero que no dejen de buscar a mi hija, quiero que la encuentren, como sea que se encuentre”, suplicó su mamá. 

Originalmente, la investigación judicial estuvo a cargo del fiscal Sergio Ríos, “actualmente inhibido de la causa”, destacó Leiva. “Se fue por nuestras denuncias de parcialidad debido a irregularidades en la conducción de la investigación, como el hecho de ordenar la búsqueda el lunes 19 de diciembre, 48 horas después de realizada la denuncia por la desaparición. Así dio tiempo a los implicados para hacer lo que deseen con mi hija. También denunciamos a la policía, que prefirió juzgarnos en vez de tomarnos la denuncia”, relató la mujer. 

Según precisó, Silva, el principal sospechoso de la desaparición de Maira, “tenía una denuncia previa por violación”, que el primer fiscal de la causa ocultó. “Cuando se conoció la desaparición de mi hija, se presentó en la fiscalía Micaela Pérez. Ella contó que lo había denunciado a Silva por violación pero que en aquel momento la obligaron a firmar un papel sin que ella supiera, donde decía que la relación había sido consentida”, señaló la mujer. Para la familia es fundamental investigar al ex juez Costas, patrón de Silva y dueño del campo donde –sospechan– podría haber sido llevada Maira esa madrugada. 

La semana pasada, la mamá de la adolescente fue recibida en la capital chaqueña por el procurador general de la provincia, Jorge Canteros. La causa está ahora en manos de la fiscal N° 1 de Villa Ángela, Gisela Oñuk. Desde la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas, que encabeza el fiscal Marcelo Colombo, en la Procuración General de la Nación, confirmaron a PáginaI12 que solicitaron la semana pasada una copia del expediente para analizar la hipótesis de la trata de mujeres para explotación sexual.

“La noche del 16 de diciembre Maira me pidió permiso para llevar a su hija y a la más chiquita mía, Magalí, al predio (Carlos Gardel), un parquecito en la parte céntrica donde se junta la gente a tomar mate y hay juegos para chicos. Justo llegó a casa un chico que vive al lado, que era compañero de Maira del secundario, Emanuel Funes, y se fueron juntos con las dos nenas, en dos motos. Me levanté alrededor de las 3 o 4 de la madrugada y veo que las dos nenas están durmiendo. Magalí me dice que Maira se había ido con Emanuel. El muchacho, que es amigo de mi hijo Walter, me cuenta que fueron a Fantástico Bailable y como no tenían plata para entrar al boliche esperaban que se levantara la boletería. En eso llegó Rodrigo Silva, en auto, un Ford fiesta con vidrios polarizados. Estaba con su novia y otra pareja. Maira se va con ellos. Otros amigos la ven después en la puerta de otro boliche, Súper Club, junto al auto de Silva con la música alta. También Maira fue vista después en un maxikiosco cerca de mi casa, a eso de las 5 o 6 de la mañana. Silva va a comprar un vino Toro y ella se baja y le dice: ‘Llevame a mi casa que quiero mear’. Esa fue la última vez que se la vio. A mi casa nunca llegó”, contó la mamá. 

En la causa también está imputada por encubrimiento una joven conocida de Maira, Belén Ledesma, hermana de la novia de Silva, Noelia. “Belén se comunicó con Rodrigo Silva esa mañana y hay mensajes donde le dice: ‘Que hijo de p sos. ¿Decí dónde la dejaste?’. Los dos están sabiendo que pasó con mi hija”, dice la mamá de Maira. 

Varios testigos declararon que vieron a Maira esa madrugada con Silva, que nunca dio pistas. En un allanamiento se incautó un pantalón suyo con una mancha de sangre y se la cotejó con una muestra de ADN de la hija de Maira, pero el resultado dio negativo.  

“Desde el gobierno provincial sólo hemos recibido paliativos. Nos hemos reunido con el gobernador, Domingo Peppo, quien nos brindó la recompensa de quinientos mil pesos y afiches. Nos hemos reunido con el ministro de Seguridad, Martín Nievas, que intervino para la llegada de la policía especializada de Santiago del Estero, que estuvo sólo dos días, cuando nos habían dicho que los rastrillajes durarían un mes o más. Esto no alcanza para encontrar a Maira, necesito que se investiguen los lazos que vinculan a Silva con personajes poderosos de nuestra ciudad, como los Costas. Necesito que den la orden de movilizar, con personal y herramientas, todos los recursos para que se investigue cada rincón de la provincia. Mi hija en algún lado está”, dijo la mamá. E instó a que la presidente del Superior Tribunal de Justicia de Chaco, María Grillo, se pronuncie sobre el caso y abra una investigación contra los funcionarios judiciales.