Las indagatorias del caso Maradona se parecen mucho al juego del Gran Bonete: yo señor, no señor, la culpa la tiene el otro. Los enfermeros dijeron que ellos hacían lo que indicaban los médicos; los coordinadores contestaron que sólo controlaban que nadie faltara a su turno; el psicólogo sostuvo que la internación en un centro de rehabilitación no se podía hacer contra la voluntad de Maradona y de las hijas, que además estaban peleadas entre ellas, y la psiquiatra, Agustina Cosachov, argumentó este viernes que el Diez murió de un tema cardíaco inesperado del que no había avisos previos, por lo cual ella tampoco tiene responsabilidad. Los fiscales seguramente cuestionarán esto último: vienen sosteniendo que Maradona estaba con taquicardia, hinchado por retención de líquido, lo que anticipaba el peligro de muerte. Sin embargo, el equipo médico, que Cosachov integraba, no hizo nada de nada o, peor aún, le suministró medicación contraindicada. Buena parte de la pelota quedará ahora en la cancha de Leopoldo Luque, que declara el lunes pero que también recurrirá al “no, señor”: seguro dirá que Maradona rechazaba todos los tratamientos, que él hizo los mayores esfuerzos para que Maradona estuviera bien, y que una internación compulsiva era imposible porque Diego y las hijas estaban en contra.

Agustina Cosachov llegó a la fiscalía de San Isidro acompañada por su abogado Vadim Mischanchuk, un especialista en causas sobre negligencia o mala praxis médica. La profesional y su defensor presentaron un escrito de nada menos que 102 páginas y luego aceptaron responder preguntas. Todo el proceso insumió nada menos que ocho horas.

Los argumentos de Cosachov fueron múltiples:

*Que Maradona estaba en uso de sus facultades y por lo tanto tenía derecho a negarse a cualquier internación. De hecho, es público y notorio que insistió e insistió en abandonar la Clínica Olivos donde lo operaron. Cosachov hizo un análisis de la ley de Salud Mental y consideró ante los fiscales que Maradona no estaba en los supuestos de una internación compulsiva y que rechazó ir a un centro de rehabilitación. 

*Ella pidió a Swiss Medical una internación domiciliaria, con médicos clínicos, neurólogos, enfermeros especializados, ambulancia disponible y acceso a estudios médicos. La coordinadora de Swiss lo negó categóricamente y, además, no hubo quejas porque eso no se proveyó. De hecho, nada de eso aparece en los chats de Cosachov, Luque y los demás.

*Cosachov insiste en que la muerte fue inesperada, sin avisos previos, pese a que la enfermera Dahiana Madrid, por ejemplo, declaró que ella detectó taquicardia desde el primer dia. También Ricardo Almirón contó que hubo advertencias sobre la retención de líquido. Y hasta las hijas se dieron cuenta. Eso fue desechado por Luque, quien contestaba que se producía porque estaba mucho tiempo acostado.

*La psiquiatra recordó que la medicación que se le suministró a Maradona fue la misma que se le daba cuando estuvo en la Clínica Ipensa de La Plata y en la Clínica Olivos. "Ningún profesional me objetó nada. Fue consensuado con ellos". 

*Cosachov también puntualizó que resultaba importante la presencia de un médico clínico. Sin embargo, a ese profesional se le impidió entrar en la casa en su visita del 18 de noviembre.

*La psiquiatra reiteró que no había posibilidad de una internación compulsiva porque tampoco la familia --las hijas de Maradona-- estaban de acuerdo. 

El próximo capítulo de la causa se escribirá este lunes cuando declare el imputado de mayor importancia para los fiscales, la supuesta cabeza del equipo médico, Leopoldo Luque. Después se abre un período de varios meses en que los fiscales formularán la elevación a juicio y la palabra final la tiene el juez de la causa, Orlando Díaz, quien hará la elevación, puede dictar sobreseimientos y también precisar los delitos por los que se acusará en el juicio oral.