El hermano mayor de Darío Badaracco, principal sospechoso de asesinar a Araceli Fulles, fue detenido acusado de participar en el crimen de la joven. Se trata de Hernán Badaracco, dueño de la casa donde fuera enterrada Araceli, quien aseguró ante los medios que no conocía a la víctima y que su propio hermano mató a la mujer que había desaparecido hace un mes en José León Suárez. Por otra parte, se comprobó que Darío ya tenía antecedentes de violencia machista: en 2015, el acusado fue denunciado por abusar de su hijastra de tres años.

Tras la concurrida marcha del lunes pasado, en la que familiares, amigos y vecinos de Araceli reclamaron justicia por las calles de José León Suárez, la investigación sobre este femicidio volvió a sumar un nuevo capítulo: agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Martín apresaron a Hernán Badaracco, hermano del principal apuntado por el crimen, bajo la carátula de “homicidio calificado”. Con este arresto, ya son ocho personas detenidas por el asesinato de la joven, además de los tres policías separados, temporalmente, de sus funciones.

“Mi hermano la mató, seguro”, aseguró, ante los medios, Hernán Badaracco cuando era trasladado a la comisaría 8ª de San Miguel. El acusado negó conocer a la joven asesinada, además de comentar que no estaba al tanto de la búsqueda de la joven. “Me detienen sólo por mi apellido”, cerró el imputado. En las próximas horas, el hermano del principal sospechoso – incluso para él– será indagado por Graciela López Pereyra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín y encargada de la investigación.

Esta detención del mayor de los Badaracco sucedió, ayer, a once cuadras de la casa en la que fue enterrada la joven oriunda de José León Suárez. Según informaron fuentes de la investigación, su arresto se debió a la declaración testimonial de su hermano Darío la mañana del 27 de abril, pocas horas antes que en un segundo rastrillaje en aquella casa –ubicada en Alfonsina Storni al 4400– se encontrara el cuerpo de Araceli, tras 25 días de búsqueda. En aquel momento Darío Badaracco aseguró que “Hernán pasó por la plaza de 9 de Julio y Alfonsina Stroni donde también estábamos Araceli y yo”, agregó que su hermano conocía de vista a la joven asesinada y “sólo cruzaron saludos”. 

Además de la acusación por el crimen de la joven, el Badaracco menor también estuvo implicado en otra causa de violencia de género. El 30 de agosto de 2015, en una denuncia radicada en la localidad de Mercedes, Juan Ángel Rozas (ex pareja de Claudia Guzmán, novia de Darío) acusó a Badaracco de abusar sexualmente a su hija, de tres años, y de golpear a su hijastro. “La denuncia fue constatada por médicos del hospital de General Rodríguez. Badaracco le pegaba a mi hijo y abusaba de mi hija”, relató al noticiero de TN, Rojas. “Ahora que revisen a mi nena, que fue abusada y maltratada psicológicamente. Mis dos hijos están en peligro: si enterró un cuerpo en su casa, no sé qué más habrán visto los chicos, no me entra en la cabeza”, agregó.

Pese a esta causa de abuso, Lopéz Pereyra no pidió la detención de Badaracco hasta que fuera encontrado el cuerpo de Araceli, el pasado jueves 27 de abril. La fiscal indagó dos veces, en carácter de testigo, al hombre que vio por última vez a la joven. Incluso, a las pocas horas de su segunda declaración, Badaracco escapó junto a su familia y permaneció prófugo durante un día y medio. La familia de la víctima y diversos especialistas apuntaron contra la investigación judicial (“hubo claras fallas”, expresó Eduardo Fulles, padre de Araceli) y contra los rastrillajes de la Bonaerense. “La falta de respuesta estatal a las víctimas cuando se trata de violencia machista ya no sorprende, pero no deja de enfurecer. Una fiscal que no lidera la investigación judicial sino que la delega en la policía bonaerense y da vía libre a la complicidad por omisión de sus deberes”, indicó, en un comunicado, el movimiento #NiUnaMenos.