“Vení, vení, cantá conmigo que un amigo vas a encontrar, que de la mano, de Leo Messi todos la vuelta vamos a dar…”. Lo cantan los jugadores en el Maracaná y es todo un país que a la distancia se suma en el coro. Messi, campeón de América, por fin Messi campeón, definitivamente Messi campeón. Lo que tanto le pedían. Lo que tanto se merecía, lo que tanto quería, termina por cerrarles bien el pico a los que le cuestionaban precisamente eso. ¿Que no jugó bien? Y sí, no fue como otras veces en este mismo campeonato. Se perdió un gol medio cantado, sí, pero dejó el alma una vez más, venía golpeado con el tobillo a la miseria y se comprometió para la marca cuando ya no había más espacio pàra el juego.

El gol de Di María

No fue Messi, el del pase. No es Lautaro Martínez el que va buscar, es De Paul el del pase y es Di María, un volante ofensivo, el que corre, a las espaldas de Renán Lodi que quiere cortar y no puede y entonces Di María la baja con el taco y la pelota pica una vez y todos decimos “es por arriba Fideo, es por arriba” y Di María levanta la cabeza, levanta la pelota, nos levanta las pulsaciones a todos. Gol que queda para siempre grabado en la historia. Gol para que nunca más en la reverendísima vida vayan y le digan que es pecho frío. El gol que no pudo hacer en el mismísimo Maracaná el Pipita Higuain, el que no pudo hacer Rodrigo Palacio o el mismísimo Messi, lo hizo Fideo Di María.

Ataque y defensa

Lionel Scaloni armó un equipo ofensivo, con jugadores de buen pie, con la idea de tener la pelota, de ir a buscar el partido, de no dejar que los brasileños los pasen por arriba. “Eso, eso es lo que hay que hacer “, dicen los mal llamados líricos. “Muy peligroso, eso no se puede hacer", dicen los mal llamados tacticistas. Argentina se pone en ventaja y los líricos se exaltan, pero después los brasileños se vienen al humo, los conservadores piden con urgencia que hay que meter defensores y cuando Scaloni empieza a sacar delanteros, los defensores de lo defensivo se entusiasman y dicen “eso, eso es lo que hay que hacer”. A mitad de camino entre unos y otros Lionel Scaloni celebra, festeja y recuerda que en todos los partidos de este campeonato Argentina fue ganando e hizo el primer gol.

Un vuelo internacional

El segundo tiempo del partido fue como un vuelo con turbulencias. El avión que se mueve, que se bambolea, la sensación de que se viene abajo en cualquier momento, pero el piloto que se parece mucho al Dibu Martínez mantiene la calma y mantiene el cero, y el avión aterriza plácidamente.

Tomá Bolsonaro

Bolsonaro es anagrama de SOLO ROBAN o bien NO LAS ROBO. Le teníamos miedo a la Conmebol y los entuertos con el presidente de Brasil, que había accedido rápidamente a hacer el campeonato en Brasil después de las renuncia de Argentina y Colombia. Las teoría conspirativas tenían algún sustento. Pero la realidad es que no hubo arbitraje turbio, ni intervenciones sucias del VAR, ni nada de eso. Sólo queda recordarle el gestito del presidente de Brasil a Alberto Fernández con la mano abierta y los cinco dedos. ¿Sabes que Bolsonaro? ¿ Sabés que…?

Messi y Neymar

Un abrazo largo, interminable de dos jugadores que se quieren y se respetan, que fueron felices jugando juntos, que son felices jugando al fútbol. Neymar hizo de todo en segundo tiempo, pero a Brasil no le alcanzó. Una postal fantástica esa del abrazo entre los dos cracks.

La última imagen

La que también queda para siempre: Messi con la Copa, bien arriba, rodeado de sus compañeros. Campeones de América después de una larga sequía, campeones en el Maracaná. ¡¡¡En el Maracaná!!!