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Simone Biles no estuvo sola en la rebelión frente a los mandatos de la competencia

Los Juegos Olímpicos tienen quien los desafíe

La renuncia de Simone Biles, el nadador de oro que se declaró gay, los equipos femeninos que se negaron a la sexualización que imponen ciertos vestuarios, la irrupción de deportistas trans olímpicxs; a la férrea disciplina de los cuerpos hubo rebeliones que dejaron huella. Pero patear el tablero del espíritu competitivo para cuidarse y exponer la vulnerabilidad fue el gran aporte de esta joven negra que no quiso ser una máquina productora de medallas.