La ciencia, el fútbol y la familia son tres pasiones irrenunciables para Tomás Pachano, que mientras hacía un doctorado en la ciudad alemana de Colonia repartía las pocas horas que le quedaban por fuera del laboratorio para organizar un partido o un asado con sus amigos europeos. Lejos de Argentina desde 2017, sus descubrimientos en el área de la epigenética contribuyeron a entender un poco más los mecanismos detrás de las mutaciones que provocan enfermedades congénitas y fueron reconocidos por el influyente boletín científico Nature Genetics.

Nacido en la ciudad bonaerense de Caseros y actualmente radicado en España, el investigador cursó Biotecnología en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) hasta 2012, cuando esa casa de estudios y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) abrieron una nueva carrera que atrajo su atención: Ingeniería en Agrobiotecnología, a cursarse en el Instituto Tecnológico Chascomús (INTECH). Además de percibir una subvención, podría residir en un alojamiento para estudiantes.

“La posibilidad me resultó muy atractiva, porque me daban una beca completa y me podía dedicar de forma exclusiva a los estudios”, explica Pachano al Suplemento Universidad. Otra ventaja era la cercanía con el ambiente experimental de la ciencia: “Desde los primeros años estás en contacto con los científicos, que te dejan meter y participar en los proyectos de investigación que desarrollan en los laboratorios; esto marcó un poco mi interés en seguir una carrera académica, en ser científico. Y por otro lado fue orientando mis intereses dentro de la ciencia, que hoy son la genética y la epigenética”.

Tras terminar su tesis, comenzó a buscar laboratorios para hacer un doctorado y descubrió el del español Álvaro Rada Iglesias, en Colonia, a quien le envió un proyecto y, a su vez, remitió una copia al Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán). Con la aprobación de ambas instancias, consiguió la financiación completa del doctorado.

“Todos estos años en Alemania estuve haciendo la parte experimental de mi proyecto, que resultó en una publicación de la revista Nature. Ahora tengo que regresar a defender la tesis”, indica Pachano.

Sus investigaciones ponen el foco en las regiones no codificantes del genoma, un territorio inexplorado por la genética. Los genes, sobre los que gravitó el ojo científico durante décadas, son –en palabras de Pachano– “las unidades fundamentales que codifican proteínas y permiten el funcionamiento de las células”. Sus trabajos se sitúan en una línea de análisis hasta ahora vacante de la ciencia que, advertida de que “la gran mayoría del genoma no codifica genes”, se pregunta “entonces, ¿qué es lo que hace?”.

Pachano y su equipo descubrieron una relación entre dos de estos elementos del genoma: las Islas CpG y los enhancers o amplificadores. “Desde el punto de vista médico es importante, porque a medida que pasan los años lo que se está viendo es que la mayoría de las mutaciones que provocan enfermedades congénitas o también cáncer no ocurren en los genes, sino en los elementos no codificantes”, detalla el investigador.

Después de permanecer cuatro años en el exterior, extraña “cosas que nunca hubiera imaginado” y sueña con instalar un laboratorio en Argentina. Mientras, mitiga el llamado de la patria jugando a la pelota con amigos e imponiendo el asado en las juntadas.

Frente a la “prédica del exilio”, a la que califica de “mentirosa”, el egresado del INTECH resalta “la educación pública de máxima calidad y el sistema de salud gratuito” de Argentina y enfatiza: “Hoy en día hay un discurso político más alentador que cuando yo me fui y creo que la ciencia vuelve a ser considerada ya no un gasto, sino un recurso necesario”.