La Nación publicó el artículo “el mito del consumo como llave del progreso económico” que sostiene que en las economías nacionales así como en una familia hay que “primero producir (trabajar) para luego poder gastar”, por lo que el consumo no podría ser el motor del crecimiento. Para reafirmar su hipótesis, se recomienda mirar el Valor Bruto de Producción (VBP) de las economías, más que el Producto Interno Bruto (PIB), motivo que llevó “recientemente al Bureau of Economic Analysis de los Estados Unidos” a “publicar una nueva estadística, el Gross Output”.  Si se considera el VBP, el “consumo representa el 20 por ciento de la economía real, no el 60 o el 70 por ciento” que surge de compararlo con el PIB. “La inversión, por el contrario, representa más del 60 por ciento del VBP”, en lugar del 19 por ciento en relación al PIB que señaló el Indec para 2016. De todo ello, se concluye “que es la inversión la principal variable en la producción, y es entonces allí donde debemos colocar el esfuerzo de la política económica, ofreciendo los incentivos adecuados”.

Del artículo se desprende que sus autores desconocen que una familia puede consumir primero y después producir (trabajar), dada la existencia del crédito al consumo. Así, quien se endeudó al consumir, puede ir pagando sus deudas en cuotas a medida que percibe ingresos trabajando. Si esa posibilidad está abierta para cualquier que acceda por lo menos al fiado de un almacenero, imagínense las opciones que se abren para una economía nacional, donde actores como el Estado pueden incluso acceder al auto financiamiento dado que tienen el monopolio teórico de la emisión monetaria (el real lo comparten con la banca privada). 

Por otro lado, una breve visita a la web del BEA muestra que las estadísticas de Gross Output están disponibles desde hace décadas. Tampoco el álgebra parece el fuerte de los autores de ese texto -liberales austríacos- ya que si la relación Inversión-PIB es menor que la relación Consumo-PIB, el reemplazo en el denominador del PIB por el más abultado VBP, no puede hacer que la relación Inversión-VBP supere la existente entre el Consumo y el VBP. 

Tal vez el problema no sea algebraico, sino que al analizar la relación Inversión-VBP modifican el concepto de Inversión para incorporar en el mismo los gastos de empresas en bienes intermedios. De ser ese último el caso, están confundiendo la Inversión como concepto macroeconómico (que amplía la capacidad productiva futura), con el de desembolsos que tiene que hacer un empresario para llevar adelante un negocio productivo (donde sólo una parte implica socialmente “inversión”). 

Por último, colocar el “esfuerzo de la política económica en la Inversión” puede llevar a modelos de sociedades que no entusiasmen a la mayor parte de los argentinos. A modo de ejemplo, los 10 países con mayor inversión en relación al PIB según el Banco Mundial fueron en 2015: Suriname, Bhutan, China, Algeria, St. Kitts and Nevis, Congo, Ethiopia, Niger, Zambia  y Timor-Leste. ¿Son esas sociedades un modelo a alcanzar?

@AndresAsiain