Desde París

Casi los mismos actores que intervinieron el hackeo del partido demócrata en los Estados Unidos aparecen ahora en Francia. Dos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el equipo de campaña de Emmanuel Macron (candidato del centro liberal) denunció una “acción” de hackeo “masiva y coordinada” que se tradujo por la publicación, a través de las redes sociales, de correos electrónicos, documentos de contabilidad y diversos contratos ligados a la campaña electoral. No es la primera vez que el macronismo es víctima de hackeos, pero si la primera que son tan masivos y cuya fecha de publicación resulta tan oportuna. Los documentos, hoy conocidos como  Macronleaks, no trastornaron el decurso de una victoria de Macron anticipada por todos los sondeos. El operativo, en cambio, muestra que las redes ocultas que perjudicaron las elecciones presidenciales en los Estados Unidos siguen activas y que sus protagonistas son los mismos. 

Una empresa japonesa de seguridad informática, Trend Micro, advirtió que esos ataques fueron montados por el mismo grupo ruso que accedió a las cuentas de Hillary Clinton. Sin embargo, el primero que aparece identificado es Jack Posobiec, un simpatizante de la extrema derecha norteamericana que fue uno de los primeros en dar difusión a los Macronleaks. Posobiec vive y trabaja en Washington, donde se consagra al portal de extrema derecha The Rebel, especialista de las informaciones artificiales y un ferviente adepto de Donald Trump y Marine Le Pen. El viernes pasado por la noche, fue él quien hizo circular entre los 100 mil abonados de que cuenta en Twitter un link hacia otra conocida página de falsos relatos, 4chan. Se trata de un mastodóntico foro de discusiones que se ha ido convirtiendo en el punto de encuentro predilecto de los trumpistas y toda la extrema derecha norteamericana. A partir de ese primer link, WikiLeaks y otros portales o cuentas Twitter ligadas a la “alt-right” ampliaron la circulación de los Macronleaks. Los servicios franceses constataron así que el hackeo y la propagación de los contenidos vino desde el exterior y que sus hilos estaban en manos de un personaje muy influyente en la llamada “fachosfera”, es decir, los portales y las redes fascistas. Jack Posobiec es toda una institución en el seno de esa galaxia mundial. Además de sus relaciones carnales con la ultraderecha norteamericana, Posobiec  milita en  Slavright, un grupo de ultraderecha muy activo en Europa del Este cuyo credo es común a la derechas marrones: el racismo, la supremacía blanca, el anti islamismo. 

Esos “soldados lejanos” de la ultraderecha detentan un poder enorme y conforman una suerte de cofradía con bases en todo el planeta cuya expansión se plasma en internet. Jack Posobiec es un miembro del círculo donde están otros conocidos personajes de la extrema derecha o del complotismo mundial como el británico Milo Yiannopoulos, o Paul Joseph Watson. Ante las denuncias del equipo de Macron, Posobiec publicó un video dirigido al candidato francés donde le interpela diciendo “Señor Macron ¿ por qué ataca a los periodistas en vez de refutar los documentos ?. Su afirmación según la cual hemos fabricado esos documentos es difamatoria”. Y no fue todo. El propagador de los #MacronLeaks pidió que se le permitiera hablar ante “el Parlamento francés” para defender su posición. Lo cierto es que los documentos, según informó el equipo de Macron, fueron obtenidos gracias a un “paciente trabajo de hackeo que se llevó a cabo durante semanas contra las cuentas de correo electrónico del equipo de campaña”. Los macronistas estiman que se trató de un claro intento de desestabilizar la elección presidencial francesa”. Aunque infructuoso, el operativo vino a demostrar una vez más el poder que del nuevo fascismo globalizado.