Nicolás Maduro acusó a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de asesinar a su propia gente en las protestas que se registran en el país desde el 1 de abril, que ya dejaron al menos 37 muertos y más de 700 heridos. El presidente de Venezuela insistió en que la Asamblea Nacional Constituyente es el camino para lograr la paz en su país. En un clima de tensión que no da respiro, cientos de venezolanos se concentraron en Caracas y en el interior del país para manifestarse en contra y a favor de la iniciativa Constituyente. Por la muerte de dos dirigentes estudiantiles chavistas que participaban el jueves en una asamblea en el estado Anzoátegui, el Ministerio Público informó que imputará a dos hombres y a una mujer por su supuesta vinculación con los crímenes. Ayer, en otra jornada de represión la fuerza pública lanzó gases lacrimógenos contra una marcha convocada por la MUD  que pretendía llegar al Ministerio de Educación, en el centro de Caracas, para protestar contra un posible cambio de la Constitución.

Maduro aludió, en su denuncia a la MUD, a una insurgencia  armada que “se pone la máscara de marchas pacíficas que ya todo el mundo sabe que simplemente son la puesta en escena, la mascarada para luego dejar la violencia instalada”. Y acusó a dicha insurgencia de haber destruido, quemado y saqueado en las últimas cinco semanas más de 1.000 comercios y 100 unidades de transporte público en el país. Para enfrentar la situación, el mandatario explicó que activó el plan militar llamado Zamora, que detuvo a cientos de personas en los últimos días. 

Horas después de que los opositores anunciaran que no participarán en el proceso constituyente por considerarlo fraudulento, Maduro escribió en su cuenta de Twitter: “Basta de violencia criminal y terrorista contra el pueblo. Venezuela quiere paz, trabajo y prosperidad. El camino es el Poder Constituyente”. El presidente venezolano convocó al debate y a un gran diálogo mediante el mecanismo propuesto por él, con el que pretende cambiar el ordenamiento jurídico interno, vigente desde 1999, y que fue promovido por el fallecido presidente Hugo  Chávez.

La MUD  llamó a sus simpatizantes a marchar hacia el despacho del jefe de la comisión presidencial para la Constituyente, el ministro de Educación Elías Jaua, con el objetivo de leer un documento en rechazo a la iniciativa de Maduro. Los manifestantes fueron repelidos con bombas lacrimógenas que lanzaron la policía y la Guardia Nacional bolivarianas, lo cual derivó en enfrentamientos. El antichavismo  también convocó movilizaciones en los 23 estados del país, 20 de las cuales fueron dirigidas a las sedes de los gobiernos locales, bajo el control del chavismo. 

Por su parte, cientos de chavistas se concentraron en la Plaza Morelos, en el centro de la capital venezolana, desde donde marcharon hasta las cercanías de la Asamblea Nacional, bajo el poder de los opositores, para expresar su respaldo al eventual cambio de la Constitución.

Ell Ministerio Público Fiscal venezolano indicó que Romer Dicuru, de 40 años, Junior Ibarra, de 25, y Magaly  Marín López, de 53, fueron apresados por la muerte del presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Territorial José Antonio Anzoátegui, Juan Bautista López. A los detenidos también se los vincula con la muerte del estudiante César Guzmán Jiménez, de 22 años, quien falleció tres días después por heridas causadas en el mismo hecho violento. López perdió la  vida en la ciudad de El Tigre, cuando se encontraba en una asamblea estudiantil y, al finalizar, uno de los asistentes se le acercó y le propinó varios disparos.