El expresidente Mauricio Macri respaldó nuevamente su decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para endeudar a la Argentina. “El Fondo vino y no se fugó la plata, que es otra mentira, fue para el repago de las deudas que iban venciendo”, se defendió.

Según Macri, el FMI decide “ayudar” a “un país que tiene un plan que vale la pena”. “Fue el caso de Argentina en 2018 -aseguró el exmandatario-. En ese momento, como creían en el rumbo que llevaba la Argentina, entendían que persistiendo en esa dirección íbamos a salir adelante, íbamos a crecer, íbamos a poder devolver el dinero que nos iban a dar”.

El líder de Juntos por el Cambio aseguró que el Fondo “nos dio esa plata para reemplazar a los bancos comerciales que ante el miedo de que volviese el kirchnerismo se querían ir y no nos querían renovar”, aunque el préstamo se tomó un año antes de que se realizaran las elecciones presidenciales.

El latiguillo de la pesada herencia

Macri, además, volvió a la retórica de la “pesada herencia” y sostuvo que al iniciar su gestión en 2015 el Banco Central tenía “reservas negativas” porque “el kirchnerismo se había gastado hasta los depósitos en dólares de la gente para mantener una apariencia económica”; que el país estaba “en default” y “sin energía”. “Eso sí que era bravo”, farfulló.

Según el expresidente, en el traspaso de mando de 2019 "les dimos casi un equilibrio fiscal", el país "ya no estaba en default" y había "reservas en el Central" y "energía no solo para abastecer al país, sino para exportar".

“Ahora todo se ha vuelto a desequilibrar. Hoy estamos mucho peor que hace dos años”, lamentó y aseguró que “no es la pandemia sino la cuarentena eterna lo que destruyó la economía”.

Asimismo, Macri reiteró la falacia de que su gobierno tomó menos deuda que el de su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner