“Así como el año pasado las circunstancias nos obligaron a realizar el Festival de Cine Alemán de forma online y nuestro lema ‘Wir sehen un sim Kino’ (Nos vemos en el cine) se transformó en ‘Kino en casa’, este año con gran alegría podemos decir ‘Zurück ins Kino’ (De vuelta al cine)”. Con esas palabras se presenta la nueva edición del tradicional evento cinematográfico, que comienza a transitar una nueva década de vida y regresa a las salas de cine luego de una entrega 20° aniversario empujada a la virtualidad. Fiel a su costumbre, el encuentro, que comienza este jueves y bajará sus cortinas el próximo miércoles 22, reúne documentales y largometrajes de ficción –del cine autoral más riguroso a los placeres de los géneros populares– realizados recientemente en la República Federal de Alemania. Amén de un puñado de cortos dirigidos por jóvenes realizadores y unificados en el eslogan Next Generation Short Tiger, además de otros dos films breves exhibidos por fuera de esa selección. Tres de los largos, todos ellos dirigidos por cineastas mujeres, se presentan englobados bajo el título “Mujeres en camino” y son apadrinados por el Goethe-Institut Buenos Aires.

“El año pasado fue muy importante poder continuar de manera no presencial”, reflexiona Gustav Wilhelmi, director del Festival desde sus orígenes, en comunicación con Página/12. “Fue un trabajo arduo porque, en general, a los productores no les gusta mucho ofrecer sus películas para verlas de forma online. Lo positivo fue el hecho de tener alcance federal y así poder llegar a mucha gente de todo el país, además de la gratuidad, que nos parecía importante en una edición tan particular. Pero soy un convencido de que las películas se hacen para ser vistas en el cine, en una pantalla grande, así que estamos muy contentos de volver a las salas. En Alemania hay en este momento una campaña de los distribuidores y exhibidores cuya frase de cabecera es ‘Cine en el cine’. En casa suena el timbre, ladra el perro o alguien llama por teléfono. Creo también que es muy importante esa cualidad grupal de la exhibición cinematográfica. Hay un momento invalorable: la sala se oscurece y cuando se enciende la pantalla se despierta la imaginación”.

Para el espectador cinéfilo, el principal polo de atracción de la cosecha 2021 es sin duda el más reciente largometraje de Christian Petzold, director de títulos imprescindibles del cine germano de las últimas dos décadas como Bárbara, Ave Fénix o Transit, entre otros. En Undine, que tendrá un lanzamiento comercial en nuestro país dentro de una semana y ahora se presenta en calidad de preestreno, Petzold recrea en tiempos contemporáneos el mito griego de las ondinas, ninfas del agua mitad pez y mitad mujer, primas no muy lejanas de las nereidas. Pero nada de eso resulta evidente durante los primeros tramos del film, nuevamente protagonizado por la dupla central de Transit, Franz Rogowski y Paula Beer: el espectador no puede imaginar que las calles, cafés y edificios de Berlín en el siglo XXI pueden ser el trasfondo de una historia que, de a poco, comienza a rozar lo fantástico para ingresar finalmente de lleno en ese territorio. Historia de amores eternos –tan bellos como, a su manera, malditos–, Undine es un relato vibrante y melancólico, y un brillante ejemplo de cómo el cine puede desafiar convenciones y formatos preestablecidos, sorprendiendo con cada giro del guion y aparentes cambios de tono.

Pensando en la programación de esta 21° edición del Festival, Wilhelmi confirma lo que viene siendo un norte curatorial desde la primera entrega. “Siempre tratamos de tener un espectro amplio de la cinematografía alemana, aunque este año fue un poco más difícil de lo usual, porque la producción de películas mermó bastante como consecuencia de la pandemia. La idea es tener distintas temáticas y estilos, del drama fantástico de Petzold a una película como Co-Pilot, que cruza el romance con la temática inmigratoria y política. O de un título como La caja de cristal, que vuelve a la Segunda Guerra Mundial y es nuestra película familiar de este año, a Cortex, que se acerca al thriller de ciencia ficción. Por cuestiones ligadas al tema sanitario y el aforo máximo, no pudimos hacer el tradicional cierre con un film mudo restaurado y acompañado de música en vivo, pero en cambio tenemos un foco del Goethe-Institut, curado por Inge Stache, que es una muy buena selección centrada en la mujer. Este año, por primera vez, tenemos un equilibrio entre directores y directoras, y muchos nombres tienen ascendencia de otros orígenes, lo cual vuelve a demostrar la riqueza cultural del cine alemán”.

Ejemplo de ello es precisamente Co-Pilot, tercera película de Anne Zohra Berrached, de madre alemana y padre argelino, que retrata la relación sentimental entre dos estudiantes de medicina en la ciudad de Hamburgo, una joven de origen turco y un inmigrante libanés. El film parte de un modelo realista, aunque no exento de ciertos momentos fantasiosos (el amor los “eleva” hacia el cielo), y sigue su derrotero mientras la pareja se enfrenta a prejuicios propios y ajenos. Luego del casamiento secreto, la constante radicalización religiosa del muchacho comienza a horadar el vínculo, al tiempo que este abandona la carrera y comienza a hacer una serie de viajes a Medio Oriente con intenciones secretas. ¿La razón del título? No conviene revelar demasiado aquí, pero el deseo del protagonista de ser piloto de avión tiene que ver (y mucho) con el desarrollo ulterior de la trama, que casi nunca abandona el punto de vista de la heroína, Asli, interpretada por la turco-alemana Canan Kir.

Co-Pilot, tercera película de Anne Zohra Berrached

De corte documental, aunque atravesada por una gran cantidad de representaciones sobre un escenario, The Case You, dirigida por la actriz y realizadora Alison Kuhn, relata los múltiples casos de abuso (varios de ellos de índole sexual) ocurridos en el año 2015 durante un casting para un largometraje. Cuando algunos años más tarde el director de ese proyecto decidió utilizar el material de las audiciones para un proyecto de índole semi experimental, varias actrices decidieron acusarlo legalmente. Kuhn “dirige” a cinco de esas jóvenes mientras recuerdan los hechos y, en algunos casos, los recrean sobre las tablas. Sin señalar con nombre y apellido a los responsables (“no quería hacer de esto una acusación puntual, sino transformarlo en algo universal, a partir de un caso testigo”, declaró la realizadora), la película expone prácticas abusivas normalizadas a partir de las voces de un puñado de víctimas.

Parte del foco “Mujeres en camino”, como The Case You, Walchensee Forever tal vez sea la “tapada” de esta edición del Festival, otro documental en primerísima persona que recorre cinco generaciones de mujeres a partir de la mirada de la penúltima descendiente, la cineasta Janna Ji Wonders. La bisabuela de Janna fundó y manejó un restaurante en la ciudad costera de Walchensee en los años previos a la Segunda Guerra, posta que fue retomada por la abuela de la directora, madre a su vez de dos hijas (una de ellas, desde luego, es la progenitora de Janna). Los cambios sociales durante los años 60 encontraron a las hermanas recorriendo los Estados Unidos y México en plena explosión del flower power, y a su regreso a Alemania el encuentro con el escritor Rainer Langhans las acercó a la vida en la célebre Kommune 1, la filosofía india y las posibilidades del amor libre. Ejemplo notable del “cine del yo”, Walchensee Forever recorre casi un siglo de vida familiar y social utilizando las armas cinematográficas de la inteligencia, la honestidad y la imaginación.

Ficción hecha y derecha, Felicidad, segundo largometraje de Henrika Kull, describe la intensa relación entre dos mujeres, ambas prostitutas, luego de conocerse en el burdel en el cual trabajan. Sascha, de unos treinta y algo de años, y Maria, una joven italiana de paso por Berlín, entablan un vínculo amoroso que escapa por completo a los intercambios comerciales, con sus cuerpos como mercancías, a los que están acostumbradas, pero rápidamente los miedos y corazas construidas durante toda una vida ponen en peligro aquello que acaban de comenzar a construir. Las ya mencionadas Cortex, dirigida y coprotagonizada por el reconocido actor Jannis Niewöhner (Corre, Lola, corre, El experimento) en su debut detrás de las cámaras, y La caja de cristal, de Christian Lerch, completan el panorama de largometrajes que forman parte de esta edición del Festival de Cine Alemán.

“Esperamos que las salas se llenen”, afirma el máximo responsable del encuentro, nuevamente (finalmente) presencial. Los desafíos a futuro tienen que ver con “seguir buscando cosas nuevas, no repetir siempre el mismo formato. Después de estas veintiún ediciones tenemos un buen recorrido y un público fiel e interesado, que es lo más importante. Tal vez lo ideal sería conjugar el festival presencial con lo virtual, para poder llegar a todo el país. Este año fue imposible porque, realmente, armamos la edición sin saber cuáles iban a ser las condiciones sanitarias. Afortunadamente, podemos encontrarnos nuevamente para ver cine en el cine”.

21° Festival de Cine Alemán

Del 16 al 22 de septiembre en Cinépolis Recoleta

Programación completa, días y horarios en el sitio web http://www.cinealeman.com.ar