La Copa Davis siempre ofrece sorpresas. Tiene la magia intacta desde que empezó a jugarse allá por 1900, más de un singlo antes de que Gerard Piqué impulsara lo que pudo haber sido su destrucción total. Por eso la Argentina sufrió. Y vaya que sufrió. Sólo la Davis pudo generar que un equipo con su historia y su jerarquía, uno de los 15 campeones del mundo, en un recinto mítico como el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en el polvo de ladrillo más lento del planeta, tuviera que "padecer" una serie contra el plantel desconocido que trajo Belarús.

Porque ni el capitán Gastón Gaudio, ni el analítico subcapitán Gustavo Marcaccio ni los tenistas del equipo argentino tenían datos fehacientes sobre los patrones de juego o las cualidades técnicas-tácticas de los juveniles que vinieron a representar al lejano país de Europa Oriental. En lugar de sus figuras -Ilya Ivashka (53º), Egor Gerasimov (90º) y Andrei Vasilevski (82° en dobles)- vinieron chicos sin ranking profesional. Entre ellos el explosivo Daniil Ostapenkov, que le propició el sábado a Diego Schwartzman, el 15° del mundo, nada menos que la peor derrota de su vida.

La Argentina sufrió pero ganó. Schwartzman tuvo revancha, se redimió tras el vergonzante golpe del primer día y superó 6-1 y 6-2 al número uno rival Alexander Zgirovsky (20 años; 1233° de ATP) para sentenciar la serie después del festejo con susto de Horacio Zeballos (7° en dobles) y Máximo González (25°) por 5-7, 6-2 y 6-2 ante el propio Ostapenkov y Erik Arutiunian, el otro jugador sin ranking, quien había caído en el segundo punto del sábado ante Guido Pella (82°). El 4-1 definitivo lo puso Federico Coria que, en su debut copero, superó por 6-3 y 6-1 a Ostapenkov.

"Fue difícil el rendimiento. Puede ser y tiene que ser mucho mejor. Había tenido un día complicado en lo anímico para poder disfrutar con el grupo. Lo más normal era que ganáramos. Es lo que esperaban todos. Cuando tenés un día difícil en el trabajo después te emocionás un poco porque tenés retenidas algunas cosas internas", destacó el Peque, más relajado después de la victoria.

Las alarmas sonaron fuerte en el inicio de la jornada del domingo. El capitán visitante Aliaksandr Vasilevski sorprendió con un enroque táctico similar al que activó el sábado: los juveniles Daniil Ostapenkov y Erik Arutiunian, que jugaron los singles ante Schwartzman y Pella el primer día, salieron a la cancha y desplegaron un sorpresivo nivel contra Zeballos y Machi González, los dos experimentados doblistas de elite que tiene la Argentina. Claro, suelen jugar juntos en el circuito de menores -este año ganaron dos torneos en Kazan y Budapest- y el sábado se habían entrenado juntos después de los trabajos de los peloteadores argentinos Francisco Cerúndolo (107°) y Camilo Ugo Carabelli (248°), pero ni Gaudio ni Marcaccio estuvieron presentes en la práctica, incluso después de no haber conseguido videos completos de los rivales durante la semana para analizarlos. Argentina sufrió de manera innecesaria contra jugadores desconocidos, en parte, por el desinterés del cuerpo técnico.

Un dobles "premium"

Como en el choque ante Schwartzman, el que fuera el mejor triunfo de su vida, Ostapenkov la prendió fuego y Belarús ganó el primer set 7-5 para dejar atónitos a Zeballos y Machi, que demoraron en desenmarañar el partido. El marplatense, sin embargo, desenvolvió su versión premium, la misma que lo llevó a la final de Wimbledon y al top 10, y se puso el equipo al hombro en ese momento de tensión: hizo lo que quiso con la volea y se apoyó en el acompañamiento de un Machi que levantó para poner la ventaja transitoria de la Argentina.

"Sabíamos que iba a jugar el que le ganó al Peque (Ostapenkov), por lo que se había visto en ese partido, pero no teníamos claro con quién. Jugar con un tenista de la experiencia de Horacio es muy bueno porque, con sus palabras y su actitud, te genera el apoyo para soltarte cada vez más cuando no sale el juego, expresó Machi.

Zeballos, la figura del match, contó que el público fue clave: "Ambos hicimos algo muy importante: nos llenamos de energía, miramos a la gente, a nuestra familia, porque estábamos nerviosos al principio. Usamos el aliento del público y nuestra experiencia para sacar adelante el partido contra dos jugadores que no tenían nada para perder".

La última de Gaudio

Gaudio confirmó lo que adelantó este medio en varias ocasiones durante el último mes: acaba de dirigir su última serie como capitán. "Fue mi última serie, una etapa muy linda, unos tres años increíbles; volví a sentir la adrenalina que no sentía desde que era jugador", expresó. Lejos de la coyuntura del circuito, mantuvo nula comunicación con los jugadores cuando restaba un mes para la serie con Belarús: mientras el subcapitán Marcaccio armaba el equipo en Tokio, Cincinnati, el ex 5° del mundo negociaba la llegada de Messi a PSG a través de su cercanía con Tamim ben Hamad Al Thani, el mismísimo emir de Qatar; y, durante la primera semana del US Open, sostuvo reuniones clave en Buenos Aires para la composición de una coalición opositora de cara a las elecciones en Independiente, en diciembre próximo. Sus diversas ocupaciones, según sus propias palabras, le quitan el tiempo necesario para llevar adelante la capitanía.

Schwartzman, el líder deportivo del equipo, hizo un balance de la capitanía de Gaudio, conductor desde febrero de 2019: "Fueron años buenos. Gastón disfrutaba mucho la semana de Copa Davis, pero en medio de las series tenía un montón de cosas. Sumale la pandemia. No pudo involucrarse al cien por cien. Fue una etapa con uno de los mejores jugadores de la historia. Habrá un camino que se termina y en los próximos días sabremos cuál es el próximo capitán para una serie muy importante".

La Asociación Argentina de Tenis anunciará esta semana de manera oficial que su reemplazante, con la continuidad de Marcaccio en la subcapitanía, será Guillermo Coria. El Mago ya compartió la dirección con el propio Gaudio y con Guillermo Cañas en septiembre de 2018 (triunfo 4-0 ante COlombia en San Juan) tras el intempestivo despido de Daniel Orsanic, el capitán campeón mundial en 2016.

¿Cómo sigue la Davis?

Con este triunfo ante Belarús, en rigor, la Argentina se aseguró un lugar en los Qualifiers, una serie mano a mano que se jugará 4-5 ó 5-6 de marzo del año que viene. El rival será uno de los países de los que terminen entre el 5° puesto y el 18° en las Finales de este año o bien uno de los equipos que jugaron la misma reclasificación del Grupo Mundial I que el conjunto nacional. El sorteo será en diciembre, luego de las Finales que se jugarán en Madrid, Innsbruck y Turín.

Cualquiera de estos equipos, además, tendrá elegibilidad para recibir una invitación para las Finales de 2022 -como le sucedió a la Argentina en la edición de Madrid 2019-. Los cuatro semifinalistas de las Finales de 2021 se clasificarán de manera directa para las Finales de 2022.

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