El caso de Gabby Petito, la joven influencer estadounidense asesinada, puso en evidencia “el síndrome de la mujer blanca desaparecida". Esta definición aplica a las acusaciones de varias activistas de que hay un trasfondo racial en la cobertura mediática intensiva al caso y en el interés de las propias autoridades en resolverlo, cuando la desaparición de cientos de jóvenes de color, afroestadounidenses, hispanos e indígenas estadounidenses no genera el mismo tratamiento. 

El síndrome de mujer blanca desaparecida es un término utilizado para referirse a la cobertura mediática desproporcionada -especialmente en la televisión- de casos de mujeres o niñas blancas de clase media desaparecidas en comparación con la relativa falta de atención hacia mujeres desaparecidas de minorías y a hombres o niños desaparecidos, todos de clase baja.

Algunos expertos afirman que la sobredimensionada relevancia del caso de Petito se debe, en buena medida, a que la joven se había convertido en una youtuber y tenía una gran presencia en redes sociales. El viaje que hizo con su pareja estuvo documentado por ella misma en las redes y hay muchas imágenes.

El caso encabezó titulares en todo el país e incluso en medios internacionales, especialmente tras ser hallado su cuerpo en un parque nacional en Wyoming, un caso que continúa abierto, dado que las autoridades buscan intensamente a su novio, quien fue la última persona que estuvo con ella.

El alerta gira en torno a que las desapariciones de personas de minorías étnicas no generan el mismo interés mediático, a pesar de que son más frecuentes. Solo en el estado de Wyoming, en donde se encontraron los restos de Gabrielle Petito, 710 indígenas estadounidenses fueron reportados como desaparecidos entre 2011 y 2020, según un informe de la Universidad Estatal de Wyoming. El 57 por ciento de estos casos eran mujeres y el 85 por ciento eran menores de edad. 

Por otra parte, desde el primero de junio de este este mismo año hasta hoy, 63 jóvenes negros de 25 años o menos fueron reportados como desaparecidos y 27 latinos del mismo grupo etario, según la base de datos NameUs .

"Las víctimas blancas tienden a ser retratadas como en entornos muy seguros"

Danielle Slakoff, profesora asistente en la Universidad Estatal de California en Sacramento- investigadora sobre la justicia penal y los medios de comunicación, dijo a The New York Times que en sus investigaciones detectaron que las mujeres y niñas blancas desaparecidas reciben más cobertura inicial y repetida y que se suelen representar como buenas personas, mientras que las mujeres de color a menudo son caracterizadas como cómplices de sus propias desapariciones, por tomar riesgos innecesarios.

"Las víctimas blancas tienden a ser retratadas como en entornos muy seguros, por lo que es impactante que algo así pueda suceder, mientras que las víctimas negras y latinas son retratadas en entornos inseguros, lo que básicamente normaliza la victimización", detalló.

En la misma línea se pronunció Michelle Jeanis, profesora asistente de justicia penal en la Universidad de Louisiana en Lafayette a The Washington Post: "Las víctimas blancas, atractivas, jóvenes y aparentemente 'inocentes' acaparan más atención de los medios".

Pero a pesar de esa realidad, Jeanis declaró al Post que había notado que esta vez, al menos, la conversación sobre la disparidad racial en los casos de desapariciones está llegando a la prensa.

“Veo una gran diferencia. Cada vez que desaparece una mujer blanca de alto perfil recibo llamadas telefónicas primero sobre el caso y luego sobre la disparidad”, indicó Jeanis, y añadió: “Esta vez es diferente; la gente quiere hablar sobre la disparidad".

A partir del foco de atención que tuvo el caso de Petito, el reflejo de las desapariciones de personas de color, que puede influir directamente en la resolución de sus casos, está cobrando impulso. Esta vez, junto al hashtag #GabbyPetito muchos están publicando también los nombres de personas de color desaparecidas.

La doble vara

Sobran los ejemplos de cómo funciona “el síndrome de la mujer blanca desaparecida". A Tiffany Foster, de 35 años y madre de tres hijos, no se le volvió a ver después de salir de su apartamento de Newnan, Georgia, en el mes de marzo. Según su hija, la mujer iba al supermercado, pero no está claro si llegó a su destino.

Su auto fue encontrado a unas millas de allí, en el College Park, con su bolso y sus llaves dentro, pero sin su teléfono móvil. Por el momento no hay sospechosos directos en el caso, aunque su pareja fue arrestada por robar su auto tras su desaparición. La hermana de Foster, Kimberly Bryant, se quejó públicamente que de no se esté haciendo lo suficiente para encontrarla ni se haya implicado el FBI, como en el caso de Petito.

Por otro lado, David Robinson II es un veterano de guerra que estuvo buscando a su hijo de 24 años, Daniel, durante tres meses.  El joven fue visto por última vez saliendo de su lugar de trabajo en Buckeye, Arizona, en su Jeep Renegade gris azulado. Un granjero local encontró el vehículo en un barranco hace unos dos meses, pero desde entonces el caso se enfrío.

La policía de Buckeye usó vehículos todoterreno para recorrer áreas fuera de difícil acceso, drones y perros, pero David dice que esos esfuerzos no fueron serios. Él asegura haber realizado sus propias operaciones de búsqueda con más de 200 voluntarios sin parar durante siete semanas. La familia también creó una campaña de recolección de fondos y una petición para apoyar sus esfuerzos, pero David teme que se haya perdido un tiempo preciado.

El enorme interés por la desaparición de Gabby Petito lo dejó con sentimientos encontrados. “Que se haya convertido en noticia en todo el país, que el FBI y otras agencias trabajen en el caso, es todo lo que quería para mi hijo”, consideró.

Otro ejemplo es el de Lauren Cho, una mujer de 30 años cantante soprano durante su adolescencia, que luego se convirtió en maestra de música. En busca de un nuevo comienzo, renunció a su trabajo durante el invierno y emprendió un viaje por carretera por el país.

El 28 de junio, cuando se alejó del autobús donde vivía, no llevó teléfono, comida ni agua. Las operaciones de búsqueda y rescate no encontraron rastro de ella. El caso Petito despertó un nuevo interés por la desaparición de Cho.

En una página de Facebook llamada “Encuentren a Lauren Cho”, sus administradores escribieron: “Nos damos cuenta de que, en principio, la información pública sobre ambos casos tiene algunas similitudes. En última instancia, estos dos casos NO son iguales y las diferencias son más profundas de lo que parece a simple vista”.

Otro caso similar se dio en los últimos días, cuando el cuerpo de un estudiante afroamericano de Illinois fue encontrado por la policía después de estar desaparecido por un mes y tras la acusación de la familia de que los funcionarios no estaban tomando su caso tan en serio como el de Gabby Petito. 

Jelani Day, de 25 años, estudiante de posgrado del primer semestre de la Universidad Estatal de Illinois (ISU), estaba desaparecido desde el 24 de agosto, después de haber sido visto por última vez en ISU y en una tienda en Bloomington.

Su cuerpo fue encontrado flotando en el río Illinois el 4 de septiembre a una milla (1.6 kilómetros) de donde se encontró su automóvil, sin embargo, la policía tardó casi tres semanas en identificarlo, informó WGLT News.