El presidente Alberto Fernández volvió a reclamar ante Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la necesidad de “impulsar un pacto que permita extender los plazos para atender los pagos de los endeudamientos y la aplicación de menores tasas bajo las actuales circunstancias de estrés social, sanitario, financiero y ecológico”.
El mandatario instó hoy a “repensar una nueva arquitectura financiera internacional” para hacer frente a la “triple crisis de pandemia, cambio climático y deuda que golpea duramente a los países de renta media como la Argentina”.
Lo hizo al participar de manera virtual del Diálogo de Alto Nivel convocado por el secretario general de la ONU, António Guterres, y la OIT para debatir la respuesta internacional coordinada al impacto de la covid-19 en el mundo del trabajo.
Allí, pidió también “ser creativos con los canjes de deuda por clima”, “dar a fondo el debate sobre el rol de las calificadoras de riesgo crediticio y sus metodologías de funcionamiento” y “profundizar el debate sobre el nuevo Impuesto Mínimo Global, para que favorezca puntualmente a las economías emergentes y contribuya a una acción de desconcentración de la riqueza”.
“Temas que ocupaban nuestra agenda previa a la pandemia demandan nuevos abordajes y mayores recursos. La salud global, el cambio climático y las deudas soberanas deberán ser repensadas a nivel global”, sostuvo el Jefe de Estado en el panel sobre “Compromisos nacionales y regionales para crear trabajos decentes, expandir la protección social y apoyar una transición justa”.
Aunque reconoció que “líderes del G20 han comprendido la gravedad de la presente crisis y han dado primeros pasos para atender urgencias sociales y económicas”, consideró que “estas medidas no son suficientes” porque “es necesario darle mayor participación a los países de ingresos medios para que las economías emergentes también se puedan ver beneficiadas”. Y expresó que, pese a que “el Fondo Monetario Internacional ha tomado medidas que sólo un año atrás eran impensables”, como destrabar la emisión de 650.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro, “abriendo la puerta para una esperanza que necesita ser incrementada para atender las consecuencias de la pandemia”, aún “queda mucho por hacer”. En ese sentido, el Presidente urgió a elaborar “un gran pacto de solidaridad global, que incluya a los países de bajos ingresos y renta media con alta vulnerabilidad climática, socio productiva y financiera”.
Además, Fernández afirmó que “es la hora de un multilateralismo ambiental, que evite todo intento de discriminar a los países más pobres con barreras supuestamente ecológicas” y apoyó el impulso de “los trabajos 4.0 y la promoción de habilidades digitales que permitirán la adaptación a los mercados laborales relacionada con el clima y una recuperación socialmente inclusiva”.
En su intervención, también llamó la atención sobre que “el mundo evidencia ya una recuperación a dos velocidades, lo que implica que, una vez más, muchos quedarán atrás”. “Debemos aprovechar esta crisis para salir transformados. Para impulsar una transición hacia una economía más digitalizada, resiliente, sostenible y centrada en las personas”, remarcó.
Junto al Presidente, participaron sus pares de Costa Rica, Carlos Quesada; de Ecuador, Guillermo Lasso; los primeros ministros de Bélgica, Alexander de Croo, y de Egipto, Mostafa Madbouly, además de representantes de Nigeria, India, Bangladesh, Ruanda, El Salvador, Pakistán y de la Unión Europea.