Un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil le pidió al gobierno del presidente Jair Bolsonaro que brinde información sobre sus políticas contra el hambre, luego del shock provocado por las fotos publicadas por el diario Extra de Río de Janeiro, en las que decenas de personas hacen fila para llevarse huesos y grasa de carne bovina descartadas por los supermercados. El juez Antonio Dias Toffoli acató un pedido de la Orden de Abogados de Brasil (OAB) para determinar los planes del gobierno federal frente al hambre y le dio diez días de plazo para responder.

En el pedido que la Corte Suprema realizó este jueves, la OAB indicó que entre 2018 y 2020 el número de personas que sufría inseguridad alimentaria grave en Brasil ascendió de 10,3 millones a 19,1 millones. "Es un escenario de muerte, agravado por la actuación criminal e ineficiente del gobierno en la pandemia", planteó el escrito revelado por el diario económico Valor.

El juez Dias Toffoli determinó que el gobierno federal debe presentar, en diez días, información sobre sus políticas públicas para combatir el hambre en el país. La OAB, que solicitó la medida aprobada por la Corte, acusa al gobierno de Bolsonaro de incurrir en "graves omisiones y retrocesos en las políticas públicas para combatir la pobreza y garantizar el derecho a la alimentación".

Bolsonaro, sin embargo, acusa a los gobernadores y alcaldes de ser los responsables de la inflación en el precio de los alimentos porque la vincula a las cuarentenas y restricciones impuestas para enfrentar a la pandemia. Además, el mandatario pide que los gobernadores renuncien a impuestos locales como el ICMS, el IVA brasileño, para intentar reducir el precio de los combustibles.

"El dolor del hambre"

Esta nueva pulseada entre poderes en Brasil fue disparada por la publicación del diario Extra de un video e imágenes, bajo el título "El dolor del hambre", que muestran cómo camioneros que llevan el descarte de huesos y grasa a los centros de reciclaje de residuos paran en una esquina del barrio de Gloria, zona sur de Río. Allí distintas personas, sin ningún tipo de control higiénico ni refrigeración, se hacen de ellos como si fueran alimentos.

"Yo aprovecho para usar la grasa como aceite, que está muy caro", contó Adailton, de 33 años, quien llegó con su carretilla para hacer la fila. Extra también retrata el caso de Denise da Silva, quien a sus 51 años tiene cinco hijos y 12 nietos. Da Silva recorre dos veces por semana 36 kilómetros para llegar a Gloria. "No he visto un trozo de carne en mucho tiempo, desde que empezó la pandemia", dijo la mujer que enviudó recientemente.

Distintas ONGs de Río de Janeiro vienen informando hace un tiempo que sus comedores no dan abasto. Para el economista Marcelo Neri, de la Fundación Getulio Vargas, la inseguridad alimentaria de los brasileños creció incluso con el pago durante seis meses en 2020 del auxilio de emergencia, una ayuda económica del gobierno de Brasil similar al IFE argentino.

"El 46 por ciento de la clase baja dijo que le faltó dinero para comprar comida incluso recibiendo la ayuda", aseguró Neri. Para la Fundación Getulio Vargas casi el 13 por ciento de la población, es decir, cerca de 27 millones de habitantes, están debajo de la línea de pobreza.

Marcha de los Trabajadores Sin Techo

Este jueves el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) de Brasil realizó una marcha contra el hambre frente a la mansión de Brasilia en la que reside el senador Flavio Bolsonaro, uno de los cinco hijos del presidente. "Mientras el pueblo hace fila para comprar huesos, la familia Bolsonaro ostenta lujo con dinero dudoso", escribió en sus redes sociales el líder del MTST y candidato presidencial en 2018, Guilherme Boulos

Los manifestantes hicieron referencia al elevado costo de la residencia de Flavio (seis millones de reales, más de 1,1 millones de dólares) y al sospechoso origen del dinero con el que fue adquirida, ya que el senador está siendo investigado por desvío de fondos públicos.