Luego de un año y medio en el que la actividad estuvo suspendida o reducida en sus aforos, desde este viernes el teatro y las artes escénicas (cine y música, incluidas) vuelven a poder contar con el 100 por ciento de la capacidad de sus salas. La resolución, que se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires, permite abrir el camino de una “nueva normalidad” a uno de los sectores más golpeados por la pandemia. La recuperación de la totalidad de la capacidad de las salas no solo representa la posibilidad de alcanzar mayores recaudaciones, sino también la de expandir y diversificar la oferta teatral en propuestas que requieran mayor producción. La comedia musical, por ejemplo, es uno de los géneros que se beneficiará con el regreso de la totalidad del aforo de las salas. Los conciertos musicales en vivo, tanto al aire libre como en lugares cerrados, también aumentarán el tope de 4 mil a 6 mil espectadores en los lugares que cuenten con tal capacidad habilitada.

La resolución conjunta entre el Ministerio de Cultura y el de Desarrollo económico y producción porteños es claro en los fundamentos que le devolvieron a los espacios cerrados su capacidad máxima.“Teniendo en consideración la situación sanitaria actual que presenta un descenso en el número de casos positivo de COVID-19 en la gran mayoría de las jurisdicciones, sumado a que se alcanzaron altas coberturas de vacunación al menos con una dosis, resulta adecuado propiciar la modificación del protocolo aprobado oportunamente a fin de establecer las condiciones y requisitos para el desarrollo de eventos sociales en establecimientos privados”, dice la resolución que aprueba el nuevo “Protocolo para el desarrollo de actividades escénicas con público”.

El flamante protocolo determina que en todos los casos el “coeficiente de ocupación del aforo permitido será de un 100% en relación a la capacidad máxima habilitada”, pero con un tope de “6000 personas” en espacios cerrados (era de 4 mil). “En todos los supuestos se deberá garantizar que el establecimiento cuente con renovaciones de 40 m3/h por persona, sin recirculaciones. En el supuesto de contar con recirculaciones, se deberá incluir un filtrado tipo F7 o superior”, aclara el protocolo. Las actividades que se realicen al aire libre también tendrán a los 6 mil espectadores como tope máximo, “con un factor de ocupación de 1 persona cada 2 m2”.

“Hoy finaliza una etapa importante relacionada con la pandemia que nos ocupa y comienza otra para las artes escénicas”, le cuenta a Página/12 el empresario teatral Carlos Rottemberg. “Tengo en claro -señala- que el tan mentado aforo es solo una coordenada más dentro de un decálogo sanitario que deberemos seguir cumpliendo. Prácticas ya habituales como la toma de la temperatura, el uso del alcohol en gel, los testeos preventivos a los equipos de trabajo, los ingresos y egresos de los ámbitos evitando aglomeraciones, la no utilización de los halles, la renovada ventilación y el uso permanente del barbijo durante las funciones llegaron para quedarse un largo rato. De eso también se trata la nueva normalidad”.

El dueño de salas como Multiteatro y Multitabarís celebra la recuperación del 100 por ciento del aforo por la posibilidades artísticas y laborales que posibilita el uso potencial de la totalidad de las salas. “El aforo -explica Rottemberg- está directamente ligado a la mayor o menor posibilidad de producción, a crecer o decrecer en proyectos, a agrandar o achicar las fuentes laborales directas e indirectas que el teatro y la música en vivo producen. Cabe aclarar que recuperar el aforo original al 100% no es sinónimo directo de buenos bordereaux, porque fracasos existen desde siempre, incluso en tiempos de bonanza. Eso es inherente al interés del público ante la oferta de propuestas”.

El nuevo protocolo, de cualquier manera, mantiene los cuidados sanitarios relacionados a la ventilación, los ingresos y egresos escalonados, la toma de temperatura, el alcohol en gel y el uso obligatorio de los barbijos dentro de las salas. Un esquema que la actividad teatral mantuvo con responsabilidad desde la vuelta a la actividad y que se mantendrá en esta nueva etapa que cierra -al menos por ahora- la que comenzó en marzo de 2020.