El segundo largometraje de Natalia Meta, El prófugo, fue elegido por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, como la representante del cine nacional para pelear por una precandidatura a la Mejor Película Internacional de los próximos Premios Oscar. Los galardones de la Academia de Hollywood se entregarán el 27 de marzo de 2022 en el Teatro Dolby de los Angeles. Pero para que El prófugo quede en la lista de precandidatas deberá sortear una instancia de preselección a nivel mundial, de la que se encargan los miembros de la Academia de Hollywood. La decisión que hoy se conoce es por parte de la Academia local, que designa el film que representa al cine nacional en los premios más importantes de la industria cinematográfica.

La notable ficción, que cuenta con el protagónico absoluto de Erica Rivas, deberá ser puesta a prueba con largometrajes de todo el mundo, y los que resulten precandidatos deberán pasar por otra instancia hasta que nuevamente la Academia de Hollywood elija las cinco películas finalistas. El legítimo mérito que tiene El prófugo como candidata se ve un tanto opacado por la sorpresiva decisión de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, que este viernes comunicó la información de manera escueta, sin previo aviso formal y sin dar cifras del sistema de votación ni de cuántos votos obtuvo la película elegida.

El segundo film de la realizadora y licenciada en Filosofía -que en 2014 estrenó su ópera prima, Muerte en Buenos Aires-, está inspirado libremente en la novela El mal menor, última obra publicada del autor argentino C.E. Feiling, fallecido en 1997. Y suma en su elenco, además de Rivas, a Daniel Hendler, Cecilia Roth, Nahuel Pérez Biscayart y la participación especial de Mirta Busnelli. El prófugo es un thriller psicológico que narra la historia de Inés (Rivas), quien tras un episodio traumático durante un viaje con su pareja (Hendler) comienza a confundir la frontera entre lo real y lo imaginario. Terribles pesadillas y sonidos recurrentes invaden la vida cotidiana que lleva junto a su madre (Roth), hasta que ensayando para un concierto conoce a Alberto (Pérez Biscayart), un joven que se acomoda a su mundo sin cuestionamientos. Pero Inés no puede evitar una sensación peligrosa: hay seres que provienen de sus sueños y que quieren quedarse para siempre.

“En la novela se describe muy bien a nivel teórico toda la estructura ontológica sobre la que está basada la novela, como el mundo del sueño, la vigilia, pero no aparece tanto -y yo lo presentía- cómo opera la fantasía, cómo pasa el prófugo del sueño al mundo real, al mundo de la vigilia, cómo se encarna. Eso no está tratado en la novela, o está tratado de una forma más tangencial. Y para mí el desafío en el cine era que había que decir algo más sobre eso, que la narrativa tenía que estar más al servicio de eso. Eso me llevó a tratar de estructurar la narrativa de la película con una base onírica”, contó Meta a Página/12, en febrero de 2020, cuando El prófugo, una producción de REI Cine, formó parte de la Competencia Oficial de la Berlinale.

Meta también detalló por qué eligió a Erica Rivas para el papel en el que la actriz brilla con su capacidad interpretativa y sus máscaras: “A medida que iba trabajando en esta versión de El mal menor, el personaje de Inés conservó cuestiones muy importantes, como su relación con los hombres, lo que le ocurre, pero cambió mucho el cariz de la historia hacia dónde ir. Digamos, la personalidad. Eso hacía difícil encontrar a la actriz. Después la vi a Erica en La cordillera, de Santiago Mitre. Su personaje me pareció sublime. Además, me pareció que lograba crear, conservar y mantener un nivel de misterio respecto de ella, que era muy importante para mi película y, a la vez, muy difícil de lograr. Ahí empezó el camino para que Erica se convirtiera en la protagonista de El prófugo”.

Antes del estreno del 30 de septiembre de este año, Rivas también comentó a este diario sus impresiones sobre el trabajo en el segundo largometraje de Meta. "Es una historia que juega todo el tiempo con los límites: el límite del ensueño, de lo diurno, de lo nocturno, del dormirse, del despertarse, del enamoramiento, del estar solo. Juega todo el tiempo con el tema del deseo femenino. Y eso era algo que me interesaba mucho del guion". A Rivas también le atrajo el tono, "esto de thriller psicológico, o algo así, que me interesaba mucho para indagar en el tono de actuación que también me parecía interesante de explorar. Además, empezar a trabajar con Natalia. Ya cuando le dije que quería participar de la película, fue una delicia. Siempre fue alguien a quien me gustó mucho acompañar, como directora y como guionista", comentó la actriz en diálogo con Página/12.

Todavía falta mucho para saber si El prófugo podrá subir al podio en el que están La historia oficial (1985), de Luis Puenzo, y El secreto de sus ojos, (2009), de Juan José Campanella, las únicas dos películas argentinas cuyos directores alzaron la codiciada estatuilla dorada. Pero el primer paso ya está dado y es merecido.