Decidí escribir esta nota luego de escuchar los dichos de Gonzalo Bonadeo respecto de la cobertura de los juegos Paralímpicos. La pregunta que le hicieron fue sobre la diferencia en la cobertura con los Olímpicos, pero el conocido periodista, se fue por las ramas con la necesidad de explicar lo que a él le genera el deporte paralímpico.

“Hace muchos años que pienso sobre ellos”, afirmó. Eso lo sabemos las personas con discapacidad porque no es la primera vez que lo escuchamos descalificar la expertise de los y las deportistas paralímpicos. Incluso yo utilizo su frase de que “los deportistas paralímpicos me dan pena”, cuando doy formaciones a estudiantes o colegas que sí quieren formarse, para explicar la diferencia entre lo que desde la ética podemos decir y qué no frente a un micrófono, que claramente difiere de lo que podemos decir con un amigo tomando mate. No se trata de ser “bocón”, sino de ser responsable y medir el daño que se puede causar a un colectivo que aún continúa estigmatizado.

No sé si Bonadeo sabe, pero el término “persona con discapacidad”, así se dice y no lisiado ni discapacitado, fue evolucionando y nada tiene que ver con una enfermedad, sino con la relación entre una persona que tiene un déficit físico, intelectual, mental o sensorial a largo plazo que al interactuar con las barreras sociales, ve impedida su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones con las demás personas. Esta definición no es caprichosa, sino que está en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un tratado de Naciones Unidas que en nuestro país tiene rango constitucional y que fue construido con gran participación de personas con discapacidad, personas que lejos de “sobrevivir”, conviven con ella y luchan por remover las barreras.

Las barreras más difíciles de remover son las actitudinales, y podría mencionar en ese extracto de muy pocos minutos muchas presentes en el discurso del comunicador. La infantilización es moneda corriente, los y las deportistas paralímpicos no son chicos, son jóvenes, hombres y mujeres, algunos incluso son madres y padres porque habría que anoticiar al señor comunicador respecto de que las personas con discapacidad también tenemos sexo.

“Los Juegos Paralímpicos no deberían tener medallas”, afirma. ¿Y por qué no? ¿Sabe él cuánto entrenan? Supongo que como abezado especialista en deportes conoce sus marcas. Y sí, compiten por patología, quizás podría revisarse la categorización, pero realmente no entiendo por qué el esfuerzo denodado que realizan, que excede lo emotivo y la discapacidad, no valdría también la posibilidad de ganar una medalla más que merecida.

“El ejemplo del discapacitado no puede estar ensuciado por la apetencia de ganar una medalla a cualquier precio”. ¿Acaso el deporte no debiera ser competitivo porque participan personas con discapacidad?

Bonadeo fue cruel, irresponsable y profundamente discriminatorio, reproduciendo el modelo de prescindencia. El modelo de prescindencia tiene que ver con segregar a las personas con discapacidad e incluso eliminarlas. Sí, en la antigüedad se eliminaba a las personas con discapacidad porque se consideraba que no tenían nada para aportar a la sociedad. Lo mismo ocurrió luego con el nazismo con el afán de perpetuar la raza y eliminar por eugenesia cualquier “anormalidad”.

“¿Cómo sería mi vida con una falange menos, imaginate ser ciego? Ese es el ejemplo”. Le cuento a Bonadeo, dado que soy una persona ciega así que algo de ser ciego le puedo contar y soy periodista, compartiendo profesión tal vez le sirva mi relato. Claro que yo soy una mujer, así que seguro hay barreras que él no debería sortear.

Soy madre de 3 hijos y todavía hay gente que cree que ellos son unos pobres niños por tener una madre ciega, otros creen que son mis guías, pero no, yo soy la persona adulta que los lleva de la mano en la calle. El más chiquito fue conmigo con 6 meses a Ginebra, al Foro Social de Discapacidad y Derechos Humanos. Cuando fui a disertar allí, no fui a contar mi historia de vida, sino para exponer sobre el trabajo profesional que realizo. Trabajo en la TV Pública, hice aire, leía en Braille si lo necesitaba, salía a hacer notas a la calle y los compañeros ayudantes de cámara me acompañaban del brazo y yo iba con mi bastón abierto. Logré visualizar yo sola las notas para extraer los testimonios utilizando un programa en mi computadora, pero cuando no podía hacerlo, una productora me asistía. También me leía un compañero cuando trabajábamos expedientes judiciales y todos esos apoyos que necesité, nunca me hicieron sentir menos que nadie. Soy una periodista como usted Bonadeo y tengo la dicha de que muchas personas a quienes entrevisté, destacaron mi profesionalismo, no mi discapacidad. Así es mi vida, vivo en una sociedad en la que yo aporto en interacción con otras personas. Claro que muchas personas creen que no puedo, pero es rol de los comunicadores y comunicadoras romper con estos estereotipos y para eso trabajaré denodadamente porque es imperativo acabar con estos discursos.

Seguramente los y las deportistas pueden brindarle múltiples ejemplos sobre la percepción que tienen de su discapacidad, ojalá Bonadeo decida más allá de pedir disculpas, que no son las primeras, capacitarse y emprender con mayor responsabilidad el camino de informar, la discapacidad también así lo requiere. Su pedido de disculpas suena improvisado, vacío y cargado de más discriminación de la evidenciada en sus dichos originales.

Nadie habló de poner al olimpismo y al paralimpismo juntos, la pregunta sólo hablaba de la cobertura, pero Bonadeo necesitó explicar su parecer para profundizar en una segregación obsoleta ya para el siglo XXI y contraria al enfoque de derechos humanos, que hace muchísimo daño.

* Verónica Gonzalez es periodista especializada en género, discapacidad y derechos humanos. Trabaja en el noticiero de la TV Pública y por su labor obtuvo los Premios Lola Mora 2012, Isalud 2013 y Mario Bonino 2014. Tallerista y conferencista internacional sobre Derechos de las Personas con discapacidad,. Autora del Manual “Buenas Prácticas en Comunicación y Discapacidad, informar con responsabilidad y respeto por la diversidad”, ADC 2015, de la guía “Medios y Discapacidad, REDI 2020 y del documental “La Ire”, que se emitirá próximamente. Integra la Red de Periodistas con Visión de Género en Argentina y la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI) @verogperiodista