Roger Federer confirmó ayer que no jugará el torneo de Roland Garros. El suizo indicó que prefiere continuar con su preparación para los abiertos sobre césped y canchas duras. Campeón en el Abierto de Australia y en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami en 2017, el actual número cinco del mundo no jugó ningún partido en el año sobre polvo de ladrillo, la superficie que  más desgaste le produce, pero había avisado que decidiría a último momento si se presentaba en París. Así su regreso al circuito será para jugar sucesivamente los torneos de Stuttgart, Halle y Wimbledon.