Este mediodía se conocerá el veredicto por el femicidio de Elizabeth Alejandra Toledo, la mujer por cuya muerte, ocurrida en 2018 en San Fernando, fueron acusados dos hombres, incriminados uno por una mordida en el brazo de la mujer y otro, porque un loro fue hallado en la escena del crimen repitiendo lo que, de acuerdo con los investigadores, habría sido la última frase de la víctima.

A las 13. 30, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de San Isidro dará a conocer el veredicto en el proceso que juzga a Miguel Saturnino Rolón, de 53 años, y Jorge Raúl Álvarez, de 65. Ambos acusados están presos desde enero de 2019. 

En su alegato ante los jueces Federico Tuya, Débora Ramírez y Sebastián Urquijo, realizado a fines de septiembre, la fiscal Bibiana Santella, la misma que instruyó la causa cuando era titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de San Fernando, solicitó prisión perpetua para ambos acusados, por considerarlos coautores de "abuso sexual agravado y homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género". En caso de que el tribunal resuelva una condena en línea con ese pedido, Rolón y Álvarez podrían pedir libertad condicional en 2054, es decir, después de haber acreditado 35 años en prisión.

La fiscal Santella indicó que para acreditar la participación de Rolón en el femicidi es clave un peritaje odontológico que concluyó que las mordeduras que Toledo presentaba en un antebrazo, como signo de defensa, coincidían con la dentadura del imputado.

Santella también recordó que uno de los policías de la comisaría 4ta. de San Fernando que llegó a la escena declaró que cuando aún no había arribado el médico legista y nadie sabía cómo habían asesinado a la mujer, Rolón dijo que "seguramente" la habían "estrangulado" gesticulando con sus manos, una circunstancia que luego ratificó la autopsia

En cuanto a Álvarez, la fiscal recordó que un peritaje de ADN estableció que su perfil genético coincide con el de los restos orgánicos hallados en la escena y en el cuerpo de Toledo. Además, una testigo declaró que lo vio entrar y salir de la escena del crimen a la hora del hecho. En el juicio, Álvarez se declaró inocente y aseguró que al llegar al lugar encontró a la mujer golpeada y muerta; para justificar que en el cuerpo de la mujer hubiera ADN de él, dijo que el día anterior a la muerte habían mantenido relaciones sexuales consensuadas.

El último femicidio de 2018

El de Toledo fue el último femicidio de 2018 y el caso develó la vulnerabilidad de la víctima, una mujer con retraso madurativo que, según declaró su propio entorno, convivía con tres hombres que la sometían a maltratos que nunca fueron denunciados.

Toledo fue hallada asesinada a las 6 del 30 de diciembre en una habitación de madera tipo altillo que alquilaba en el barrio Presidente Perón.  El cuerpo estaba desnudo, boca arriba sobre uno de los colchones que había en el piso, en medio de un gran desorden. Tenía rastros de haber recibido golpes en el rostro.

Un policía que testificó ante el tribunal declaró que, mientras custodiaba la escena del crimen a la espera de la llegada de peritos, escuchó gritos provenientes del interior de la habitación. Al revisar encontró que la voz era la de un loro, encerrado en una jaula, que decía "¡ay, por favor, soltame, ay no!". Los investigadores señalaron que esa podría haber sido la última súplica de la víctima antes de ser asesinada.

La autopsia estableció que Toledo había sido abusada sexualmente y golpeada, que la causa de muerte fue un estrangulamiento manual y que todas las lesiones que presentaba -incluso las compatibles con el abuso-, fueron de carácter vital.