Con bastante pesimismo, los analistas de mercado que el Banco Central incluye en su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) pronostican que la inflación, tras alcanzar el 50,3% este año, apenas bajará en el año 2022 a 48,9%. Por otra parte, entienden que la economìa argentina, luego de crecer este año en un 8,3% con respecto a 2020 (cuando descendió el 9,9%), afrontará los dos años siguientes con una muy baja tasa de crecimiento, que quedaría bastante lejos de poder considerarse una "recuperación" tras la pandemia: prevén un incremento del PBI del 2,3% en 2022 ydel 2,1% en 2023.

El informe publicado este viernes toma los resultados recogidos entre los días 27 y 29 de octubre a partir de los pronósticos de 40 participantes, entre quienes se cuentan 26 consultoras y centros de investigación locales y 14 entidades financieras de Argentina. 

Los pronósticos de inflación de fines de octubre de los analistas de mercado corrrigieron levemente al alza a los emitidos en el mes anterior. Aunque los pronósticos fueron formulados a apenas una semana de haberse lanzado el congelamiento de precios (20 de octubre), las respuestas de los analistas parecen no tener cifradas muchas esperanzas de que vaya a obtener buenos resultados. Vale tener en cuenta que la amplia mayoría de pronosticadores responden a centros de análisis de los principales bancos o estudios muy vinculados a las grandes empresas, de modo que hay cierto sesgo en contra de cualquier forma de polìticas de regulación estatal.

Si se observa el pronóstico de inflación para cada uno de los próximos seis meses, se destaca que el sendero esperado es el de una suba constante de los precios y a un nivel que provocaría un altísimo grado de desequilibrios en los ingresos (en contra de los sectores asalariados). El promedio de inflación mensual pronosticado es del 3,5 por ciento, pero con tendencia creciente: después de una inflación estimada en el 3,2 para octubre, se espera un 3 por ciento en noviembre, 3,3 en diciembre, 3,6 en enero, 3,5 en febrero, 4 por ciento en marzo y 3,6 en abril. 

Sin embargo, parecieran no esperar que si se mantiene ese nivel de muy elevada inflación pudiera derivar en una crisis económica de la mano de una caída de la demanda interna, como sería lógico suponer. Al menos, en lo que hace a su expectativa de evolución de la desocupación abierta, pronostican un fin de año con una tasa muy similar a la actual, del 9,8% de desempleo.

Las proyecciones hechas por estas mismas consultoras para el tipo de cambio oficial van de la mano de ese horizonte inflacionario. Contrariamente a lo que sostienen muchos comentaristas de la city, los poronosticadores que participan del relevamiento del Banco Central no esperan una brusca devaluación tras las elecciones legislativas. Sí esperan que se mantenga el tipo de cambio real en los próximos meses, con correcciones mensuales en torno al 4% mensual. Preven un dólar oficial a 100,90 pesos al cierre de noviembre, 105,10 en diciembre, 109,50 en enero, 114,70 en febrero, 118,80 en marzo y 123,20 pesos al cierre de abril de 2022.